Falso Falso Falso Falso Falso Falso Falso Falso
Falso
En medio de un debate de control político por parte del Senado por el desabastecimiento de algunos medicamentos en el país, el ministro de Salud, Guillermo Jaramillo, criticó la vacunación contra el Covid-19 llevada a cabo por el gobierno anterior y aseguró que “todos los colombianos que están vacunados sirvieron para el más grande experimento que se haya hecho en toda la historia de la humanidad”.
“No podemos ser factor de experimentación. Todos los que estamos vacunados hoy, con excepción de los que cogimos Sinovac, yo tengo tres de Sinovac, toda la nueva tecnología es una tecnología y todas las vacunas entraron aquí sin permiso”, declaró frente a la comisión primera del Senado el martes 28 de noviembre.
“No podemos seguir experimentando con la comunidad colombiana, y menos con los indígenas, con los negros y con los más pobres de este país, con los campesinos”, subrayó.
En Colombiacheck, ante el alcance de las declaraciones de Jaramillo, las verificamos y concluimos que son falsas, pues las vacunas que ingresaron a territorio colombiano contaron con el permiso del Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima); previamente ya se habían estudiado sus efectos e incluso contaban con el respaldo de la Organización Mundial de la Salud (OMS), por lo que su aplicación masiva no fue un experimento.
En redes sociales no pasaron 24 horas cuando varios usuarios reprodujeron estas afirmaciones y criticaron la postura del ministro, tildándolo en algunos casos de “antivacunas”, tal como hizo el representante a la Cámara por Bogotá del opositor Centro Democrático Andrés Forero:
Aterra que tengamos a cargo del @MinSaludCol a un “anti-vacunas”.
— Andrés Forero CD #1️⃣0️⃣1️⃣ (@AForeroM) November 29, 2023
Con razón demoró tanto la llegada y aplicación de las de las bivalentes contra el COVID 19, que corren riesgo de vencerse.
Afortunadamente @GA_Jaramillo no tuvo que enfrentar lo más crítico de la pandemia. pic.twitter.com/HqJXEflaEe
El presidente, Gustavo Petro, no obstante, salió en defensa de su funcionario y aseveró que calificarlo de “antivacunas” era una “calumnia”.
Calificar al ministro de salud de ser "antivacunas" es simplemente, una calumnia.
— Gustavo Petro (@petrogustavo) November 30, 2023
Guillermo Alfonso fue el secretario de salud de Bogotá que adelantó de las más fuertes campañas de vacunación para la protección vital de la infancia. Logró la gratuidad de muchas de las vacunas.… https://t.co/a50reNLblp
A pesar de que intentamos contactar al ministro –que, además, es médico cirujano de profesión, aunque especializado en otros campos– para obtener detalles sobre su pronunciamiento, no fue posible. No obstante, en un comunicado publicado este miércoles 29 de noviembre, se retractó de sus declaraciones y aclaró que hablaba de las vacunas basadas en ARNm (ácido ribonucleico mensajero, un tipo de material genético).
“Por tratarse de una emergencia sanitaria, se permitió el uso masivo de estos biológicos sin cumplir completamente con las fases 3 y 4 del método científico, teniendo en cuenta que la fase de ensayos clínicos permitió verificar que estas nuevas tecnologías eran muy prometedoras para la disminución de muertes y hospitalizaciones, y la efectividad y seguridad de las vacunas contra el Covid-19 se fue aclarando tanto con nuevos ensayos clínicos, como con su aplicación”, señaló.
Resaltó que, aunque haya hecho “referencia a la fase de experimentación de las vacunas”, no significaba que las rechazaba y que con base a la evidencia científica disponible, el Ministerio de Salud sigue incluyendo entre las inmunizaciones contra el Covid-19 vacunas de ARNm.
El ministro de #Salud @GA_Jaramillo comparte comunicado a la opinión pública sobre el tema de vacunas. pic.twitter.com/UyFj7a6lGf
— MinSalud Colombia 🇨🇴 (@MinSaludCol) November 30, 2023
Hicimos un rastreo de las afirmaciones del Ministro de Salud en grupos y canales antivacunas de la plataforma de mensajería Telegram, donde principalmente se alojan por las restricciones en otras redes sociales, y encontramos que varios de ellos, que ya hemos chequeado, se apoyaron en sus declaraciones para alentar su discurso en contra de la inmunización.
Entre ellos figura la Veeduría por la Verdad, con 16.000 seguidores, donde varios usuarios compartieron videos y noticias relacionadas (1, 2, 3, 4, 5) como: “Descarados médicos matasanos será que si son capaces de firmar para aprobar que se vacunen más gente o tal vez los que hablan ahí no son médicos” (sic), “Pero se les dijo a los colombianos que eso era un experimento y no creyeron, hoy en Blu radio se rasgan las vestiduras por eso que dijo el ministro, que le dijeron antivacunas” (sic).
En esta y otras plataformas digitales, a este grupo lo hemos verificado en reiteradas oportunidades por desinformar sobre la creación de un comité de expertos sobre las vacunas o al decir que la del laboratorio Pfizer contra el Covid-19 hace daño al riñón y que Invima lo había “reconocido” (esta es una de las que utilizó la técnica del ARNm) o que mosquitos de Bill Gates habían ‘triplicado’ casos de zika, dengue y chikunguña en Antioquia. Incluso ha intervenido en otros temas, como el del proyecto de nuevo Código Electoral, también con falsedades.
Además, encontramos otros mensajes conspiranoicos basados en las declaraciones de Jaramillo (1, 2) en el canal de Familias por la Verdad, un movimiento antivacunas y ultraconservador colombiano, el cual en el pasado también ha desinformado e incluso ha convocado a manifestaciones contra la inmunización con base en esto.
Con una revisión a través de las herramientas de búsqueda en Telegram, Tgstat y Telemetr, hallamos otros canales internacionales, algunos de Chile y España, que replicaban las afirmaciones del ministro (1, 2, 3, 4, 5, 6, 7), entre ellos: Despertando de la Matrix, con casi 90.000 suscriptores, Testimonios Vacunas Chile y Médicos por la Verdad España.
La Asociación Colombiana de Infectología, en respuesta a Jaramillo, recordó que “el uso de las vacunas contra SARS-CoV-2 [el virus causante del Covid-19] en Colombia, al igual que en el mundo fue profundamente estudiado y revisado, basado en la mejor evidencia disponible en una pandemia”.
“Todas las vacunas, de todas las plataformas, virus inactivados, vector viral, antígenos y ARNm surtieron los estudios de fase I, II, III. La evidencia muestra que fueron efectivas y seguras. La plataforma ARNm permite actualizar las vacunas a las mutaciones del virus”, resaltó.
Por su parte, la Academia Nacional de Medicina considera que la información disponible “con base en estudios metodológicamente bien realizados es incontrovertible y ha beneficiado a la población colombiana y a la población mundial”.
#PronunciamientoAcademia La Academia Nacional de Medicina defiende y promueve la vacunación como el más importante avance en salud pública en el siglo XX en beneficio de la población colombiana y mundial. pic.twitter.com/YFLm2lG4nu
— Academia Nacional de Medicina (@ANM_Colombia) November 30, 2023
También la Asociación de Epidemiología del país defendió la efectividad demostrada por las vacunas, especialmente en “los grupos de mayor vulnerabilidad como adultos mayores y personas con morbilidad crónica”.
Dentro del plan de vacunación contra el Covid-19 puesto en marcha por el Ministerio de Salud en 2021 se contemplaron cinco marcas de vacunas: Pfizer, Astrazeneca, Janssen, Moderna y Sinovac (solo las dos primeras son de ARNm), todas autorizadas durante ese año por el Invima, la entidad encargada de entregar los permisos.
En ese momento se manejó una Autorización de Uso de Emergencia (Asue), la cual se diferenciaba de un registro sanitario porque se trataba de un permiso temporal y condicionado para el uso de medicamentos biológicos o de síntesis química que no contaban con toda la información requerida para el registro sanitario y que estaban dirigidos al diagnóstico, prevención o tratamiento de Covid-19.
Para otorgarla, se hacía un análisis caso a caso y con enfoque de riesgo, verificando la calidad, seguridad y eficacia. Igualmente, a medida que avanzaba el uso del producto, cada titular de autorización debía aportar nueva información sobre sus desarrollos y avances (1, 2).
Claudia Vaca, directora del centro de pensamiento "Medicamentos, Información y Poder" de la Universidad Nacional de Colombia, nos aclaró que este tipo de permiso es utilizado por muchas agencias sanitarias desde hace varios años, precisamente para reducir la información clínica requerida para la autorización de medicamentos, tratamientos, vacunas o terapias de alto interés en salud pública y para enfermedades frente a las cuales no hay tratamientos disponibles.
“Esa reducción de ensayos o de datos clínicos se hace sobre la base justamente de la no existencia de tratamientos o de alternativas y establece que la información restante se debe recoger en la fase post-comercialización (fase 4)”, apuntó.
En 2021, el Invima le otorgó autorización de uso de emergencia a las vacunas:
La profesora Vaca coincidió con el comunicado del ministro en que todas las vacunas Covid-19 entraron a comercialización sin fase 4, que por definición es posterior a la comercialización, y solo con cierta información de la fase 3, pero para la cual hubo un compromiso de terminar. “En algunos casos los protocolos se cerraron porque los estudios preliminares, los cortes de análisis iniciales, daban un beneficio claro, entonces no tenía sentido exigir la entrega en condiciones controladas de lo demás”, señaló.
“La fase 4 es parte de lo que tenemos que hacer y recoger. De hecho, nosotros tenemos una deuda y una necesidad y una obligación de hacer estudios de farmacovigilancia y fase 4 a largo plazo que se deben hacer para todos los productos”, añadió.
Para conocer más sobre las fases de una vacuna, puede ingresar aquí.
En nuestro explicador “¿Son seguras las vacunas del Covid-19?”, perteneciente al especial “Mentiras y verdades sobre el coronavirus”, detallamos que cuando comenzaron a llegar las vacunas al país, estas ya habían pasado por un proceso cuidadoso y riguroso de al menos 3 fases, incluyendo el estudio en miles de voluntarios.
Las pruebas de seguridad arrancaron en el laboratorio con investigaciones en células y animales en las cuales se evaluó la toxicidad. Luego se hicieron los estudios en miles de seres humanos para evaluar y garantizar la seguridad y capacidad de la vacuna para proteger contra el Covid-19, además de analizar cuántas dosis se necesitarían para cada vacuna.
Las fases contaron con la vigilancia de la Juntas de Monitoreo de Datos y Seguridad (DSMB), un grupo de expertos en las áreas pertinentes, independientes y ajenos al ensayo clínico. Solo si no había problemas de seguridad con las vacunas, pasaban a la siguiente fase. Tal estructura de monitoreo está diseñada para detectar todos los efectos secundarios asociados a las vacunas, así como los menos esperados que alertaran para detener los estudios.
Las autorizaciones para el uso general de vacunas contra la Covid-19, tales como las de Pfizer/BioNTech, Moderna, Astrazeneca y Sputnik V (un desarrollo ruso que no llegó a Colombia) fueron concedidas únicamente después de que todos los datos de seguridad recopilados durante las investigaciones fueran exhaustivamente revisados por instancias externas, como la Administración de Medicamentos y Alimentos de los Estados Unidos (FDA), la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
También los datos debieron ser publicados en revistas científicas para el escrutinio de otros científicos, tales como New England Journal of Medicine (1, 2, 3) y The Lancet (1 y 2), entre otras.
La evaluación de seguridad tampoco se acabó con la aprobación de las vacunas, pues los fabricantes tienen que continuar con estudios de seguridad sobre sus productos, subraya la Organización Panamericana de la Salud, e incluso deben mostrar pruebas que garanticen que cada lote de vacuna es de buena calidad.
En un estudio multinacional publicado en la revista The Lancet en septiembre de 2021 sobre la efectividad de seis tipos de vacunas (Sputnik V, mRNA-1273, CoronaVac, ChAdOx1, BNT162b2, Ad26.COV2.S) en países de América Latina, entre ellos Colombia, encontró que estos productos habían sido eficaces para evitar hospitalizaciones y mortalidad por el Covid-19. Un resultado similar al que consiguió otra investigación en Colombia difundida por la misma revista en 2022.
Hasta la fecha, existen diez vacunas autorizadas por la OMS, entre las cuales existen de ARN mensajero, de vectores virales, de subunidades proteicas y de virus inactivado.
En efecto, para el momento de la pandemia, la tecnología de mRNA fue nueva en el sentido de que no se había usado de forma masiva antes, aunque ya estaba en desarrollo para otras enfermedades. Por otro lado, solo la usaron en las inmunizaciones de Pfizer y Moderna; por lo tanto, no es cierto lo que sugirió Jaramillo en el Senado de que todas tenían esa tecnología excepto la de Sinovac (la que afirmó haberse aplicado en tres dosis).
Como contamos en el explicador “Cuáles son y cómo funcionan los tipos de vacunas para el Covid-19”, estas vacunas inyectan en el cuerpo humano fragmentos sintéticos, hechos en el laboratorio, de ADN o de ARN con información del virus contra el que se quiere proteger.
Entonces, si el ADN es el ácido desoxirribonucleico, el código genético de la vida; el ARN, ácido ribonucleico, tiene una estructura similar al ADN pero con algunas diferencias, entre ellas que el ARN es una molécula frágil que se destruye apenas cumple su función.
Las vacunas operan como mensajeros, utilizando un fragmento especial de ARNm para transmitir información del SARS-CoV-2 a nuestras células y lleva consigo las instrucciones precisas sobre cómo construir la proteína S que se encuentra en el coronavirus, lo cual alerta al sistema inmune de la presencia de algo extraño y se activan los glóbulos blancos que producen las defensas o anticuerpos para que el cuerpo enfrente el virus más adelante.
Este tipo de inmunización ha generado todo tipo de teorías conspirativas y que hemos aclarado en diferentes chequeos. Por ejemplo, que no podrán modificar nuestra información genética, sobreescribir nuestro ADN ni causar mutaciones severas o enfermedades genéticas graves y tampoco causarían esterilidad.
En agosto de este año, también se dijo que podría causar microcoágulos de sangre, pero también en un chequeo descubrimos que era mentira, pues hasta ahora las investigaciones científicas no han encontrado evidencia relacionada.
Fuente: Colombiacheck.
En contraste, los investigadores pioneros en la investigación de esta tecnología incluso fueron galardonados en octubre pasado con el Premio Nobel de Medicina.
En resumen, calificamos de falsas las afirmaciones del ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, al decir que “todas las vacunas entraron aquí [a Colombia] sin permiso” y “todos los colombianos que están vacunados [contra el Covid-19], sirvieron para el más grande experimento que se haya hecho en toda la historia de la humanidad”, ya que el Invima sí expidió las autorizaciones pertinentes y las vacunas pasaron por diferentes pruebas, incluso en humanos, antes de su aplicación en la población general, lo cual desmonta la tesis de una experimentación; además, luego se hicieron estudios para corroborar su eficiencia y seguridad.