Falso Falso Falso Falso Falso Falso Falso Falso
Falso
“Un año antes de vacunar no hubo ni una sola variante… comienza la vacunación y aparecen muchas variantes… en países vacunados… ninguna en los países no vacunados ¿Despertamos?”, dice un mensaje que ha circulado ampliamente en Facebook (1,2,3,4).
Mensajes similares también se publicaron en Twitter y en Instagram.
Aunque ninguna publicación menciona directamente al COVID-19, circula en momentos en que aumenta la preocupación en el mundo por la variante delta del SARS-Cov-2 y las autoridades sanitarias advierten sobre la aparición de variantes nuevas y más peligrosas de este virus.
Varias de las desinformaciones que han circulado por el COVID-19 han sido a raíz de las variantes. Colombiacheck ha verificado algunas de ellas y pueden verlas aquí y aquí.
De acuerdo con la Organización Mundial de Salud (OMS), todos los virus -incluido el SARS-CoV-2-, causante del COVID-19 “cambian con el paso del tiempo”. Esto es básicamente porque los virus, dice en este artículo la OMS, hacen copias de sí mismos que puede tener pequeños cambios denominados “mutaciones” y la suma de varias mutaciones lleva a la aparición de nuevas variantes.
Las variantes también tienen su clasificación: pueden ser variantes de interés (VOI, en inglés) o variante de preocupación (VOC, en inglés) según señalan las autoridades en salud como la OMS y los Centros para el control y prevención de enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés).
Una variante de interés, de acuerdo con la definición de los CDC, es aquella con cambios genéticos que pueden predecirse y que afectan la “transmisibilidad o la gravedad de la enfermedad” y, además, puede ser la causa de una mayor proporción de casos en varios países.
Una variante de preocupación tiene un aumento significativo en la transmisibilidad, en la virulencia de la enfermedad (aumento de hospitalizaciones o muertes), reducción de los anticuerpos generados por la infección o vacunación -sin que deje de ser efectiva la vacuna- o de la efectividad de las medidas sociales y de salud pública.
Una de las frases del mensaje viralizado afirmaba que no habían variantes un año antes de empezar la vacunación. La respuesta es que un año antes no había pandemia y el mundo no conocía aún nada del COVID-19.
Margaret Keenan se convirtió el 8 de diciembre de 2020 en la primera persona en recibir la vacuna contra el nuevo coronavirus en el mundo. Un año antes de esa fecha, es decir, el 8 de diciembre de 2019 no se había registrado el COVID-19. De acuerdo con la OMS, este virus fue notificado por primera vez en Wuhan (China) el 31 de diciembre de 2019”. El 11 de marzo de 2020, esa misma organización declaró la pandemia.
Otra de las afirmaciones del mensaje es que las variantes empezaron a aparecer tras la vacunación contra el COVID-19.
Hasta septiembre de 2021 se han detectado al menos nueve variantes del SARS-Cov-2 que han sido nombradas por la OMS, según las etiquetas que desde el pasado 31 de mayo se usan para referirse a estas cuando las consideran de preocupación o de interés. Cuatro de ellas son las de preocupación: Alfa, Beta, Gama y Delta y las otras cinco son de interés: Eta, Iota, Kappa, Lambda y Mu.
En los recuadros a continuación, hechos por la OMS, se explica la categorización de las variantes y se muestra las etiquetas designadas por ese organismo junto con las diferentes nomenclaturas científicas hechas por Pango, GISAID y Nexstrain, que son las plataformas donde se registran los datos de cada nueva variante que es identificada en el mundo.
Pero, además, aparece el país y la fecha donde primero se documentaron, y por último su fecha de designación.
La información revela que de estos grupos de variantes del SARS-CoV-2 ,al menos seis tuvieron sus primeras “muestras documentadas” antes del inicio de la vacunación ese 8 de diciembre de 2020. La primera muestra temprana se dio en mayo de 2020 en Sudáfrica y fue confirmada posteriormente como la variante Beta (B.1.351) el 18 de diciembre de ese año. Ese mismo día fue confirmada Alpha (B.1.1.7) cuyas muestras se reportaron inicialmente en septiembre de 2020 en Reino Unido.
Las otras variantes cuyas primeras documentaciones fueron antes de la vacunación son Delta (AY.3.1), detectada en octubre de 2020 en India y designada como variante de interés en abril de 2021; Kappa (B.1.617.1) también detectada en octubre y designada en marzo de 2021. Iota (B.1.526) fue localizada en Estados Unidos en noviembre de 2020 y acreditada en marzo de 2021 y por último Gamma (P.1.7), detectada en noviembre de 2020 y designada en enero de 2021.
Según la OMS, la posibilidad de cambios en un virus como el nuevo coronavirus favorecidas por los millones de contagios y la propagación masiva, pueden dar pie a la aparición de una variante.
“Cuando un virus circula ampliamente en una población infectando a muchos individuos aumenta la probabilidad de que aparezcan mutaciones. Cuantas más oportunidades tiene el virus para propagarse, más se replica y, por ende, mayor es la probabilidad de que sufra variaciones”, dice la autoridad sanitaria.
Y agrega:
“Estos cambios pueden afectar a las propiedades del virus, como su capacidad de transmisión (por ejemplo, puede propagarse más fácilmente) y la gravedad de los síntomas de la infección (es decir, la enfermedad es más o menos grave)”.
Sobre cómo evitar que aparezcan nuevas variantes, la OMS indica que las medidas de bioseguridad “como lavarse las manos a menudo, llevar mascarilla, mantener el distanciamiento físico con otras personas y evitar los lugares concurridos o cerrados” pueden reducir la propagación del virus y por tanto sus cambios.
Sin embargo, hace énfasis en que la vacunación es la medida más importante para evitar que aparezcan esas mutaciones.
“Para proteger a las personas antes de que se expongan al virus y al riesgo que representan las nuevas variantes, también será fundamental multiplicar la producción y la distribución de las vacunas lo más rápida y ampliamente posible (…) Cuanta más gente esté vacunada, más probable es que se reduzca la circulación del virus y, por tanto, menor es el riesgo de que aparezcan mutaciones”, indica la OMS.
La última de las afirmaciones de las publicaciones viralizadas es que “ninguna” de las variantes ha aparecido “en los países no vacunados”.
De nuevo, las variantes aparecen principalmente porque más personas se contagian y el virus presenta mutaciones, por su parte la vacunación al impactar en la reducción de casos debido a esta enfermedad puede contribuir a reducir la aparición de nuevas variantes.
"La evolución viral es un poco como un reloj. Cuanto más permitamos que se produzcan infecciones, es más probable que ocurran cambios. Cuando tenemos muchas personas infectadas, le damos más oportunidades al virus para que se diversifique y luego se adapte a las presiones selectivas" explicó a medios, Stuart Campbell Ray, profesor de la División de Enfermedades Infecciosas de la Facultad de Medicina Johns Hopkins en Baltimore, Estados Unidos.
De acuerdo con los datos que lleva Our World in Data -una iniciativa de la Universidad de Oxford, Global Change Data y el Oxford Martin School-, sobre proporción de personas vacunadas actualizados al 19 de septiembre de 2021, los países con menos porcentajes de vacunación son Tanzania (0,57%), Nigeria (2%) y Etiopía (2,1%).
Los tres países han desarrollado variantes del COVID-19 como se ve aquí, aquí y aquí. De hecho en Tanzania se detectó recientemente una variante que podría haber surgido en ese país.
Los tres países hacen parte de África que, según la Organización de Naciones Unidas es uno de los continentes más amenazados por la variante Delta.
En conclusión, las variantes del SARS-Cov-2 no aparecieron tras el inicio del proceso de vacunación masiva, varias se habían identificado en los meses previos. Tampoco es cierto que en los países vacunados no hayan aparecido variantes.
La circulación de un virus en una población y el aumento de los contagios son los factores más determinantes para que este sufra cambios. Tales cambios pueden darle al virus mayor capacidad de transmisión y por tanto que sufra más alteraciones que se convierten en mutaciones. Por el contrario, la vacunación junto a las medidas de bioseguridad, de acuerdo con autoridades sanitarias son medidas claves para reducir la propagación del virus y evitar la aparición de nuevas variantes.