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Inchequeable

Sábado, 01 Agosto 2020

No hay cómo saber si reabrir iglesias es ‘500 veces peor’ que días sin IVA

Por José Felipe Sarmiento

Aunque ambas medidas aumentan el riesgo de contagio de COVID-19, no hay datos que permitan confirmar o descartar la comparación que hizo entre ellas la alcaldesa de Bogotá, Claudia López.

En un foro virtual sobre la gestión de la pandemia de COVID-19, la alcaldesa de Bogotá, Claudia López Hernández, dijo que la reapertura de iglesias en medio de esta emergencia “es una decisión que no tiene el menor sentido epidemiológico” y que “es peor que el día sin IVA, 500 veces”, afirmación que un grupo de 27 personas de una organización religiosa, por medio de un correo electrónico, le pidió chequear a Colombiacheck.

De acuerdo con el equipo de prensa de la administración distrital, la comparación “es solo una expresión”. En respuesta a la consulta de este portal sobre el sustento de la declaración, los principales argumentos de la Alcaldía fueron que “la población que va a estos espacios, en su mayoría, es la más vulnerable [frente a la enfermedad]: adultos mayores de 60 años”, y que “normalmente las iglesias aglomeran a muchas personas”.

No obstante, Colombiacheck encontró la afirmación inchequeable. No hay datos concluyentes que permitan comparar el riesgo de contagio entre estas posibles aglomeraciones y las que se presentaron en algunos almacenes con motivo de los días sin IVA decretados por el Gobierno nacional con el fin de reactivar el comercio, que se realizaron el 19 de junio y el 3 de julio (una tercera jornada, que estaba programada para el 17 de julio, fue aplazada para fin de año).

De hecho, esta calificación de inchequeable es la misma que concluímos en un chequeo a una comparación similar que hizo el ministro de Salud, Fernando Ruiz Gómez, para defender esa medida económica. “El efecto del día sin IVA que observamos es mucho menor incluso al de las 2.000 o 3.000 fiestas que tuvimos en un fin de semana”, le había dicho a la W Radio.

Varias de las razones que sustentan el resultado son las mismas. Ambos funcionarios compararon situaciones que reúnen tres factores que aumentan el contagio de acuerdo con expertas como la epidemióloga de enfermedades infecciosas Zulma Cucunubá, investigadora del Imperial College de Londres: sitios concurridos, espacios cerrados y contactos cercanos. Sin embargo, las características mismas de las aglomeraciones que se presentaron en los días sin IVA, sobre todo el primero, impiden estimar su impacto real y, por tanto, compararlo tanto con las fiestas como con las ceremonias religiosas.

Según una clasificación elaborada por la epidemióloga y científica de datos Silvana Zapata Bedoya con base en otros países, publicada por el Instituto Nacional de Salud (INS), el riesgo en supermercados es alto y en eventos religiosos, muy alto. Sin embargo, la farmacoepidemióloga Claudia Vaca, directora del Centro de Pensamiento Medicamentos, Información y Poder de la Universidad Nacional, le dijo a Colombiacheck que algunas aglomeraciones que se vieron en los días sin IVA eran propias de eventos masivos de muy alto riesgo más que de compras normales en un supermercado.

Pantallazo gráfica INS

A pesar de eso, la investigadora de la Nacional advirtió que las jornadas de compras masivas que estimuló la medida tributaria fueron circunstancias “aleatorias y poco controladas” en las que “no era fácil” comprobar el cumplimiento de las medidas de seguridad como el uso de tapabocas y el distanciamiento. De esta manera, la evaluación de su posible efecto sobre los contagios se les escapó a los modelos epidemiológicos, que son el radar de las autoridades y la ciencia para seguir el comportamiento de la pandemia.

El epidemiólogo Andrés Fandiño Losada, investigador de la Universidad del Valle, coincide en que “es un día puntual, pero su probable efecto negativo se ha ido diluyendo con la liberación de actividades económicas que también ha venido ocurriendo”, a lo que se suma la variabilidad del periodo de incubación, por lo que las personas que adquirieron el coronavirus ese día y desarrollaron infección pudieron presentar sus primeros síntomas en un lapso de hasta dos semanas después. Esto hace difícil separarlas estadísticamente de quienes se contagiaron en diferentes fechas y lugares.

Por ejemplo, el analista de datos Jorge Galindo intentó determinar el impacto de los días sin IVA con base en la información pública disponible sobre los contagios que hubo en el país en esas fechas. Su conclusión, que publicó en un hilo de Twitter, fue que estos no permitían confirmar ni descartar un posible aumento de casos por esa causa. En consecuencia, escribió que “debe prevalecer el principio de precaución basado en la evidencia disponible sobre otros casos similares o en general: Sí sabemos que el supercontagio en espacios cerrados con mucha gente existe y es relevante”.

En general, los expertos se han pronunciado en oposición tanto a los días sin IVA como a la reapertura de iglesias por motivos similares, pero no han dicho que uno sea peor que el otro. Estos son algunos trinos al respecto de la doctora Cucunubá y sus colegas epidemiólogos Julián Fernández Niño, profesor de la Universidad del Norte, y Andrés Vecino, de la Universidad Johns Hopkins:

“Las iglesias funcionan como cualquier otro gran sitio de congregación, entonces es complicado abrirlas”, explica el profesor Fandiño. Recuerda, por ejemplo, el caso de la famosa paciente 31 de Corea del Sur, una supercontagiadora (hicimos un explicador sobre el término) que generó el brote más grande registrado en ese país al asistir a un templo en el que le transmitió el virus a decenas de personas que desencadenaron más de 5.000 casos.

Sin embargo, el docente de la Univalle también señala que eso sucedió en febrero, antes del establecimiento de las medidas más estrictas de distanciamiento por parte del gobierno coreano. El Ministerio de Salud de Colombia, en cambio, ya expidió un protocolo para mitigar el riesgo de contagios en eventos religiosos.

En cuanto a la presencia de adultos mayores en las ceremonias religiosas, un análisis del Departamento Nacional de Planeación (DNP) para asesorar la política pública de libertad de cultos, que fue expedida en 2018, dice que “las personas mayores de 65 años de edad tienen una mayor propensión a asistir regularmente a una iglesia, el 88 por ciento, esto es 30 puntos más que los menores de 24 años”, datos extraídos de la Encuesta de Percepción Ciudadana sobre el Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018.

No obstante, también es cierto que el protocolo para el sector religioso dice que las personas de 60 años en adelante deben abstenerse de ir a los templos, igual que quienes tienen condiciones de salud que aumentan su vulnerabilidad ante el COVID-19. Entre tanto, la resolución referente a las medidas para el comercio, por ejemplo, no contiene esa recomendación para los clientes. Así que tampoco es seguro que la población de la tercera edad tenga muchas más probabilidades de contraer la enfermedad en las iglesias que en los días sin IVA.

En conclusión, la comparación de López carece de sustento. Aunque las dos medidas han sido criticadas por epidemiólogos, no se puede saber si una de las dos es mejor o peor que la otra, sobre todo por la dificultad para medir el impacto real de los días sin IVA.