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Lunes, 05 Octubre 2020

“Hemos recuperado más de 6.000 hectáreas de los parques nacionales naturales”

Por Sania Salazar

Este es uno de los chequeos al discurso del Presidente Iván Duque en la versión número 75 de la Asamblea General de la ONU.

Debido a que en prensa de Presidencia no nos contestaron a qué se refería específicamente el Presidente con el término “recuperar”, consultamos a Jesús Orlando Vargas, biólogo del Grupo de Restauración Ecológica de la Universidad Nacional, quien explicó que en ecología se habla de recuperar cuando el ecosistema no se puede restaurar (devolverlo a un estado muy cercano al inicial), solo se recuperan algunas características, pero no se restaura el ecosistema en su totalidad, por lo que se de la otra función. Por ejemplo, se rehabilita el suelo de un terreno que era bosque y que sufrió deforestación, pero luego se utiliza para sembrar plantas medicinales o para agricultura.

Vargas indicó que hay mucha confusión con los términos restauración, reforestación, recuperación y revegetalización, procesos que no son lo mismo, lo que ya ha advertido Colombiacheck en otros artículos. Además, destacó que estos son procesos que requieren muchos años, mucho más que los cuatro que dura un periodo presidencial.

La cifra a la que hace referencia Duque se acerca a las 6.165 hectáreas de bosque que los ministerios de Ambiente y Defensa aseguran haber recuperado en parques naturales en el marco de la Operación Artemisa, una campaña creada por el Gobierno actual que busca combatir la deforestación. 

Sin embargo, el informe Fuerzas Militares y la protección del medio ambiente: Roles, riesgos y oportunidades, de la Fundación Ideas para la Paz, FIP, advirtió que aunque la intervención de los militares puede ser una opción atractiva en el corto plazo, ya que permite realizar acciones concretas que se pueden presentar a la opinión pública —como sucede con las cifras e imágenes de las capturas—, “sus impactos pueden ser poco sostenibles si no se realizan dentro de una estrategia más amplia, que incluya el fortalecimiento del aparato de justicia y la transformación de las condiciones estructurales de las comunidades que habitan los territorios a conservarse”. 

El informe de la FIP también indica que el balance costo-beneficio de estas intervenciones termina siendo desfavorable para el Estado. “Algunas estimaciones señalan que en un solo despliegue en el marco de la Operación Artemisa tuvo un costo de 800 millones de pesos, dejando como balance 17 capturas de personas que en la mayoría de los casos fueron dejadas en libertad”, señala.

Rodrigo Botero, director de la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible, también cuestionó los resultados de la Operación Artemisa en Semana en Vivo. “De los sitios más emblemáticos sobre los cuales se ha hecho Artemisa hay unos sitios muy importantes en donde el resultado ha sido menos que pobre, sitios donde inclusive se ha empeorado la situación”, indicó y aseguró que evidenció esto en sobrevuelos realizados en febrero y marzo de este año.

Botero aseguró que la estrategia no tiene sostenibilidad en la operación, ni acompañamiento civil institucional de largo plazo, ni una consolidación territorial, aunque reconoce cambios en la tendencia de la deforestación en algunas zonas, pero recalcó que la estrategia en general no es sostenible.

Julia Miranda, directora de Parques Nacional Naturales, reportó en agosto pasado durante la rendición de cuentas de esa entidad una reducción de la deforestación en los Parques Nacionales, al pasar del 12% en 2018 al 7% en 2019.

Pero también habría que tener en cuenta las hectáreas perdidas en incendios, que según la Unidad Nacional para la gestión del riesgo de desastres, UNGRD eran 29.309 (en la temporada seca 16 de diciembre de 2019 a 5 de marzo de 2020). Si bien la UNGRD resaltó que había una reducción del 63% frente a la misma temporada seca de 2019, cuando se quemaron 79.774 hectáreas, son cifras que hay que incluir en los balances del asunto, pues muchos de esos incendios se registran en parques naturales y zonas protegidas.

El Monitoreo de territorios afectados por cultivos ilícitos de 2019 de la Oficina de las Naciones Unidas contra la droga y el delito, UNODC, señala una reducción de 1.059 hectáreas de cultivos de coca en los parques naturales de Colombia al pasar de 7.844 hectáreas en 2018 a 6.785 en 2019.

Colombiacheck califica la afirmación como cuestionable primero, porque no hay claridad suficiente sobre qué quiso decir Duque con la palabra “recuperar” y también porque hay críticas a la estrategia institucional con la que se dice haber recuperado ese número de hectáreas.