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Jueves, 19 Noviembre 2020

Estudio de Judicial Watch que sostiene que ‘hay 1,8 millones de votantes fantasmas en Estados Unidos’ es engañoso 

Por Laura Rodríguez Salamanca

Las cifras que usó el grupo activista legal para llegar a esa conclusión no son comparables y están desactualizadas. La desinformación fue compartida en Colombia por el Portal Oiga Noticias. 

Las cifras que usó el grupo activista legal para llegar a esa conclusión no son comparables y están desactualizadas. La desinformación fue compartida en Colombia por el Portal Oiga Noticias. 

La demora en la entrega de los resultados de las elecciones de Estados Unidos y varias de las declaraciones del presidente-candidato Donald Trump han desencadenado toda clase de desinformaciones en redes sociales sobre un posible fraude en los comicios. 

En las últimas semanas hemos chequeado varias de estas publicaciones, que también han sido compartidas en Colombia y que resultaron ser falsas. Entre las falsedades que hemos desmentido, por ejemplo, están que en Michigan se encontraron 140.000 votos por Biden en el correo y que en el mismo estado aparecieron muertos entre los votantes

En ese contexto, encontramos que el portal Oiga Noticias, al que hemos verificado en diversas ocasiones, publicó dos artículos con el mismo contenido [1 y 2], que no superan los dos párrafos, en los que señala que “el grupo de observación y transparencia Judicial Watch encontró que hay 1,8 millones de «votantes fantasma»” en el país y “352 condados con más votantes que ciudadanos en edad de votar”. Esto, según un estudio publicado en el Washington Times.

Dichos textos, de acuerdo con la herramienta de monitoreo de redes sociales CrowdTangle, han tenido más de 200 reacciones y han sido compartidos en grupos de Facebook como Centro Democrático Bogotá, Uribe Noticias, Amigos de Uribe, Soy Colombia No, Bogotá Uribista y Uribe Senado. 

Pero esta información es engañosa. El estudio del grupo activista legal Judicial Watch no es más que una hoja de cálculo en la que, según varios expertos consultados por nuestros colegas chequeadores de Snopes, en Estados Unidos, se hace una “comparación ‘problemática’ entre dos tipos diferentes de conjuntos de datos” para inducir una conclusión errada.  [Aquí puede descargar los datos].

Como escribió Bethania Palma, autora del chequeo de Snopes, el estudio, que efectivamente se publicó en el portal conservador Washington Times en octubre de 2020, incluye “los datos de registro de votantes más recientes para condados publicados por los funcionarios electorales del estado” y “los datos disponibles más recientes de la Oficina del Censo de Estados Unidos de la Encuesta de la Comunidad Americana (ACS), 2014-2018, específicamente los de la “población ciudadana en edad de votar” [o CVAP]. Así mismo, tiene columnas para los votantes activos e inactivos y el porcentaje total de votantes registrados sobre la población ciudadana en edad de votar. 

Al comparar estas cifras, quienes realizaron el estudio obtenían como resultado que en la columna de votantes registrados sobre población ciudadana en edad votar aparecía un porcentaje mayor al 100 por ciento [como se puede ver en la siguiente tabla], lo cual les llevó a concluir que había más votantes registrados que personas en edad de votar o, como lo llamaron en el Washington Times, “votantes fantasmas”. 

Imagen de tabla

Sin embargo, hay detalles en los datos que inducen al error. “La Encuesta sobre la Comunidad Estadounidense [que es la base que se tomó para determinar la población en edad de votar] se basa en muestras. No es un censo.(...) Sus estimaciones de población entre censos decenales son aproximadas [y] la aproximación será peor a nivel de condados [como se analizó en la tabla] que a nivel de estados. Usar la ACS para determinar la cantidad de votantes elegibles es problemático”, respondió el estadístico Philip Stark, decano asociado de ciencias matemáticas y físicas de la Universidad de California en Berkeley, al ser consultado por Snopes. 

De hecho, como se explica en la página de la Oficina de Censo de Estados Unidos, la Encuesta sobre la Comunidad Estadounidense es diferente al censo nacional. En la primera se hacen más preguntas para “proporcionar información sobre educación, vivienda, trabajo” y otros temas con el propósito de identificar las necesidades de las comunidades, mientras el censo busca obtener cada diez años “el recuento oficial de la población estadounidense”. 

Además de esto, de acuerdo con D. Sunshine Hillygus, profesora de ciencias políticas de la Universidad de Duke, como los datos de la encuesta se recopilan durante cinco años, compararlos con el registro de votantes para las elecciones es “equivalente a una comparación de manzanas con naranjas”. 

Hay otras razones por las que la encuesta resulta inadecuada para el análisis que hizo Judicial Watch. Primero, después de la realización de la encuesta, que de hecho es de 2018, muchas personas cumplieron la edad legal para votar, entonces la cifra de ciudadanos en edad para votar no es certera. 

Segundo, tener 18 años [que es el único criterio que se tuvo en consideración para la base poblacional del estudio engañoso] no es el único requisito para votar en Estados Unidos. En algunos estados están impedidas las personas condenadas por delitos graves y algunas personas con discapacidad mental.

Tercero, según escribió Snopes, “los datos de ACS no reflejarían los cambios de población que han ocurrido desde que se realizó la encuesta, cambios como personas entrando o saliendo de una comunidad”. Esto resulta importante porque, de acuerdo con una encuesta publicada en julio por Pew Research Center, que refirió Hillygus a Snopes, casi uno de cada cinco adultos estadounidenses se mudó durante la pandemia.

Además de esto, Stark le señaló a Snopes otros dos problemas en la comparación: que “las cifras de registro de votantes que mantienen los funcionarios electorales estatales no siempre reflejan el número exacto de votantes registrados en un área determinada, porque las cifras no se actualizan automáticamente cuando una persona se ha mudado”, lo cual, como ya dijimos, es especialmente cierto en medio de la pandemia. 

Así mismo, que “la ley federal y varios conjuntos de leyes estatales rigen cuándo y bajo qué circunstancias una jurisdicción puede incluir a los votantes como inactivos”, por lo cual la columna que resulta de la población en edad de votar sobre los votantes registrados podría incluir votantes que han sido declarados como inactivos.

Entonces, como el estudio de Judicial Watch no es prueba de la existencia de votantes fantasmas porque la comparación que hace tiene datos desactualizados y que no son comparables entre ellos, calificamos como cuestionables los artículos y publicaciones que replican sus supuestos resultados.

Cuento viejo

Hay que aclarar que en Estados Unidos sí hay registros desactualizados de votantes. En 2012, Pew Research Center que encontró que 1,8 millones de los registros de votantes [que, de acuerdo con el estudio, se usan para las listas de registro, la asignación de distritos electorales y otras labores logísticas] eran para personas que habían fallecido, lo cual representa una pérdida de dinero para el Estado y se debía a que el proceso de sacarlas de los registros es dispendioso y muchos familiares no lo hacían. 

Trump sacó de contexto este estudio en las elecciones de 2016 y lo usó para argumentar que esos millones de personas seguramente votarían por Hillary Clinton, tal como se presume en redes sociales para el caso Joe Biden en las recientes elecciones. Pero, según el Washington Post, esa cifra no es señal de una estrategia sistemática para cometer fraude electoral en contra de él. 

Así lo escribió el periodista Philip Bump, autor del artículo: 

“Ciertamente, hay casos en los que se han depositado votos a nombre de personas que han fallecido. Probablemente también haya casos en los que la gente haya votado en dos estados en la misma elección. Pero la pregunta en general es si estas papeletas representan una parte significativa de los votos emitidos, y mucho menos si esto es parte de un sistema organizado para manipular el voto. Y simplemente no hay evidencia de que este sea el caso. Una elección presidencial implica millones y millones de votos. Incluso si se hubieran emitido 1,8 millones de votos a nombre de personas fallecidas, de lo cual literalmente no hay evidencia, y ciertamente no hay indicios de que suceda en 2016, eso no habría marcado una diferencia en los márgenes de ocho de las últimas 10 elecciones presidenciales”.