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Verdadero pero...
A través del Gato Chequeabot, nos consultaron sobre la veracidad de memes y publicaciones en redes sociales que, tras el anuncio de Estados Unidos sobre la descertificación de Colombia como país comprometido en la lucha contra las drogas, plantean un aparente dilema con estos datos: “El país más consumidor de Cocaina descertifica al país que mas incauta cargamentos de droga, es lógico esto?” (sic).
Los datos son reales, de acuerdo con las fuentes de cada uno de los gobiernos y la información de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc). Sin embargo, la pregunta retórica omite que el segundo se da en un contexto de aumento drástico en la producción, más cultivos de coca y erradicación mucho menor, lo que llevó a la decisión del presidente estadounidense, Donald Trump. Así, la frase es ‘verdadera pero…’.
Según datos de 2022, recopilados en el más reciente Informe Mundial sobre las Drogas de la Unodc, Norteamérica cuenta con un estimado de 6’450.000 consumidores de cocaína, la cifra más alta por subregión. Equivale al 28% del total mundial.
Además, según cifras del Centro Nacional de Estadísticas sobre el Abuso de Drogas (NCDAS, por sus siglas en inglés), cinco millones de personas de 12 años o más en Estados Unidos reportaron haber consumido cocaína durante el último año en 2023. Este sólo dato es equiparable al de Europa Central y Occidental, la segunda subregión con más consumidores según la citada dependencia de Naciones Unidas.
Cabe resaltar que el país norteamericano sí tiene el mayor número de consumidores en el mundo, aunque no la mayor tasa de consumo por habitantes. Esta corresponde a Australia y Nueva Zelanda.
Colombia ha demostrado una gran capacidad para interceptar cargamentos de droga, alcanzando cifras históricas recientemente. Según Unodc, en 2023, las autoridades colombianas lograron la “mayor cantidad decomisada de clorhidrato de cocaína de toda la historia”, con un total de 746,3 toneladas. Además, las incautaciones de hoja de coca y pasta base en 2021 y 2022 tuvieron una importante participación en las cifras globales.
Por otra parte, el informe de Naciones Unidas demuestra que la subregión de Latinoamérica y el Caribe (a la que pertenece Colombia) aportó el mayor volumen de cocaína incautada en 2022. Según Insight Crime, organización experta en investigar el crimen organizado, nuestro país fue líder de incautaciones en la zona durante ese año, así como en 2023 y 2024.
Sin embargo, como explicamos en “Narcotráfico: críticas sobre todo verdaderas de opositoras rebaten malabares de Petro con las cifras”, lo incautado no debe mirarse como un factor aislado, sino que debe compararse con lo producido. Sólo así se puede dimensionar si las acciones del Estado están impactando el mercado de las drogas.
Aunque durante el gobierno de Gustavo Petro se han alcanzado cifras históricas de decomiso, el porcentaje de lo incautado frente a lo disponible ha caído.
En su momento, Pedro Arenas, exalcalde de San José del Guaviare y cofundador de la Corporación Viso Mutop, nos explicó que “dado que los últimos informes [...] muestran que ha habido más productividad de cocaína, es probable que la incautación no le esté haciendo cosquillas al mercado mundial”.
La Determinación Presidencial sobre los Principales Países de Tránsito o Productores de Drogas, memorando que selló la descertificación de Colombia, no se basa en una comparación entre el consumo y las incautaciones.
El Acta de Abuso Antidrogas de 1986, exige que el gobierno estadounidense evalúe si los países productores y de tránsito cooperan plenamente en la lucha antinarcóticos. En ese sentido, la decisión de retirar la certificación a Colombia por primera vez en 30 años se fundamentó en que el país “falló de manera demostrable en sus obligaciones para el control de las drogas”, según otros indicadores respaldados por el informe de Unodc y omitidos por las publicaciones virales:
Esos factores fueron asociados en la comunicación a la política del gobierno Petro, de la que se criticaron abiertamente los “fallidos intentos por buscar acuerdos con grupos narco-terroristas”.
Finalmente, el retiro de la certificación implicaría normalmente una serie de sanciones severas, que pueden incluir importantes recortes en la ayuda económica, la suspensión de la financiación, la imposición de aranceles e incluso el retiro de visas a funcionarios. No obstante, en esta ocasión, estas implicaciones no se materializaron, pues la determinación presidencial incluyó una exención específica, argumentando que la cooperación con Colombia en áreas críticas como la lucha antinarcóticos es vital para los intereses nacionales de Estados Unidos.