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Verdadero pero...
El pasado 6 de agosto terminó el mandato de Juan Manuel Santos, y en su última alocución como presidente aprovechó para hablar sobre la paz de Colombia y su búsqueda por terminar el conflicto de más de medio siglo con las Farc.
Afirmó que ya se están comenzando a ver los efectos de la firma de la paz y que “en un año y medio hemos avanzado más en la implementación de los acuerdos que en cualquier proceso de paz en el mundo”.
Colombiacheck le puso la lupa a esta afirmación del expresidente y encontró que es Aproximada.
Fuentes de la Fundación Paz y Reconciliación (Pares), del Centro de Investigación y Educación Popular (CINEP) y del Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (CERAC) explicaron que la única organización que compara la implementación de los procesos de paz en el mundo es el Instituto Kroc de Estudios Internacionales de Paz, con sede en la universidad de Notre Dame (Indiana, Estados Unidos).
Entre los programas con que cuenta está Peace Accords Matrix (Matriz de acuerdos de paz), el cual ha generado una base de datos con información de los acuerdos de paz comprensivos (aquellos que no solo incluyen los temas básicos, como entrega de armas, cese al fuego y desmovilización; sino también asuntos de fondo del conflicto, como tierras, drogas ilícitas y participación política), según explica el representante en Colombia del instituto, Borja Paladini.
Paladini confirmó a Colombiacheck que, de hecho, la frase dicha por Santos fue tomada de un informe que recientemente le suministró el instituto al gobierno y a la guerrilla.
Esto porque el punto seis del Acuerdo (Mecanismos de implementación, verificación y refrendación) creó el Componente de Seguimiento, Impulso, Verificación a la Implementación (CSIVI), un espacio de diálogo entre Gobierno y Farc que hace seguimiento a los componentes de la implementación y verifica su cumplimiento. “Algo así como lo que otrora fue la mesa de negociaciones en La Habana”, explica Vera Samudio, investigadora del CINEP.
Dentro de la CSIVI se creó un componente de verificación internacional que consta de tres partes. 1) El apoyo técnico, en cabeza de Kroc, que hace la compilación de datos e información de todos los aspectos del acuerdo y sigue en tiempo real la implementación. 2) La Secretaría Técnica del Componente de Verificación Internacional (STCVI), que tiene la tarea de “preparar pronunciamientos y reportes para los verificadores internacionales, sobre el cumplimiento verificado o comprobado de la implementación de todos los puntos del Acuerdo Final”. Y 3) los verificadores internacionales, José Mujica y Felipe González, expresidentes de Uruguay y España.
En este marco, se estableció que, al igual que lo hace en todos los demás países que han decidido contar con su acompañamiento, el instituto de paz realizaría un informe año a año sobre los avances y retrocesos de la implementación que ayude a las partes en la toma de decisiones, “poniendo sobre la mesa información que celebra avances pero también muestra dificultades”, complementa Paladini.
Pero además, por petición de las partes, el seguimiento no se está haciendo únicamente año a año sino mes a mes, durante un periodo de diez años. Cada mes se les entrega tanto a gobierno como a la Farc unos documentos no públicos de lo encontrado por Kroc, y, adicionalmente, cada año se publica un gran informe que integre los hallazgos en ese periodo de tiempo (este último sí es de conocimiento público y es posible encontrar en la web).
Kroc lleva acompañando a la STCVI y al gobierno en documentos no públicos desde el 1 de diciembre de 2016. El 16 de noviembre de 2017 publicó el primero y el 9 de agosto de este año se publicó el segundo. En ese segundo informe se basa la afirmación del expresidente Santos.
Ahora bien, la base de datos con la cual trabaja el instituto Kroc integra y compara 35 procesos de paz (incluyendo el colombiano) en los últimos 40 años. Y la metodología se basa no solo en analizar los acuerdos en sí mismos, sino también sus componentes, a través del monitoreo de 51 categorías que se repiten entre los acuerdos.
“Alrededor de esas categorías, Kroc analiza, para cada acuerdo, qué ha pasado en la implementación durante diez años. Y año a año actualiza la base de datos de los acuerdos que todavía están en implementación”, agrega Paladini. “Eso permite extraer porcentajes de avance y comparar por categorías y por acuerdos cómo ha avanzado la implementación de cada acuerdo y cómo se comparan entre ellos”.
Para el caso del acuerdo con las Farc, Kroc encontró que se repiten 31 de las 51 categorías de análisis. Y de acuerdo con estas 31 categorías, Colombia va más avanzado que la media de los 34 otros acuerdos, pues en solo cinco, de los 31 puntos analizados, se encuentra por debajo de la media, como se puede ver, en términos comparados, en el gráfico que preparó el instituto para su segundo informe.
Los resultados del promedio de Colombia surgen “de acuerdo al promedio de avance a 18 meses de las 31 categorías en las que el acuerdo colombiano coincide con la media de los otros 34 acuerdos revisados por Kroc”, sostiene Paladini. En ese caso se asigna un número de avance (0, 1, 2 o 3) de cada disposición en la matriz que esté asignada a la categoría de PAM, y se divide en el número de disposiciones de la categoría.
Y los números en la columna PAM son el promedio del avance en la implementación de todos los acuerdos de paz comprensios que tengan la categoría en cuestión a los 18 meses en que se revisa frente a acuerdo de Colombia. (Si se quiere ver más a fondo la metodología para la asignación de los números, puede ver el code book aquí).
Es de resaltar, según el representante de Kroc, que en elementos que son importantes de lograr a corto plazo, Colombia va bien en términos comparados. “En particular en el cese al fuego, el proceso de acantonamiento, el proceso de dejación de armas y los instrumentos de resolución de disputas entre las partes. Elementos muy importantes porque de no lograrse en los primeros dos años, la implementación se puede ir a la basura”.
En algunos temas que tienen que ver con reformas más estructurales (derechos de las minorías, reformas a la justicia, descentralización), no obstante, “Colombia va un poquito más retrasada. No significa que no se haya avanzado, pero en términos comparativos va retrasada”, advierte Paladini.
Por otro lado, entre lo acordado en la CSIVI, se estableció que la revisión de la implementación del acuerdo se haría a través de 578 disposiciones, que luego fueron organizadas por Kroc (para su análisis a profundidad) en 70 subtemas, agrupados en 18 grandes temas, que están dentro de los seis puntos del acuerdo.
Entre el 1 de diciembre de 2016 y mayo de 2018, Kroc identificó progreso en 353 de las 578 disposiciones.
“Sobre el resto no quiere decir que no haya pasado algo, sino que no hemos encontrado la información”, aclara Paladini. Pero dentro de las que han revisado, “aproximadamente el 21% se han implementado completamente, un 9% tiene un nivel de avance intermedio, y un 31% tiene un nivel de avance mínimo. En síntesis, el 61% de las disposiciones del Acuerdo se encuentran en algún nivel de implementación—mínima, intermedia o completa”, aclara el informe.
Analizando las disposiciones integradas dentro de los puntos del acuerdo, se encuentra que son distintos los avances de cada uno, como se muestra una vez más en el informe de Kroc, asunto en el que coincide el CINEP. “El avance de la implementación ha sido desigual e irregular entre los puntos y al interior de los puntos”, sostiene Samudio.
Pero frente al análisis punto a punto, son muy similares los hallazgos encontrados por las otras organizaciones que le están haciendo seguimiento a la implementación: Pares, CINEP y CERAC.
Estas instituciones no hacen un análisis comparado con otros procesos de paz nacionales o internacionales, como lo hace Kroc. Sino que utilizan metodologías aplicadas exclusivamente para el acuerdo colombiano.
Por un lado, Pares “revisa la implementación a partir del análisis de contexto; cuáles son los cambios que están ocurriendo en el territorio donde se han focalizado los acuerdos”, explica Carlos Montoya, investigador de la fundación.
Y por el otro, CINEP y CERAC integran la STCVI; por lo cual comparten la misma metodología que, de acuerdo con Samudio, “hace análisis cualitativos con elementos de contexto densos, para entender cuáles son las consecuencias (positivas o negativas) de cómo se está haciendo la implementación”.
Dentro de sus análisis, CINEP y CERAC presentaron en mayo de este año su segundo informe de verificación y Pares publicó en junio el informe 18 meses después… cómo va la paz.
En ambos casos, más que mirar internacionalmente, el interés de las organizaciones se concentra en cómo la implementación incide en los territorios. Pero para Montoya todos coinciden en las generalidades más no en los detalles, “porque cada uno opera con metodologías diferentes”.
En todo caso, algunos de los puntos en común que encontraron estas organizaciones tienen que ver con los ya mencionados por Paladini como el cese al fuego, además de la evidente disminución de los homicidios, la incidencia del desescalamiento de la violencia en este sentido y el éxito que significó la entrega de armas.
Este último es el único punto que compara la fundación Pares, pues según Montoya, con respecto a 15 procesos analizados, las Farc ha sido el grupo armado que más armas ha entregado: 1,32 por excombatiente. Mientras que en Justicia y Paz fueron apenas 0,5 armas por excombatiente.
De otra parte, entre los puntos que van bien pero que podrían ir avanzando con más velocidad, está la reincorporación a mediano y largo plazo de los excombatientes. Si bien resaltan que es muy positivo que las Farc ya hayan conformado un partido político, aún no es muy claro qué va a pasar más adelante con las bases.
Y el tema que más preocupa a todas las organizaciones y al cual, sugieren, hay que ponerle mucha atención, es el asesinato de líderes sociales. “Esto puede dar al traste con muchos de los avances que se han dado con el acuerdo”, advierte la investigadora del CINEP.
Pero en términos generales, los resultados encontrados por Kroc coinciden con lo hallado también por Pares, CINEP y CERAC, lo que permite coincidir con las afirmaciones hechas por Paladini frente a los niveles de implementación significativos en algunos temas que tiene el acuerdo de paz colombiano.
Frente a los temas aún pendientes, es vital que se consigan en el mediano plazo y es normal que cuenten con un poco más de retraso, porque se trata de cambios más profundos en el aparato político, de justicia y de participación del Colombia. Sin embargo, son temas fundamentales, que tienen que ver con la calidad de la paz, de la presencia permanente y sostenida del Estado en el territorio, y en este sentido, “los niveles de avance no son tan sustantivos”, dice Paladini.
Esto implica, además, que aunque el balance permite comparar y evaluar favorablemente a Colombia con respecto a otros procesos de paz exitosos, el país no está exento del retroceso si no se le presta atención a los asuntos que no se han conseguido. Un asunto que preocupa a todas las organizaciones con la llegada del nuevo gobierno.
Finalmente, la comparación de la implementación de los acuerdos de paz del mundo se hace con propósitos investigativos y académicos y no como una carrera en la que el primero en llegar obtiene una medalla. Y en ese sentido se hace evidente que la frase del expresidente Juan Manuel Santos no es más que una interpretación política basada en el informe del instituto Kroc.