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Falso

Jueves, 07 Diciembre 2023

Ministro de Salud sustenta en datos falsos su denuncia de un “negocio” con las UCI de covid-19

Por Jhoandry Suárez

En Colombia, estas camas no llegaron a triplicarse. Sí aumentaron a más del doble, como en otros lugares, y no hay evidencia de que causaran “más muertes”.

En un nuevo debate de control político, esta vez en la Comisión Séptima del Senado, el ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, se refirió de nuevo al manejo de la pandemia de covid-19 y criticó la ampliación del número de camas de unidades de cuidado intensivo (UCI) en Colombia, pues lo juzgó como un “negocio”. 

“Les pagaban por cama abierta en cuidados intensivos. Entonces todo mundo se puso hacer cuidados intensivos. Triplicaron las camas de cuidado intensivo porque fue un negocio. Era para salvar la gente, pero el negocio estaba ahí oculto, porque así no estuviera llena la cama, le pagaban”, aseguró el 6 de diciembre. 

Ningún país del mundo tuvo que ampliar las unidades de cuidado intensivos como las ampliamos aquí – agregó–, ninguno. Pusimos unidades de cuidado intensivos en sitios en donde yo nunca me hubiera dejado entubar (...).  Eso no es entubar y poner un respirador. Se generan más muertes con eso que con cualquier otra cosa.

En Colombiacheck verificamos las afirmaciones y concluimos que son falsas, pues las camas de las UCI no se triplicaron en el territorio nacional ni Colombia fue el único país en el mundo en ampliar la capacidad de estas unidades. Además, hasta ahora no hay evidencia que relacione las unidades de cuidado intensivo con un aumento de las muertes de pacientes con covid-19.

Esta es la segunda ocasión en una semana en que le chequeamos una declaración al ministro Jaramillo, quien es médico cirujano cardiovascular pediátrico, luego de que dijera, también en el Congreso, que las vacunas contra el covid-19 habían entrado “sin permiso” al país y que las de tipo ARNm fueron “parte del más grande experimento” en toda la “historia de la humanidad”.

Aunque intentamos contactar al titular de MinSalud, no fue posible. No obstante, en entrevista con Caracol Noticias, cuando le preguntaron por qué decía que las UCI generaron más muertes, respondió que estas unidades eran “supremamente” especializadas y requerían “médicos, especialistas, como también tienen que tener enfermeras y enfermeras auxiliares que tengan la experiencia suficiente”; sin embargo, según él, en pandemia se flexibilizaron y se dejaron en “manos de gente inexperta”.

De acuerdo con la resolución 3100 de 2019 del Ministerio de Salud, una UCI es un entorno donde se brinda atención especializada a pacientes graves y complejos con amenazas potencialmente mortales para sus sistemas vitales. Esta unidad centraliza recursos físicos, tecnológicos (como monitores y ventiladores) y talento humano especializado para la atención de estos casos críticos.

No se triplicaron las camas de cuidado intensivo 

En varias verificaciones nuestras durante la pandemia (1, 2, 3), y hasta en un explicador, corroboramos que el número de camas en las UCI llegaron a incrementar casi 2,4 veces en su punto más alto, es decir, no tres veces como afirmó Jaramillo.  

Los datos mostraron que, previo a la emergencia sanitaria, las camas se ubicaban en torno a las 5.400 para adultos (quienes fueron los principales afectados por el coronavirus), según diferentes fuentes como el Ministerio de Salud, la Asociación Colombiana de Sociedades Científicas (ACSC) y la Asociación Colombiana de Medicina Crítica y Cuidado Intensivo (AMCI). Se debe aclarar que al principio no había claridad sobre el número de partida de los cálculos (al respecto puede leer más en “Cómo se obtienen las cifras de camas en UCI ocupadas en el país”).

Para julio de 2021, el total de camas se situó en su nivel más elevado, en 13.032, de acuerdo con el mapa de capacidad instalada del Sistema Integrado de Información de la Protección Social (Sispro), donde se alojan datos sobre el sistema de salud relacionados con aseguramiento, servicios, financiamiento, entre otros. 

mapa de uciFuente: Sispro. 

En esta contabilización se contemplaban los números del Registro Especial de Prestadores de Salud (REPS), de 6.116 camas de UCI, incluyendo 1.152 neonatales y 515 pediátricas, más la capacidad de camas en el país con autorización transitoria por la pandemia.

Entre 2020 y 2021, por lo tanto, se pasó de 5.400 camas a más de 13.000, lo que equivale a un aumento de 141%, es decir, 2,4 veces. 

La Asociación Colombiana de Infectología, en un reciente trino en respuesta a las declaraciones del ministro, explicó que en la emergencia por el covid-19 la “única alternativa de tratamiento disponible era el manejo de complicaciones de forma multidisciplinaria”, por lo que el escenario correcto era la UCI, frente a la “aparición de casos severos y sin vacunas, sin antivirales disponibles como hoy”.

“La cantidad de camas UCI eran insuficientes en el país para atender el número de casos, incluso, en los picos la ocupación de todas las UCI (existentes y nuevas) estuvo sobre el 100%. Fue una respuesta adecuada y necesaria a una situación de emergencia sin precedentes”, recordó el gremio científico.  

 

En uno de los chequeos antiguos de Colombiacheck se menciona que sí hubo críticas a la falta de personal para atender el aumento de estas unidades. “Algunas organizaciones médicas se han quejado de que el personal disponible para atenderlas no ha crecido al mismo ritmo, lo que endureció sus condiciones laborales y afectó su salud. En enero, AMCI calculó que los intensivistas apenas habían aumentado un 25 %, casi la quinta parte de lo que habían aumentado las camas en esas unidades hasta ese mismo momento”, dice la nota de agosto de 2021. Sin embargo, esto basta para probar el señalamiento del ministro de que se causaron “más muertes”.

El ministro insiste en la tesis de las UCI como “negocio”

Jaramillo aseguró que, aunque las UCI eran para “salvar la gente”, hubo un negocio “porque así no estuviera llena la cama, le pagaban”. Una declaración que ya había hecho en mayo, cuando señaló que en estas unidades de cuidado intensivo “estuvo uno de los más grandes negocios”. “En nuestro departamento [Tolima] abrieron UCI como si estuvieran abriendo cualquier tipo de droguería”, describió.

Luego de esta denuncia, la Procuraduría abrió una indagación preliminar para comprobar si hubo irregularidades en la ampliación de las UCI y para ello también llamó a declarar al ministro. Sin embargo, hasta el momento no se ha publicado alguna actualización sobre la indagatoria. 

El gobierno Duque, no obstante, mediante la resolución 1161 de 2020, sí dispuso de un pago para las Instituciones Prestadoras de Salud (IPS) por su disponibilidad de camas UCI, como también lo hizo por otros servicios y tecnologías en salud que se emplearon para atender el covid-19. Esto quiere decir que se pagaba por camas habilitadas de UCI un monto de 456.482 pesos así no estuvieran ocupadas. 

Esta medida del Gobierno se destinó para que el sistema de salud contara con los servicios de cuidados intensivos necesarios frente a la pandemia, de manera que no hubiese un colapso, y también fue una solicitud de clínicas y hospitales para contar con los recursos para ampliar su capacidad instalada.

 

Igualmente, en varios departamentos y ciudades del país se llegó a usar la totalidad de la capacidad de camas UCI disponibles (1, 2, 3, 4, 5).

Andrés Vecino, investigador de la Universidad Johns Hopkins de Estados Unidos, explicó que precisamente el hecho de haber tenido disponibilidad en las UCI obedecía a un tema de option value, cuando el valor de tener un bien o servicio disponible es mayor que el costo de mantenerlo. En el caso de la pandemia, era necesario tener la posibilidad de recibir pacientes críticos pues el valor de sus vidas era mayor al costo de mantener las camas abiertas.

Apuntó que en Perú, ante la escasez de camas UCI, les cobraban a los pacientes hasta 30.000 dólares, lo cual “se tradujo en mayor mortalidad y en mayor gasto de bolsillo para las familias”.

Más países ampliaron sus UCI

El ministro Jaramillo también declaró que “ningún país del mundo tuvo que ampliar las unidades de cuidado intensivos como las ampliamos aquí”, una afirmación también rebatible, pues en el mundo otras naciones también aumentaron sus UCI para enfrentar la pandemia.

Sin salir de América Latina, en nuestro chequeo “Colombia no es el único país de Latinoamérica en duplicar sus camas UCI en seis meses”, comprobamos que hubo una ampliación de la capacidad de estas unidades. En Perú, por ejemplo, pasaron de tener 656 camas en abril de 2020 a 1.599 en octubre del mismo año, más del doble. En Paraguay también se multiplicó por dos el total de camas.

En la capital de Ecuador, Quito, la cantidad de camas UCI se sextuplicó, aunque en otras ciudades de ese país, como Guayaquil, no lograron aumentar ni un 15 por ciento. En Uruguay, por otro lado, la cifra varió de 121 a 142.

Los datos dispersos que pudimos encontrar sobre otras partes del mundo también dejan entrever aumentos drásticos. Un análisis de Oxford University Press mostró que en Malta se llegó a quintuplicar el total de camas disponibles, pasando de 20 a 100.

Entre los países más afectados por el covid-19 figura Estados Unidos, donde incrementaron el número de camas UCI un 36% durante los primeros meses, según datos de la Red Nacional de Seguridad de la Atención Médica.

Una investigación publicada en la revista Nature calculó que las camas de en Berlín, Alemania, pasaron de 1.045 a 2.267. En regiones de Italia como Lombardía se registró un incremento de hasta 4 y 5 veces. Mientras que en Madrid, España, la capacidad se triplicó.

Otro estudio en la revista Health Policy evaluó varios países nórdicos y de Europa occidental y concluyó que el “el aumento de la capacidad de las UCI fue importante para dar cabida a la gran demanda de cuidados intensivos durante la primera ola" de contagios y resaltó que “los Países Bajos, Suecia y Lombardía no habrían podido tratar a todos los pacientes con Covid-19 que requirieron cuidados intensivos durante la primera ola sin una capacidad de emergencia en las UCI”.

Esto deja en evidencia que es errónea la afirmación de Jaramillo, pues algunos países no solo duplicaron las camas de UCI, como ocurrió en Colombia, sino que hasta la quintuplicaron. En algunas ciudades capitales, se multiplicó incluso por seis. 

Un tercio de muertes de pacientes en UCI en Colombia

El ministro de Salud también expuso que, con las UCI supuestamente inadecuadas y abiertas por “negocio”, se generan “más muertes que con cualquier otra cosa” en plena pandemia. Sin embargo, los estudios disponibles a la fecha muestran que un tercio de pacientes fallecieron en cuidados intensivos o que, donde no había acceso a ellos, hubo mayores casos de muertes. 

Los resultados de un estudio clínico hecho para Colombia a partir de herramientas proporcionadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), expusieron que la tasa de letalidad de los pacientes ingresados en cuidados intensivos alcanzó el 30,5%. En este caso, se cubrió desde los inicios de la emergencia hasta junio de 2021, cuando ya habían pasado los mayores impactos.

En una revisión sistemática más amplia del Journal of Preventive Medicine and Hygiene, qué tuvo en cuenta estudios sobre todo en China y países del Norte Global, los científicos concluyeron que la tasa de letalidad en pacientes adultos internados en UCI fue de 37%. Es decir que, aunque la comparación es más compleja, el dato de Colombia sería por lo menos similar e incluso un poco mejor.

Por otro lado, un estudio publicado a mediados de mayo de 2020, centrado en Italia, reveló una mayor tasa de mortalidad en la región norte, donde la capacidad de ingreso a UCI era limitada. Y otro informe del Journal of Hospital Medicine, focalizado en Estados Unidos, sostuvo que en áreas con hospitales menos equipados con camas de UCI, personal de enfermería y capacidad para pacientes con covid-19, se registró un aumento en las muertes por la enfermedad en abril de 2020.

Por último, un estudio publicado en Plos One en 2022 asegura que, cuando la cantidad de pacientes con necesidad de cuidados intensivos sobrecargan los recursos de un hospital, decaen la calidad de la atención médica y los resultados; por lo tanto, puede aumentar el número de muertes.

“Al principio de la pandemia, sobre todo en los primeros meses, la letalidad en UCI por covid-19 era muy ‘alta’. Alta siguió siendo porque obviamente las personas que ingresan a UCI tienen muchos factores de riesgo: edad avanzada, comorbilidades, etc.”, indicó Julián A. Fernández-Niño, exdirector de Epidemiología y Demografía del Ministerio de Salud que ocupó ese cargo durante la crisis.

El especialista agregó que, con el tiempo, las muertes fueron disminuyendo porque mejoraron las prácticas clínicas y el manejo de corticoides para su tratamiento. 

En resumen, calificamos de falsas las afirmaciones de Jaramillo porque en el país no se triplicaron las camas en las UCI, sino que se aumentaron un poco más del doble, y otros países también ampliaron la capacidad de unidades de cuidados intensivos en una proporción similar. Además, hasta el momento no existen pruebas de que con esas unidades se provocaran “más muertes”, como dijo él.

Actualización, 12 de diciembre de 2023, 3:50 p.m.

Tras la publicación de este chequeo, recibimos comentarios en los que nos enviaron el reportaje de Cuestión Pública titulado “El millonario negocio de las camas vacías”, donde se documenta que, de los 366.385 millones de pesos que le giró la Adres a clínicas y hospitales por mantener sus camas UCI e intermedias vacías durante la pandemia, el 73% terminó en manos de entidades privadas. De modo que la calificación de esos hechos como un “negocio” por parte del ministro Jaramillo es una opinión que deriva de esa interpretación y, por tanto, no es verificable en sí misma. Por tanto, corregimos algunas partes del texto que podrían resultar confusos en ese sentido, pues habíamos dicho inicialmente que “no hay evidencia” para tal señalamiento.

No obstante, los hechos verificables que citó el ministro y en los que se centró realmente nuestro chequeo (la supuesta triplicación de las camas de cuidados intensivos en Colombia, no equiparada por ningún otro país y relacionada con más muertes) siguen siendo falsos. Los datos son contrarios a esas aseveraciones del funcionario.