Este mes de junio, mientras en el mundo se celebra el mes del Orgullo en el que la población LGBTIQ+ se une para conmemorar sus luchas y la libertad de las personas para ser ellas mismas, en las redes sociales aumentan las desinformaciones antiderechos que les atacan. Justamente, una de esas narrativas busca mostrar a las personas trans como enfermas mentales, confundiendo el término disforia de género.
En Colombiacheck identificamos esta narrativa, divulgada tanto en Twitter como en Facebook, en varias publicaciones de personajes, que ya habíamos chequeado por sus afirmaciones cuestionables o falsas en temas similares, como Eduardo Menoni (1, 2), quien es director del portal de derecha Libertadmedia.
Menoni publicó, el 22 de junio pasado, un tuit con la foto del cantante austriaco Thomas Neuwirth, quien creó el personaje Conchita Wurst, con el que ganó el Festival de Eurovisión en 2014 y se convirtió en un ícono LGBTIQ+. La publicación está acompañada del mensaje: “Así el retorcido lobby LGBTIQ+ me caiga encima, esto NO es una ‘mujer’ y NUNCA lo será, es un hombre con trastorno mental que no se acepta a sí mismo, ni a su propio cuerpo, se llama disforia de género y no es una moda para imponer a los niños. ¿Opinas lo mismo?”.
Un día antes de este tuit, Rocío Infante, productora general del mismo portal, había publicado un trino con la foto de Ociel Baena, primer magistrade no binarie del Tribunal Electoral de Aguascalientes, México, y el mensaje: “Un hombre con trastorno mental que usa faldita y tacones, JAMÁS nos va a convencer que es una "MUJER", porque simplemente nunca lo serán”.
Ante las críticas de varios tuiteros, Infante publicó este tuit: “Estos idiotas iletrados no saben que la psicología catalogó a las personas que no están conformes con su cuerpo con ‘disforia de género’ la cual es una condición mental que se trata por profesionales. Pobres ignorantes progres”.
Esta misma narrativa ha sido repetida en redes sociales, incluso con otros tuis exactamente iguales al primero de Rocío Infante (1, 2, 3) y publicaciones Facebook (1) con el mensaje: “Como si se tratara de una burla, diputados del Congreso del estado de Quintana Roo, en su afán de ‘ser muy incluyentes’, invitaron a un hombre con trastorno mental que usa falda y tacones para dar una plática sobre los Derechos Políticos Electorales, como si no hubieran asuntos más importantes que atender, como la seguridad por ejemplo”.
Pero, aparte de estas publicaciones, encontramos que en redes también hablan de la disforia de género para decir que es “un trastorno mental capitalizado por los lobbys farmacéuticos”, “Negocio. Perversión. 2030Adoctrinamiento. Desvirtuacion. Etc etc etc” (sic) o, por iglesias cristianas, para citar a charlas sobre “la ideología de género y la batalla que enfrentan nuestros jóvenes”.
Por estas razones, en Colombiacheck decidimos hacer este explicador en el que hablamos no solo de los conceptos básicos de la diversidad (diferencias entre género y sexo; no binarios, transexuales, travestis, transgénero, transformistas y drag qeens) sino también contestamos las siguientes preguntas:
En el artículo “¿Qué es la ideología de género?”, un explicador realizado debido al alto número de desinformaciones que circulan sobre este término, contamos que los conceptos de género, orientación sexual, identidad de género, entre otros, surgieron en la década de 1970 gracias a los estudios de género. Desde este campo académico se ha afirmado que las características sexuales, la orientación sexual, la identidad de género y la expresión de género son elementos de la condición humana que en muchos casos, pero no siempre, pueden estar alineados.
Científicos como Shäron Moalem, autoridad mundial en diferenciación sexual y enfermedades raras, han explicado cómo sucede esta situación desde el comienzo de la vida misma. En su libro ‘El factor X, sobre la superioridad genética de las mujeres’, Moalem recuerda que los cromosomas sexuales casi siempre están divididos en dos grupos: XX (hembra) y XY (macho) y de allí surge el sexo biológico que, como lo explica Tatiana Moreno, coordinadora de comunicaciones de Caribe Afirmativo, se asigna al reconocer los genitales externos. Un recién nacido con vulva será catalogado como mujer y uno con pene será designado como hombre. Sin embargo, el doctor Moalem afirma que “tu sexo biológico no siempre es igual a tu género. El género no depende de tus cromosomas sexuales sino de tu sentido de masculinidad, feminidad o cualquier cosa intermedia o más allá”.
En el chequeo ‘Tuit desinforma al descalificar a María Fernanda Carrascal por hablar de hombres trans menstruantes’ explicamos que, debido a las diferencias entre sexo cromosómico, sexo asignado al nacer y género, existen personas con vagina, útero y ovarios que se autoperciben como un hombre o, así mismo, hay quienes tienen pene y testículos y se identifican como una mujer.
Aquí, algunos conceptos clave para combatir la desinformación sobre la comunidad LBGTIQ+ tomados del diccionario de la diversidad del Observatorio de Asuntos de Género de Norte de Santander:
De acuerdo con la Guía de Consulta de los Criterios Diagnósticos del DSM 5 (Manual diagnóstico y estadístico de enfermedades mentales, por sus siglas en inglés), la referencia para la psiquiatría a nivel mundial, la disforia de género es “una marcada incongruencia entre el sexo que uno siente o expresa y el que se le asigna, de una duración mínima de seis meses…”. Esta guía establece unos criterios para diagnosticar la disforia tanto en niños como en adultos; para los más pequeños, deben cumplirse al menos 6 características de las que se proponen y, en adolescentes y adultos, deben cumplirse al menos 2. Algunas de esas condiciones son:
En los niños y niñas
En los adolescentes y adultos
Por su parte, en el Manual MSD 5 para profesionales, libro de referencia médica editado por Merck Sharp and Dohme, se explica:
“La incongruencia de género o disconformidad con el género en sí no se considera un trastorno. Algunos miembros de la comunidad transgénero consideran que incluso las formas extremas de no conformidad de género son simplemente una variante normal de la identidad y expresión sexual humana. Sin embargo, cuando el desequilibrio percibido entre el sexo al nacer y la identidad de género que se siente causa a alguien angustia o discapacidad significativa, un diagnóstico de disforia de género puede ser apropiado, centrándose en la angustia de la persona en lugar de en la presencia de la incongruencia de género”.
Cuando el DSM-5 fue publicado en 2013, la American Psychiatric Association (APA) se manifestó en un comunicado sobre la decisión de cambiar el término ‘trastorno’ para categorizar la incongruencia de género por el ‘disforia’ para “evitar el estigma y asegurar el cuidado clínico para individuos que ven y sienten que son parte de un género diferente al que les fue asignado”. La APA también dijo que utilizar el término disforia “no solo es más apropiado y consistente con la terminología propia de la sexología clínica, sino que también elimina la connotación de que el paciente está ‘enfermo’”.
De acuerdo con Angie Posso-Meza, psicóloga especializada en atención a personas LGBTIQ+, aunque la disforia de género haga parte del DSM-5 esto no la convierte en un trastorno o en una enfermedad. “La disforia de género, por ejemplo, puede estar presente como criterio para establecer que una persona padece de la incomodidad con el género asignado, pero no como un trastorno de la conducta o de las denominaciones que figuran como trastorno. Para calificar un trastorno se requieren de varios criterios diagnósticos, no sólo de uno”, explica.
Para el excoordinador del Grupo Nacional de Psiquiatría y Psicología Forense de Medicina Legal, Javier Rojas, la disforia de género es parecida a la depresión y, aunque sería muy fácil pensar que todas las personas trans padecen una disforia de género, esto no es cierto:
“Si bien todas quieren cambiar a un sexo con el que se sienten idenficadas, la experiencia depresiva intensamente incomoda y esa vivencia de ‘disconfort’ no se presenta en todas las personas trans. Es ignorante e incorrecto identificar el hecho de estar en un cuerpo que no corresponde con su identidad de género directamente con la disforia de género. La disforia de género no es no identificarse con el cuerpo físico que tienes, sino que es el malestar emocional relacionado con esa situación y que solo tienen unas de las personas trans que se encuentran en proceso de transformación. De hecho, es más frecuente en las personas que todavía no están en proceso de transformación”.
La quinta versión del Manual diagnóstico y estadístico de enfermedades mentales (DSM-5) fue publicada en 2013 y de allí se excluyó la transexualidad como una enfermedad mental. De acuerdo con la doctora Posso-Meza, en el DSM-4 la transexualidad era nombrada como trastorno de la identidad de género, que a su vez se incluía dentro de los trastornos sexuales y de la identidad sexual, junto con las parafilias y las disfunciones sexuales.
En 2018, la Organización Mundial de la Salud (OMS) también retiró el transgenerismo de la Clasificación Internacional de Enfermedades (ICD-11, por sus siglas en inglés). Allí ya no se habla de la transexualidad o transgenerismo como una enfermedad por sí misma sino de incongruencia de género que, dice la OMS, “se caracteriza por una marcada y persistente incongruencia entre el género experimentado de un individuo y el sexo asignado”. Esta definición además añade que “el comportamiento y las preferencias de género por sí solos no son una base para asignar los diagnósticos en este grupo”.
In the new International Classification of Diseases #ICD11, transgender is no longer considered a mental disorder, but is classified under sexual health conditions. This should reduce stigma and improve care.https://t.co/HxH0V4DqwU pic.twitter.com/vLcbEr1Ts0
— World Health Organization (WHO) (@WHO) June 18, 2018
Rojas explica que la condición de transexualidad no es una patología y resalta que “las clasificaciones internacionales son enfáticas en que no hay patología en la condición trans. En el ejercicio de la medicina nos enfrentamos con una situaciones que son variantes y diversas, pero que son una condición y no una enfermedad. Cuál es la diferencia: que la condición, si bien es divergente o diversa de la mayoría, no es resultado de una situación patológica sino de alguna variante de la normalidad”. El psiquiatra da un ejemplo de esto:
“La calvicie de origen androgénico en los hombres, que depende de los receptores de testosterona que algunos tenemos en nuestra piel de la cabeza y que hace que presentemos una condición que es variante, que es que somos calvos, pero no significa que estemos enfermos de algo. La condición de transexualidad es una variante porque, comparativamente con la mayoría de la gente, que se siente cómoda con el sexo biológico que porta, pero hay gente que no se identifica con ese género y se identifica con el otro o con los dos o con ninguno o alterna su identificación. Esa condición no es patológica. En algunas personas se puede presentar un sufrimiento importante, que sería la disforia de género, y estas personas necesitan una atención, pero para la disforia, y se les da un tratamiento igual que otros trastornos del espectro depresivo”.
En los tuits de los integrantes del medio digital de derecha mencionados en este explicador usan dos imágenes. Aquí le contamos las historias detrás de las fotos.
Como explicamos, esta es la foto del cantante austriaco Thomas Neuwirth, quien creó el personaje Conchita Wurst, con el que ganó el Festival de Eurovisión en 2014. En diversas entrevistas ha explicado que se trata de una persona creada en 2011. En su biografía, guardada en el archivo digital WayBack Machine y citada en Wikipedia, se explica:
“Debido a la discriminación contra Tom en su adolescencia, creó a Conchita, The Bearded Lady [‘mujer barbuda’, en inglés], como una declaración. Una declaración de tolerancia y aceptación, ya que no se trata de apariencias; se trata del ser humano. ‘Todos deberían vivir sus vidas de la manera que quieran, siempre y cuando nadie más salga lastimado o sea restringido en su propia forma de vida’”, se indica en la página de Conchita, personaje que nació en Colombia pero creció en Alemania.
En el mismo perfil se indica: “Conchita debe su nacimiento al hecho de que Tom tuvo que luchar contra la discriminación a lo largo de su vida. Así que creó una mujer con barba. Como una declaración llamativa. Como catalizador de discusiones sobre términos como ‘diferente’ o ‘normal’. Como un medio con el que quiere llevar su mensaje de manera inequívoca e inequívoca por todo el mundo”.
La segunda imagen usada por Rocío Infante para hablar de “un hombre con trastorno mental que usa faldita y tacones” es de Ociel Baena, quien llegó a los medios internacionales a finales de 2022 por ser le primer magistrade no binarie del Tribunal Electoral de Aguascalientes y, en su perfil de Twitter, se identifica como “persona no binaria, especialista en derechos político -electorales, impulsore de litigios estratégicos electorales con perspectiva LGBTIQ+”.
En Colombiacheck nos comunicamos con Baena, quien nos dijo: “Estas publicaciones nos demuestran que el estigma hacia nuestra población sigue existiendo y se ha recrudecido en las redes sociales y especialmente este mes del Orgullo”.
“Llevo cuatro años reconociéndome como una persona no binaria. Esta persona que publica que nunca voy a ser mujer, parte de un desconocimiento de lo que significan las personas no binarias, pues nunca he querido ser mujer. Hablar mi identidad como una disforia de género es falso. Nuestra identidad de género es un derecho humano, pues el libre desarrollo de la personalidad es un derecho fundamental, reconocido por la Corte Interamericana de DD.HH y por la Corte Suprema mexicana”, expresó.
Agrega que, aunque la disforia de género, para él, es un término peyorativo, hay que entender que las personas que no encajan en los estereotipos de la sociedad, son aisladas. “Se le atribuye la disforia a la persona, pero esta la genera el entorno y la sociedad por la humillación, la discriminación y los maltratos”, señala.
Como aseguró el psiquiatra Rojas: “Lo que es incorrecto de estos tuits es que identifican el hecho de estar en un cuerpo que no corresponde con la identidad de género como la disforia de género, pero eso no es la disforia, pues esta es el malestar emocional relacionado con esa situación”.
Sobre el uso de prendas como faldas, tacones y en general accesorios llamativos, también es importante mencionar que la asignación de género que estos han recibido ha cambiado a través de la historia. Luz Lancheros, editora del portal Nueva Mujer de Publimetro, docente e investigadora de moda, recuerda que los hombres han usado maquillaje en otros tiempos, como en el antiguo Egipto, cuando ellos solían delinearse los ojos de negro.
Los nobles de la realeza francesa también utilizaron polvos faciales para aclarar el tono de su piel y rubores para resaltar las mejillas. La corona francesa, en el siglo XVII, fue incluso la que introdujo en Europa los zapatos de tacón masculinos, que ya utilizaban los hombres en la antigua Persia para montar a caballo, como cuenta esta nota de la BBC. Lancheros dice que todos estos ornamentos eran un símbolo de estatus que diferenciaba a la nobleza del resto de la sociedad.