Ni siquiera en la temporada decembrina dejan de circular desinformaciones revictimizantes y repetitivas que cambian los hechos sobre antiguos crímenes con el propósito de atacar a contradictores políticos en el presente, como el secuestro y asesinato en 1982 de Gloria Lara, en ese entonces directora nacional de Integración y Desarrollo de la Comunidad en el Ministerio de Gobierno.

En Colombiacheck ya chequeamos dos veces, en 2022 y a principios de 2023, las afirmaciones sin evidencia de que este caso fue obra del Movimiento 19 de Abril (M-19), guerrilla en la que militó el hoy presidente, Gustavo Petro, en su juventud y que firmó la paz para dejar la lucha armada en 1990. Sin embargo, los días 13 y 17 de diciembre pasados aparecieron al menos dos publicaciones que vuelven a difundir la misma desinformación.

La primera, en Facebook, es una imagen compartida 517 veces con el título “Asesinato de Gloria Lara de Echeverry” y el logo de Bogotá Humana (eslogan de la alcaldía de la ciudad encabezada por Petro de 2012 a 2015), puestos sobre una foto de la exfuncionaria sentada mientras era amenazada con un arma contra su cabeza y sostenía un ejemplar del diario El Espectador. El texto que acompaña la composición es el siguiente:

“Les presento a Gloria Lara. Secuestrada por el M-19 de Gustavo Petro y Antonio Navarro. Posteriormente violada, torturada y finalmente asesinada vilmente. Fue hallada muerta en estado de embarazo causado por sus captores del M-19. Como Colombia no tiene memoria, cabe recordar algo y preguntar a todos los seguidores de Gustavo Petro -Asesino, criminal, terrorista- dónde estaban cuando todo este horror estaba ocurriendo”.

El también mencionado Antonio Navarro Wolff, otro exmilitante del antiguo grupo armado, es copresidente del partido gobiernista Alianza Verde y fue el primer secretario de Gobierno de la administración de Petro en Bogotá.

Otra publicación similar es un video en Instagram donde aparecen cuatro imágenes de archivos de prensa en las que se mencionan diferentes crímenes atribuidos a grupos guerrilleros en la década de 1980. Dos de ellas se refieren al crimen de Lara y en una se le asocia también al M-19.

Esta reaparición de publicaciones falsas sobre este secuestro y asesinato recuerda también a las que usan el caso de los hermanos Álvarez, ocurrido entre 1981 y 1982, con el que también se ha desinformado contra Petro. Igualmente, la recurrente atribución del collar bomba del que fue víctima una mujer en mayo de 2000 a grupos guerrilleros, sobre todo a las antiguas FARC, cuando en realidad fue obra de la delincuencia común.

La verdadera historia de Gloria Lara

Como contó Colombiacheck en las verificaciones anteriores, un análisis de la revista Semana para el momento del secuestro, titulado “Gloria Lara, ¿por qué?”, decía que la funcionaria dedicó su vida pública al trabajo por los derechos de los pueblos indígenas y las comunidades campesinas. Además, era la esposa del exsenador Héctor Echeverry e hija de un poderoso empresario del Huila, Oliverio Lara.

El plagio, del que también fue víctima su chofer, ocurrió en la noche del 23 de junio de 1982 en Teusaquillo, cerca del centro de Bogotá. El conductor sería dejado en libertad poco después, pero ella permaneció desaparecida hasta que el periódico El Bogotano publicó una foto en primera plana como prueba de supervivencia el 12 de julio siguiente.

“Enigmático grupo la tiene en sus manos y hace severas críticas al sistema”, decía el pie de foto. Según la publicación informativa, los captores habían aclarado que no pertenecían a ninguna organización subversiva y que no pretendían suplantar al M-19, al que se había responsabilizado en versiones anónimas que fueron publicadas por las cadenas radiales Caracol y Todelar.

El 28 de octubre, el mismo periódico publicó una nueva prueba de supervivencia, pero acompañada con la amenaza de asesinar a Lara. Un mes después, su cuerpo fue encontrado con un tiro en la cabeza y envuelto en una bandera de la Organización Revolucionaria del Pueblo (ORP).

La investigación y la impunidad

El general Fernando Landazábal, ministro de Defensa de la época, y el director de la Brigada de Institutos Militares (BIM), Hernando Díaz Sanmiguel, anunciaron una serie de capturas por estos hechos antes de finalizar ese mismo año. Incluso le enviaron a El Espectador las supuestas confesiones en videocasetes, como lo contó el diario en “Revelaciones sobre el asesinato de Gloria Lara” el 29 de diciembre.

Los cabecillas, según el Ejército, fueron identificados como Miguel Gamboa y Hernando Franco. El segundo era profesor de la Universidad Nacional.

Sin embargo, estas acusaciones serían desestimadas por el juez 16 superior de Bogotá, Jorge Enrique Alford Córdoba, en agosto de 1983. Las confesiones habrían sido hechas bajo torturas.

En cambio, la investigación empezó a apuntar hacia la banda de ‘Los Murcia’, por las coincidencias que empezaron a surgir entre el caso de Lara y el secuestro de Kenneth Stanley Bishop, un ejecutivo de Texas Petroleum Company (Texaco), que la misma ORP se adjudicó en marzo de 1983.

Así se puede constatar en varias notas del archivo de Semana, ahora digitalizadas en su web. En particular, el reportaje “Caso Gloria Lara”, publicado el 4 de agosto de 1985, dice:

“Entre otras pruebas se tuvieron en cuenta las siguientes:

• Durante el secuestro de Bishop, sus secuestradores enviaron un sobre a diferentes medios de comunicación, con fotos de éste en cautiverio, así como fotos inéditas del cautiverio de Gloria Lara.
• Los comunicados enviados a la familia Lara y los de Bishop, provenían de la misma máquina de escribir, según dictamen del F-2 [policía judicial de la época].
• La máquina fotográfica utilizada para hacer las fotos era la misma: una polaroid.
• Una prueba técnica, realizada por el F-2, demostró que la voz de los secuestradores que pedían el rescate por Gloria Lara era la misma que la que solicitaba el de Bishop.
• Según declaraciones de Martha Lucía Ropero, amante de Iván Darío Murcia [exjuez y prófugo cabecilla de la banda], éste la llevaba por los alrededores de la casa de Gloria Lara, sitio donde se realizó el secuestro, y estudiaba el lugar. Así mismo, un día viendo televisión y cuando mostraban a los detenidos (Espitia Supelano y compañía), Iván Dario Murcia le comentaba: ‘pobres pendejos esos no tienen nada que ver’.
• Kenneth Bishop afirmó que durante su cautiverio, los secuestradores lo amenazaban con hacerle lo mismo que a Gloria Lara si no pagaban el rescate”.

El 12 de febrero de 1992, los capturados iniciales, incluidos Gamboa y el profesor Franco, fueron absueltos. Luego, se les condenó en el Tribunal de Orden Público. Sin embargo, entre recursos judiciales, se fue pasando el tiempo hasta que la Corte Suprema confirmó la preclusión del caso porque pasaron 10 años sin una sentencia firme y se descartó que tuviera las características para declarar los delitos investigados como de lesa humanidad.

Así fue como, finalmente, el crimen quedó en la impunidad.

Lo que sí se puede decir es que en el proceso nunca surgieron pruebas de que el M-19 estuviera relacionado con los hechos y, por tanto, son falsas las publicaciones que los usan, cuatro décadas después, para atacar a sus exintegrantes, como el presidente Petro.