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Falso
“TODO ES UN ENGAÑO !! BIEN PLANEADO SUS CEPAS SUS VARIANTES TODO ES MENTIRA PARA IMPONER LA DICTADURA Y ASESINAR A MEDIO PLANETA”, dice una publicación en Facebook que comparte una imagen con un supuesto “cronograma de cepas” del nuevo coronavirus.
La fotografía contiene una tabla con dos columnas. En la primera -titulada Cepa/variante- se ve el alfabeto griego el nombre de cada letra, y en la otra incluyen las fecha del supuesto lanzamiento de cada variante empezando en junio de 2021 y terminando en febrero de 2023. En la imagen también se ven los logos en inglés de la Organización Mundial de la Salud, el Foro Económico Mundial, la universidad Johns Hopkins y la Fundación Bill y Melinda Gates.
La misma foto con mensajes similares ha sido compartido al menos 500 veces en esa red social (1,2) y en Twitter.
Pero esta publicación es falsa y desinforma, ya que las variantes no son iguales a las cepas y no existe un calendario preestablecido de las mismas. Además en la tabla se muestran datos que no coinciden con la fecha real de identificación de las variantes, incluye variantes no descritas y excluyen unas ya descritas
Variantes y cepas
Dentro de las desinformaciones que se han dado por la pandemia y el COVID-19, una de las más comunes tiene que ver con el uso de los términos científicos “variantes” y “cepas” como si fueran sinónimos.
De acuerdo con la Organización Mundial de Salud (OMS), todos los virus -incluido el SARS-CoV-2-, causante del COVID-19 “cambian con el paso del tiempo”. Esto es básicamente porque los virus, dice en este artículo la OMS, hacen copias de sí mismos que puede tener pequeños cambios denominados “mutaciones”.
“Un virus que ha sufrido una o varias mutaciones se considera una «variante» del virus original”, precisa el organismo. La probabilidad de que aparezcan mutaciones de un virus aumenta si este circula ampliamente en un población e infecta a muchos de sus miembros.
“Cuantas más oportunidades tiene el virus para propagarse, más se replica y, por ende, mayor es la probabilidad de que sufra variaciones”, explica la OMS.
De acuerdo con este artículo publicado en la página de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH), una mutación alude a un cambio en el material genético del virus y la acumulación de mutaciones genera variantes.
Pero cuando se acumulan diferentes y muchas más mutaciones que provoquen un cambio sustancial e importante en la composición del virus se obtiene “una cepa”. Por lo tanto, lo que se ha identificado para el nuevo coronavirus hasta ahora son nuevas variantes, no cepas.
Según la OMS, algunas de esas mutaciones pueden conllevar cambios en las características del virus como “alteraciones en la transmisión (por ejemplo, puede propagarse más fácilmente) o la gravedad (por ejemplo, puede provocar una enfermedad más grave)”.
Las variantes también tienen su clasificación: pueden ser variantes de interés (VOI, en inglés) o variante de preocupación (VOC, en inglés).
Una variante de interés, de acuerdo con la definición de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), es aquella con cambios genéticos que pueden predecirse y que afectan la “transmisibilidad o la gravedad de la enfermedad” y, además, puede ser la causa de una mayor proporción de casos en varios países.
Una variante de preocupación tiene un aumento significativo en la transmisibilidad, en la virulencia de la enfermedad (aumento de hospitalizaciones o muertes), reducción de los anticuerpos generados por la infección o vacunación -sin que deje de ser efectiva la vacuna- o de la eficacia de las medidas sociales y de salud pública.
Las medidas de bioseguridad como lavarse las manos, usar tapabocas y mantener el distanciamiento social son algunas de las acciones que pueden contribuir a reducir la aparición de nuevas variantes.
Tanto la OMS como los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) comparten las definiciones de variantes, aunque -advierten los CDC- la categorización puede variar porque la importancia e impacto pueden ser distintas según la ubicación geográfica.
Alpha, Beta, Gamma, ¿cómo se nombra una variante?
Con frecuencia se asocia el nombre de una variante al país donde se habría originado, pero este tipo de clasificación podría ser estigmatizante.Por eso, el 31 de mayo de 2021 la OMS anunció una serie de etiquetas para que fuera más “fácil” referirse a las variantes de preocupación y de interés del SARS-Cov-2.
Para crearlas se convocó a un grupo de trabajo sobre la evolución del virus, que incluía a expertos en nomenclatura y taxonómicos de virus, investigadores y autoridades nacionales.
“En la actualidad, este grupo de expertos convocado por la OMS ha recomendado utilizar letras del alfabeto griego, es decir, Alpha, Beta, Gamma, Delta, que será más fácil y práctico de debatir por audiencias no científicas”, precisa la organización sanitaria, que advierte que estas etiquetas no reemplazan los nombres científicos existentes.
Actualmente los científicos e investigadores usan los sistemas de nomenclatura GISAID, Nextstrain y Pango para “nombrar y rastrear los linajes genéticos del SARS-CoV-2”.
Hasta julio de 2021 se han detectado ocho variantes del SARS-Cov-2. Cuatro de ellas son variantes de preocupación: Alfa, Beta, Gama y Delta, según las etiquetas de la OMS, estas son las previamente conocidas como variante británica, sudáfricana, brasilera e india. Las otras cuatro son variantes de interés: Eta, Iota, Kappa y Lambda, según las etiquetas de la OMS. Ninguna se ha descrito como cepa.
Los recuadros a continuación, hechos por la OMS explican la categorización y muestra las etiquetas designadas por ese organismo junto con las diferentes nomenclaturas científicas de esas variantes hechas por Pango, GISAID y Nexstrain. Además, aparece el país donde primero se documentaron y su fecha de designación.
Recuadro sobre las variantes de preocupación publicado por la Organización Mundial de la Salud y actualizado al 6 de julio de 2021. Crédito: OMS
Recuadro sobre las variantes de interés publicado por la Organización Mundial de la Salud y actualizado al 6 de julio de 2021. Crédito: OMS
El supuesto ‘cronograma’
La tabla de la imagen viralizada muestra un cronograma con varios errores. Aparte de llamar cepas a lo que en realidad son variantes, las fechas no coinciden con mutaciones que ya están presentes o que aún no circulan.
Por ejemplo, la primera “cepa” del coronavirus que realmente corresponde a una variante y aparece en la fotografía es la “delta” y su supuesto lanzamiento habría ocurrido en junio pasado. Sin embargo, el origen de esta variante como lo muestra la página de la OMS, información del Ministerio de Salud de Colombia y de Chile fue en octubre de 2020, cuando se detectó en India.
La siguiente variante que en la imagen se llama Épsilon tiene como fecha julio de 2021, pero en realidad fue detectada en enero de 2021 en Estados Unidos.
La OMS tiene categorizada la Épsilon con una alerta de vigilancia forzada, para llevar un monitoreo sobre una posible sospecha de cambio en el virus que pueda derivar en una variante. Sin embargo, los CDC tenían a Épsilon clasificada como una variante de interés, pero la desescalaron en junio de 2021 debido a la disminución significativa de la circulación de la variante y a que los datos disponibles indicaron que las vacunas y los tratamientos son efectivos contra esta variante...
Casi lo mismo sucede con las siguientes variantes. Según el supuesto calendario en agosto de 2021 será designada la “Zeta”, en septiembre “Eta”, en octubre “Theta”, en noviembre “Iota”, en diciembre “Kappa” y en enero de 2022 “Lambda”.
Sin embargo, todos esos nombres pertenecen a variantes detectadas meses atrás. Algunas de ellas, como Zeta y Theta, hacen parte de la lista de las alertas de vigilancia forzada de la OMS. De hecho, Zeta también aparece en los CDC, pero eliminada de la lista de variantes de interés “debido a la disminución de su prevalencia en los últimos meses”.
En el caso de Eta, Iota, Kappa y Lambda, todas son variantes de interés detectadas entre octubre y diciembre de 2020, aunque designadas entre marzo y junio de 2021.
Además, en el falso cronograma no aparecen nombradas variantes que siguen estando bajo vigilancia de los organismos de salud como la Alpha, detectada en septiembre de 2020; la Beta, la primera de la que se tuvo registro y que fue detectada en mayo de ese año, y la Gamma de noviembre pasado.
Los otros logos
La imagen contiene los logos de la OMS, la universidad Johns Hopkins, el Foro Económico Mundial y la Fundación de Bill y Melinda Gates. Todos estas instituciones han sido constantes blancos de desinformación relacionada con el COVID-19 que se ha verificado en Colombiacheck y que pueden consultar en este enlace.
No hay evidencias ni registros de que estas organizaciones hayan desarrollado un calendario sobre las variantes. Además, como explicamos anteriormente, las variantes se dan por mutaciones en el virus provocadas, entre otras, por una mayor propagación entre la población.
La OMS ha aclarado que hasta el momento, las vacunas autorizadas contra el COVID-19 protegen contra todas las variantes en circulación, pero siguen estudiando la reducción de efectividad frente a algunas de las variantes por parte de ciertas vacunas.
En resumen, la imagen con un presunto cronograma sobre cepas contiene información falsa y engañosa. Hasta el momento solo se han detectado variantes del SARS-Cov2, y no cepas. No se puede establecer un calendario porque las variaciones responden a mutaciones por la propagación natural del virus.
Para leer otros chequeos o explicadores sobre la pandemia, puede visitar nuestro especial Mentiras y verdades del coronavirus. También puede sugerirnos un chequeo aquí.