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Falso
“Acá en Montería todo el mundo se enteró [de que] ahora que el matarratón contiene ivermectina”. Con estas palabras se inicia un audio con el que, a través de WhatsApp, se promueve la prevención de las complicaciones del COVID-19 tomando infusiones de hojas de este árbol, que se usa comúnmente como forraje para ganado.
“¡Imagínate! Es un hecho que el matarratón contiene ivermectina. Hay muchas plantas que la contienen, pero el que más la contiene es el matarratón. (...) A mí me lo explicó un veterinario que está en ese cuento”, dice un hombre que no se identifica.
Luego recomienda: “usted va a coger una hoja de matarratón y la vas a echar (sic) a hervir en un poquito de agua, como donde te salga la tacita, la tomas como si te fueras a hacer un tinto instantáneo, un café instantáneo. Es una hoja por persona (...) Si son cinco personas, echen agua como si fueran a hacer café para cinco personas y échenle cinco hojitas. Bueno, que se pasen dos hojitas más, que le echen, por ejemplo, si van a tomar cinco personas, que le echen siete hojitas. Pero es una hojita por persona de matarratón”.
Además el autor del audio explica: “con eso estás fortaleciendo tu sistema inmunológico. No significa que no te va a dar [COVID-19], sino que a la persona que le da medio le da ahí y ya, y no lo pone en un estado crítico. Esa es la función de la ivermectina”.
Pero este audio, por un parte, cumple con varias de las características de los audios con información falsa que circulan en WhatsApp, que ya hemos resumido en un artículo y en un video, como emplear un tono familiar o cercano y no permitir la identificación de la fuente de la información. Y por otra parte, incluye datos falsos y promueve la automedicación.
No es cierto que el árbol de matarratón [Gliricidia sepium] contenga ivermectina, un antiparasitario que se cree que puede ayudar a tratar el COVID-19, pero sobre el cual aún no hay suficiente evidencia científica porque solo se ha probado a nivel de laboratorio.
“La ivermectina no es un producto natural, sino un derivado de un producto natural, entonces no se encuentra directamente ni en el matarratón ni en ninguna planta”, nos dijo Fabio Mayorga Niño, licenciado en química, doctor en Farmacia y profesor de la Universidad Pedagógica Tecnológica de Colombia.
Por su parte, José Julián López, químico farmacéutico, doctor en Ciencias Farmaceúticas y profesor de la Universidad Nacional, nos explicó: “el origen de la ivermectina es de una bacteria: la Streptomyces avermitilis. Y no es una sola sustancia, sino una mezcla de dos sustancias, que son la avermectina B1a y B1b. El árbol de matarratón tiene ciertos componentes químicos como los flavonoides y cumarinas, que realmente no tienen ningún parecido químico o estructural con la ivermectina”.
Esta afirmación tiene varios errores. Primero, todas las fuentes a las que consultamos coincidieron en que ni la ivermectina ni ninguno de los componentes del matarratón tienen dicha acción en el organismo.
Gonzalo Amézquita, químico farmacéutico con maestría en Ciencias y miembro del equipo de Cuestión de Dosis, un canal de YouTube sobre medicamentos, nos explicó que existe cierta confusión sobre el funcionamiento de la ivermectina. “El mecanismo de acción [aún no está claro] por el cual podría eventualmente tener actividad antiviral evita que el virus apague los mecanismos de defensa de las mismas células a las que infecta. Por eso la gente piensa que se está fortaleciendo al sistema inmunológico. Pero no es así; lo que parece que hace la ivermectina es que evita que las células que van a ser infectadas por el virus dejen de defenderse”.
Con respecto al matarratón, nos dijo: “no existe ningún tipo de reporte que diga que podría contribuir al funcionamiento del sistema inmune. Los estudios que han hecho hasta ahora dicen que de pronto tiene actividad antimicrobiana, antioxidante y antiparasitaria. Por eso se usa a veces para desparasitar ganado o para matar roedores pequeños. También tiene una posible actividad antifúngica, que se ha querido estudiar en humanos, pero no lo sabemos aún”.
Por otra parte, teniendo en cuenta todas los remedios caseros que se han difundido en los últimos meses con la promesa de que “incrementan”, “suben” o “fortalecen” la actividad del sistema inmunológico, el profesor López nos aclaró que este efecto es falso.
“Si bien es cierto que algunas vitaminas son partícipes en el proceso del mantenimiento del sistema inmune, eso no quiere decir que se ‘aumente’, sino que ayudan a mantener la integridad del sistema inmune. No hay sustancia que aumente la actividad del sistema inmune, esto no sería bueno. Hay muchas enfermedades que son producidas por una su actividad exagerada como el lupus, la miastenia o la esclerosis”, dijo.
De acuerdo con Amézquita, en teoría no hay ningún riesgo en el consumo de esta infusión, pero no eso no quiere decir que se recomiende para prevenir los efectos del COVID-19. Además, el químico farmacéutico aclaró: “en el Vademecum Colombiano de Plantas Medicinales, dice que no existe ninguna precaución en la toma de esta planta que se haya descrito. Pero hay que tener en cuenta que muchas veces no se hacen estudios con las plantas medicinales para determinar qué efectos adversos tienen porque la gente las usa como quiere y las preparaciones son siempre nuevas”.
Por su parte, el profesor López, nos contó:“la planta deriva su nombre de su acción rodenticida [pesticida para matar roedores]. Aunque no conozco referencias de intoxicación o muertes por ingesta de esta planta, el riesgo de toxicidad es potencial. Eso depende de la cantidad que se consuma y de la forma en que se extrae”.
Hay que tener precaución a la hora de recomendar y seguir sugerencias sobre el consumo de plantas de la forma simple en la que se hace en el audio: una hoja para una persona y cinco hojas para cinco personas, sin importar si padecen alguna enfermedad.
“Se necesita una convalidación científica para determinar qué cantidad es correcta y segura administrar. Si toma un acetaminofén puede saber qué cantidad está ingiriendo, pero en las plantas no se sabe y, en consecuencia, tampoco se conoce si el organismo está apto para recibir esa cantidad. Además, las plantas tienen muchas sustancias que pueden tener interacciones con medicamentos o alimentos”, señaló Mayorga.
No. Como escribimos en otro artículo, este medicamento, que está aprobado en Colombia como antiparasitario para algunas enfermedades tropicales, solo se ha probado como tratamiento para el COVID-19 a nivel de laboratorio y aún falta mucho por saber sobre su mecanismo de acción. “Debe probarse en animales y en personas enfermas, para descartar posibles efectos secundarios y determinar las dosis adecuadas, así como la mejor forma de administrarlas”, escribimos en el texto.
Con esta versión coinciden el Ministerio de Salud, el INVIMA, el Instituto de Evaluación Tecnológica en Salud y la Asociación Colombiana de Infectología, organizaciones que anunciaron el pasado 12 de julio que “no recomiendan el uso de ivermectina como tratamiento para el COVID-19, salvo cuando se use dentro de un estudio clínico que haya sido aprobado por el INVIMA”.
De hecho, Eduardo López, director científico del Centro de Estudios de Infectología Pediátrica, la única institución autorizada en el país para desarrollar estudios clínicos en humanos con este medicamento, dijo en una entrevista para Cuestión de Dosis, el canal sobre medicamentos de Gonzalo Amézquita, que el estudio que lidera arrojará resultados hasta en por lo menos cuatro meses y, por supuesto, no recomienda consumirlo para usos diferentes a los aprobados.
Como ya hemos aclarado antes, no existe un tratamiento exclusivo aprobado para el COVID-19. Las únicas medidas que recomienda la OMS es el lavado de manos, el distanciamiento social y el uso de tapabocas.
¿Pero qué puede pasar si se consume la ivermectina sin necesitarla? “Aunque en la literatura científica no se han encontrado efectos adversos importantes o que pongan en riesgo la salud, sí es un problema consumirla en esta situación porque las personas que la necesitan no van a poder tener acceso a ella, y este medicamento fue utilizado para el tratamiento de algunas parasitosis tropicales. Entonces, las consecuencias no son tan importantes a nivel individual como sí sobre la salud pública en aquellas zonas donde hay una alta prevalencia de personas con este tipo de infección”, nos explicó el profesor López.
Debido a que la fuente de la recomendación del audio que está circulando en WhatsApp es supuestamente un veterinario y a que se ha reportado que en algunas zonas del país se está adquiriendo la ivermectina de uso veterinario para tratar y prevenir el coronavirus, también consultamos a los expertos sobre las posibles consecuencias de su consumo.
Para Julián López, “los medicamentos de uso veterinario deben cumplir con unos requisitos muy similares a los medicamentos de uso humano. Entonces el asunto no es en términos de calidad. Lo que sí podría llegar a pasar es que se consuman dosis muy altas, porque, por ejemplo, un toro o una vaca pueden llegar a pesar 500 kilos, lo cual influye en la dosis que se le administra, y es casi imposible que un humano alcance ese peso”.
Con esto coincide Amézquita, quien agregó, “los efectos adversos pueden ser mareos, vómito, malestar estomacal y, si llegamos a un extremo, podría ser vértigo, taquicardia, y anormalidades neurológicas. Eso ocurriría con dosis que espero que nadie vaya a tomar”.
Entonces, calificamos como falso el audio con el que se difunde que el árbol de matarratón contiene ivermectina y que tanto ese medicamento como el matarratón fortalecen el sistema inmune y evitan complicaciones cuando alguien se enferma de COVID-19. De paso, calificamos como falso que la ivermectina sirva para prevenir tanto el contagio como el agravamiento del coronavirus y que sea aconsejable consumir ivermectina de uso veterinario.