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Verdadero
Este fue el trino con que Joshua Mitrotti, director general de la Agencia Colombiana para la Reintegración, resaltó las bondades que encuentran las empresas en Colombia que decidan participar del posconflicto vinculando entre sus trabajadores a excombatientes.
La empresa que apoye a un excombatiente tiene todo el apoyo y acompañamiento de la ACR @reintegracion
— Joshua Mitrotti (@JMitrotti) 7 de julio de 2016
Ad portas de que miles de guerrilleros de las Farc se desmovilicen luego de la firma del proceso de paz con el Gobierno, Colombiacheck quiso saber qué tan real y efectivo es ese apoyo del que habla Mitrotti.
El primer paso fue averiguar a qué se refería el director de la ACR cuando usó la palabra “todo”, qué alcance tienen ese “apoyo y acompañamiento” del que habló en su trino.
El asesor de alianzas estratégicas del grupo de Corresponsabilidad de la ACR, Miguel Suárez, fue el vocero de la entidad para este caso.
“El acompañamiento no tiene un solo procedimiento, sino que se diseña de acuerdo con las necesidades de la compañía. De ser necesario disponemos de profesionales que hacen visitas y seguimiento a las personas en su desempeño. Con las empresas determinamos si el seguimiento es semanal, quincenal o mensual. El acompañamiento personalizado es que la empresa sienta que si necesita en algún momento hablar con nosotros sobre la persona que contrató, ahí estamos”, aseguró.
Suárez señaló que hay empresas que contratan personas que se dedican a acompañar el proceso de inserción laboral de desmovilizados y que son el enlace entre las empresas y la ACR para hacer el seguimiento.
“El tiempo que dura ese seguimiento también depende de las necesidades de las empresas, se concerta con ellos, pero nosotros nunca perdemos el nexo, cuando no necesitan el acompañamiento tan personalizado, no es que no vuelvan a saber de nosotros, lo que hacemos es reuniones más periódicas. Podemos garantizar que las empresas no están solas”, enfatizó Suárez.
El funcionario explicó también que buena parte de los 9.745 excombatientes que cuenta en la actualidad con un empleo formal lo consiguieron por su propia iniciativa. En esos casos la ACR interviene con un proceso de sensibilización si al excombatiente lo despiden debido a su condición, lo que ya ha pasado y lo que según Suárez es un reto para la entidad.
La otra manera más expedita de que esta población consiga empleo es que las empresas que tienen algún tipo de acercamiento con la ACR ofrezcan vacantes. En ese caso la Agencia abre la convocatoria y quienes están en el proceso de reintegración pasan por un proceso de selección. El acompañamiento inicia cuando son seleccionados.
Juan Manuel Barrientos, es chef y dueño del restaurante El Cielo, paralelo al cual tiene la Fundación El cielo para todos, en la que capacita y emplea a desplazados, excombatientes, soldados heridos en combate e indígenas.
“La ACR cada tanto viene y hace un chequeo, manda un sicólogo, un trabajador social, para saber cómo va el desmovilizado. Cuando tenemos problemas, los llamamos y ellos responden ahí mismo”, asegura Barrientos, quien además dice que aunque han vivido procesos difíciles con algunos, “la experiencia ha sido positiva en un 99%”.
Colombiacheck contactó a la Cámara de Comercio de Bogotá y a Panaca, empresas que también contratan excombatientes, para saber cómo ha sido la experiencia, pero aunque insistimos por más de dos semanas, no suministraron la información.
La Ley 1429 de 2010 de Formalización y Generación de Empleo, estipula en el artículo 10: “Descuento en el impuesto sobre la renta y complementarios de los aportes parafiscales y otras contribuciones de nómina para los empleadores que contraten personas en situación de desplazamiento, en proceso de reintegración o en condición de discapacidad”.
Descuentos que aplican por cada nuevo empleo otorgado a una persona perteneciente a estas poblaciones.
A juzgar por la experiencia del chef Barrientos y del constante estímulo tributario no solo es verdadero el apoyo de la ACR a los cerca de 650 empresarios que contratan a excombatientes en el país, sino que sus beneficios son suficientemente tangibles para que la medida sea una opción atractiva para el empresariado colombiano.