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Falso
Desde hace unas semanas, circula redes en sociales una hipótesis, según la cual existe una relación entre las investigaciones para la vacuna contra la COVID-19 y la futura implantación de un microchip supuestamente creado por el multimillonario Bill Gates para vigilar a la población. Con base en esta hipótesis, en las publicaciones se recomienda no acceder a la aplicación de la vacuna cuando esté lista.
Pero toda esta información es falsa.
Muchos usuarios, en su mayoría medios y pastores cristianos, han compartido esta hipótesis. Encontramos publicaciones al respecto en cuentas argentinas, peruanas y colombianas. En el caso de nuestro país, se viralizó un video de una conversación entre los pastores colombianos Miguel y María Paula Arrázola, y el pastor de origen dominicano Ruddy Gracia, en la que este último señala que “detrás de todo esto [la pandemia de COVID-19] hay un grupo élite a nivel global que está preparándose para poner una vacuna obligatoria y, detrás de esa vacuna obligatoria, poner un chip que se llama ID 2020 hecho por el señor Bill Gates”.
Pero esta hipótesis se basa en una combinación de falsedades y de hechos verdaderos, pero inconexos. Nuestros colegas verificadores de La Silla Vacía le pusieron la lupa a esta desinformación y escribieron: “Esa teoría conspirativa mezcla dos elementos diferentes: la financiación de vacunas de la Fundación Gates y las investigaciones que se llevan a cabo sobre identidad digital”.
Por una parte, es evidente tanto en el blog de Gates como en la página de web de la Fundación Bill y Melinda Gates, que estos multimillonarios han dedicado gran parte de sus inversiones filantrópicas a las vacunas. Y por supuesto, están involucrados en el desarrollo de la vacuna contra la COVID-19. Pero, como dijo La Silla Vacía, ninguna de estas investigaciones se relaciona con microchips implantados.
El 30 marzo el propio Gates escribió en su blog: “Para COVID-19, el desarrollo financiero no es un problema. Los gobiernos y otras organizaciones, incluida nuestra fundación (...), han dejado en claro que apoyarán todo lo que sea necesario para encontrar una vacuna. (...) El sector privado, los gobiernos y nuestra fundación comenzarán a identificar instalaciones para fabricar diferentes vacunas potenciales”.
Por otra parte, aunque hay fondos de la Fundación Gates que se destinan a la investigación sobre identificación digital, nada tienen que ver con la implantación de microchips para violar la privacidad.
GAVI, la Alianza de Vacunas, es una organización público-privada que se construyó gracias a los aportes de los Gates y que ha recibido de su fundación más de 4.000 millones de dólares. Hoy día hace parte de los socios fundadores de la Alianza ID 2020 [La supuesta creadora del microchip], que según su página web, desde 2016 aboga por la protección de la privacidad para la identificación digital.
Este propósito va en contravía del supuesto control y abuso de la privacidad que se está difundiendo en redes sociales. De hecho, los “requisitos centrales” que ID 2020 exige para esa identificación digital son que sea privada, portátil, persistente y personal.
Además, la solución que la alianza propone, de acuerdo con la página web de Accenture, otro de los socios, consiste en una plataforma [de nuevo, no en un microchip] de servicios de identidad que permite acceder y compartir información sin la preocupación de usar o perder la documentación en papel, y que aprovecha un sistema biométrico que puede gestionar huellas digitales, escaneos de iris y otros datos.
Otro de los argumentos con los que se ha sustentado la acusación a Gates de querer implantar un chip a través de la vacuna contra el COVID-19 es un supuesta confesión del propio magnate. Diversos medios y blogs lo han publicado. Por ejemplo, el 27 de marzo La Matrix Holográfica publicó un artículo titulado “Comienzan a enseñar sus cartas: Bill Gates anuncia que implantará microchips para combatir Covid-19 y rastrear las vacunas”.
Pero este tipo de artículos, citan y sacan de contexto las respuestas de Gates en una sesión de preguntas que ofreció en la red social Reddit hace un mes. Hicimos una búsqueda avanzada con palabras como “digital, identificación, Covid-19” en los miles de mensajes del registro de la conversación.
Encontramos que uno de los usuarios le pregunta “¿Qué cambios vamos a tener que hacer en la forma en que operan las empresas para mantener nuestra economía y proporcionar distanciamiento social?”. A lo que Gates responde: “La cuestión de qué empresas deberían continuar es complicada. Ciertamente, el suministro de alimentos y el sistema de salud (...) Eventualmente tendremos algunos certificados digitales para mostrar quién se recuperó o se hizo la prueba recientemente o, cuando tengamos una vacuna, quién la recibió”. No escribió nada más; no habló de microchips. Pero esta frase se usó para soportar la desinformación.
Finalmente, nuestros colegas de Animal Político, en México, chequearon otra de las tantas versiones de la hipótesis, que se publicó en Youtube, y la calificaron como falsa.
Por todas estas razones, le otorgamos esta misma calificación a las publicaciones que difunden la idea de que con una supuesta vacuna obligatoria para la Covid-19 se implantará el microchip ID 2020, creado por Bill Gates para vigilar a la población mundial.