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Verdadero pero...
En una reciente columna de Cecilia López Montaño que tituló El odio y la paz, la exministra y exsenadora liberal escribió: “Entre quienes han analizado el conflicto sin sesgos políticos se afirma que los paramilitares fueron los responsables de las mayores atrocidades cometidas en la guerra, especialmente contra las mujeres rurales”.
Colombiacheck llamó a López para saber en qué fuente en particular basó su afirmación. La columnista explicó que está escribiendo un artículo para un libro en el que tiene las cifras de violencia contra la mujer en el conflicto colombiano, pero que no puede publicar la información todavía.
“La violencia de las Farc contra la mujer fue mucho contra sus propias guerrilleras, los paramilitares no tenían un número importante de mujeres, ellos sí ejercieron un poder muy fuerte usando la violencia sexual para debilitar la posición de los campesinos en las regiones, para debilitar a los hombres y forzar el desplazamiento, ese proceso fue supremamente cruel”. indicó la columnista.
López aclaró que aunque las Farc también fue violenta con las mujeres de las comunidades, no es comparable con la de los paramilitares, porque en el caso de ese grupo armado la violencia contra las mujeres fue muy concreta como instrumento para someter las regiones, para debilitar la unidad familiar, debilitar a los hombres y forzar el desplazamiento
López indicó que la información se encuentra en un estudio realizado por la investigadora María Emma Wills del Centro Nacional de Memoria Histórica, Cnmh, sobre los actos de violencia cometidos por los paramilitares contra las mujeres en el Caribe colombiano.
Si bien Colombiacheck revisó varios informes del Cnmh y de otras organizaciones que concluyen que en el conflicto armado colombiano las mujeres sufrieron de manera acentuada la violencia de los paramilitares, hay que tener en cuenta que son estudios de zonas muy específicas del país y que no encontramos un estudio con cifras generales del fenómeno en Colombia. Por tanto, calificamos la frase de López como aproximada. Por otra parte, varios de los informes se hicieron cuando aún no estaba en curso el proceso de negociación y paz con las guerrillas y por esta razón, en la introducción de varios informes sobre la experiencia de las mujeres en la guerra, el GMH aclara que estos son hallazgos que es necesario ir revisando a medida que el contexto ofrezca mayor seguridad a las mujeres para hablar con tranquilidad de lo vivido bajo dominios guerrilleros.
El informe Basta Ya, del Cnmh, explica que la violencia sexual, particularmente la violación, ha sido una de las modalidades de violencia que ha impactado mayoritaria y directamente a las mujeres.
Según este informe, de 63 casos de víctimas de violación sexual documentados por este Centro, en Magdalena entre 1990 y 2005 “40 fueron perpetrados por grupos paramilitares (63,5%), cuatro por las guerrillas (6,3%), cuatro por miembros de las Fuerza Pública (6,3%), uno (en alianza) de grupos paramilitares y miembros de las Fuerza Pública (1,6%) y los 14 restantes no tienen un autor identificado (22,2%).
“Además de reconocer la magnitud de los hechos de violencia sexual, es crucial registrar la variación entre grupos armados en su uso y modalidades. Si bien el registro cuantitativo muestra una baja cobertura en cuanto a la distribución de responsabilidades, el registro testimonial del trabajo de campo del Grupo de Memoria Histórica revela indicios que ponen de presente la alta prevalencia de los grupos paramilitares en este tipo de acciones, seguidos de las guerrillas y los miembros de la Fuerza Pública”, precisa el informe.
Basta Ya indica además, que luego de revisar, depurar y actualizar el anexo reservado del Auto 092 de la Corte Constitucional sobre violencia sexual en el conflicto armado identificaron 142 casos ocurridos entre 1990 y 2010. “Entre estos, 129 fueron perpetrados por grupos paramilitares (90,9%), mientras que 13 por las guerrillas (9,1%)”.
El informe contrastó estas cifras con las del Registro Único de Víctimas, RUV, que en el momento de realización de Basta Ya reportaba presunta autoría en 748 de los 1.754 casos que tenía registrados. “Entre estos, 370 fueron perpetrados por las guerrillas (49,5%), 344 por grupos paramilitares (46%), ocho por miembros de la Fuerza Pública (1,1%), siete por más de un autor y 19 por otros”.
El informe Mujeres y guerra, víctimas y resistentes en el Caribe colombiano se pregunta en esa zona del país, ¿cuál es la proporción de víctimas mujeres en relación con el universo de víctimas hombres?
“El porcentaje de mujeres víctimas sobre el universo total de las que se conoce la identidad o el sexo, se mantiene alrededor del 10% pero a partir de 2001 empieza a ascender y sobrepasa el 12%. En el período en el que se empieza a hablar de negociación con los paramilitares y se constituye una mesa de diálogo en Santa Fe de Ralito (2003), el número de víctimas no disminuye y el porcentaje de mujeres sobrepasa el 12%. En 2004 y 2005, en pleno proceso de negociación, aun cuando el número total desciende, el porcentaje de mujeres víctimas aumenta drásticamente (21,77%) y en 2005 sigue siendo alto (13,54%)”. concluye.
Los documentos y estudios consultados por Colombiacheck coinciden en mostrar una acentuada violencia contra la mujer de parte de los paramilitares.
“Masacres como la Rochela, El Salado, Bahía Portete, La Gabarra y el Alto Naya, son claros ejemplos de la estrategia de erradicación de cualquier movimiento de carácter rural que pudiese desestabilizar el proyecto paramilitar. En ese contexto, el desplazamiento, el despojo y la violencia sexual se convirtieron en mecanismos persistentes de agresión contra las mujeres rurales y sus movimientos organizativos”, indica un documento de la Defensoría del Pueblo publicado en 2014 y titulado El conflicto armado y el riesgo para la mujer rural. Estudios de casos en los departamentos de Chocó, Córdoba, Santander y Caquetá.
El informe La otra violencia: control paramilitar y vida cotidiana en Rincón El Mar y Libertad, del Centro de Memoria Histórica, relata que durante el periodo en que los paramilitares vivieron en Rincón del Mar y Libertad, en Sucre, las mujeres constituyeron el grupo más vulnerado, pues el proyecto paramilitar en estos dos corregimientos impuso un único modelo de mujer aceptada. Aquellas que se salían de estos parámetros fueron públicamente humilladas y castigadas. "Los problemas intrafamiliares, las infidelidades y triángulos amorosos, las desautorizaciones y la rebeldía de la mujer contra los esposos se convirtieron en los principales delitos sancionados por los armados”.