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Cuestionable
Al citar un escalafón de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) sobre la inflación energética anual hasta julio de 2023 en sus 38 países miembros, publicado por la cuenta de X Informal Economy (@EconomyInformal), el presidente de la República, Gustavo Petro, escribió en la misma red social un mensaje en el que criticó el cálculo de tarifas de electricidad que hace la Comisión Reguladora de Energía y Gas (CREG) y la señaló de beneficiar económicamente a las empresas del sector.
“En este cuadro se demuestra que en Colombia se tiene el mayor aumento de precios de la energía en toda la OCDE despues de Hungría. Es realmente una transferencia de riqueza de los bolsillos de todos los colombianos y de toda la economía productiva a seis generadoras y dos distribuidoras, premiadas por una formula de la Creg absurdamente abusiva” (sic), manifestó el mandatario en su publicación del 26 de septiembre de 2023.
En este cuadro se demuestra que en Colombia se tiene el mayor aumento de precios de la energía en toda la OCDE despues de Hungría.
— Gustavo Petro (@petrogustavo) September 26, 2023
Es realmente una transferencia de riqueza de los bolsillos de todos los colombianos y de toda la economía productiva a seis generadoras y dos… https://t.co/0rrzggumUE
Colombiacheck decidió entonces verificar la veracidad de lo que afirmó el mandatario, dado el debate que generó y su importancia en la discusión sobre las políticas energéticas y de servicios públicos del actual gobierno. El resultado es que se trata de una publicación cuestionable, pues hace una interpretación tergiversada de una gráfica oficial de la OCDE, un organismo multilateral para el intercambio de lo que consideran como “buenas prácticas económicas”.
Cabe recordar que Petro intentó reformar la CREG, una entidad técnica del Ejecutivo, para asumir él mismo la función de establecer las tarifas del servicio eléctrico en el país. Sin embargo, el Decreto 227 de 2023, que expidió en febrero con ese fin, fue suspendido por el Consejo de Estado mientras estudia una demanda de nulidad contra la medida.
El trino fue cuestionado en los comentarios. Por ejemplo, uno culpó al presidente por el aumento de impuestos a grandes capitales, incluidos los de energías renovables, con la reforma tributaria de 2022; otro señaló que el diagrama de barras está acompañado por una ilustración de una gasolinera y relacionó la posición de Colombia con las alzas establecidas para reducir el déficit en el Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC).
El diagrama fue publicado por la OCDE en su cuenta oficial de X el 6 de septiembre de 2023. El comunicado adjunto hace un recuento de datos inflacionarios oficiales de sus miembros, ricos y europeos en su mayoría.
Energy inflation in the OECD remained negative, at minus 7.5%, after minus 9.6% in June.
— OECD ➡️ Better Policies for Better Lives (@OECD) September 6, 2023
Food inflation continued to fall at the same pace as in the previous month, reaching 9.2% in July, its lowest level since February 2022, after 10.1% in June. ➡️ https://t.co/HHtXOYAkk4 pic.twitter.com/NrmNEYOe0X
Colombia aparece de segunda con 22,3%, solo superada por Hungría con 28,9%. Solo seis países más presentaron aumentos y fueron mucho menores: Chequia (13,7%), Alemania (6,2%), Eslovaquia (5%), Polonia (4,5%), Australia (4,1%) e Italia (0,6%). En los demás, los precios bajaron, con un promedio de -7,5% para la organización, donde la mayor reducción la tuvo España (-24,3%), seguida por Bélgica (-24,1%) y Países Bajos (-21,4%).
El corte de las cifras es de los últimos 12 meses hasta julio. El pie de foto, incluido también en el trino citado por Petro, dice que el concepto de energía que se usa para el cálculo incluye electricidad, pero también gas y otros combustibles de acuerdo a la sección 04.5 de la Clasificación del Consumo Individual por Finalidad (Coicop, en inglés) de la Comisión Estadística de las Naciones Unidas; así como los combustibles y lubricantes para equipo de transporte personal incluidos en la división 07.2.2 del mismo listado.
Al revisar ese sistema de clasificación de bienes y servicios, la primera sección mencionada (pág. 85) efectivamente incluye electricidad sin importar su fuente de generación y sus costos asociados, como los cobros por los contadores. Sin embargo, también entra el gas tanto licuado como distribuido por redes, igual con sus respectivos cargos adjuntos; así como los combustibles líquidos y sólidos para uso doméstico (biocombustibles y alcoholes para chimeneas, briquetas de carbón o madera, entre otros) y, en general, otras fuentes de energía para calefacción y refrigeración.
Tabla resumen de Coicop, 2018, p. 34.
La segunda (pág. 121) es donde entran los combustibles para transporte desde la gasolina o sus mezclas con etanol, el diésel y el gas natural vehicular, hasta la electricidad en las estaciones de recarga y el hidrógeno. Además, allí también se contemplan los lubricantes para motor, líquidos de frenos y transmisión, refrigerantes y sus aditivos.
Tabla resumen de Coicop, 2018, p. 36.
De manera que Petro presentó la inflación de todos esos productos juntos como si fuera solo relacionada con las tarifas de energía eléctrica. De hecho, al mirar los datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), lo que se evidencia es que estas no han tenido una subida ni de lejos tan acelerada como la de la gasolina, de modo que esta sí pesa mucho más en la cifra, mientras que la electricidad lo hace mucho menos.
El anexo de inflación por subclases de productos y servicios para julio de 2023, que se clasifica con los mismos códigos y corresponde al mismo mes que la gráfica de la OCDE, muestra que el aumento de precios interanual de la electricidad en Colombia fue de 13,87%, mientras que el de combustibles para vehículos registró 37,76%, casi el triple. Por tanto, estos últimos han generado más presión al alza energética que el sector eléctrico al que Petro le endilga la responsabilidad.
De hecho, este servicio tuvo un comportamiento apenas superior por cinco décimas al del gas, que subió 13,39% en el mismo periodo. Incluso la categoría de “aditivos, valvulinas, líquido para frenos, refrigerantes, agua para batería, etc.” subió más, con 15,98%.
Los datos más recientes del DANE, que son hasta agosto, muestran de forma aún más evidente la tendencia. La electricidad aumentó 11,11%; el gas, 11,07%; los aditivos y demás, 16,12%, y los combustibles para vehículos, 42,9%. Por tanto, la subida de estos equivale en proporción a casi cuatro veces la de las tarifas señaladas por el presidente.
Así, Petro parte de unos datos ciertos, pero los analiza a conveniencia para sustentar su intención de reformar la CREG por supuestamente favorecer a las compañías del sector eléctrico, cuando el verdadero impulso que disparó la inflación energética vino del precio de la gasolina. Esto se debe a que su gobierno lo ha elevado en el país para equilibrarlo con lo que vale en el mercado internacional, pero él no lo menciona en su mensaje.
El promedio nacional de referencia se encareció de 9.180 pesos por galón en julio de 2022 a 13.063 pesos en el mismo mes de 2023, un 42% más. En cambio, en el mismo periodo, que es el que compara la OCDE, el aceite combustible para motores (ACPM) se mantuvo casi igual para reducir el impacto sobre el transporte público y el de carga, al pasar de 9.017 a 9.145 pesos por galón, apenas 1,4%.
El alza de la gasolina, que recién se suspendió en octubre –mes electoral– mientras se estudia un mecanismo para eximir a los taxistas, responde a que el Fondo de Estabilización ha funcionado en la práctica como un subsidio costoso para las finanzas de la Nación, como explicó el Ministerio de Hacienda al final del gobierno de Iván Duque, en 2022. Así lo ha señalado Colombiacheck en varios chequeos, ya que la medida también ha sido objeto de desinformaciones a favor y en contra, al igual que de un trino cuestionable del mandatario.
Por otro lado, Petro también omite el contexto internacional de su comparación. Dado que la mayoría de los miembros de la OCDE están en Europa, en 2023 han visto un alivio en la inflación energética frente a niveles históricos que tuvo un año antes, pues en julio de 2022 estaba alrededor del 39% anual para el continente y antes, en marzo, había alcanzado un pico de 40% para la Zona Euro y 44% en la Unión Europea (UE), según Eurostat, la base de datos oficial de estadísticas de esta comunidad de países.
Cabe recordar que ese aumento extremo en los precios sucedió recién estalló la guerra en Ucrania por la invasión de Rusia a su territorio. Fue consecuencia de la importancia crucial que tiene el suministro ruso de gas natural, sobre todo a través del ducto transucraniano Soyuz Brotherhood, para la provisión regional.
“La dependencia europea del gas ruso varía de cero en España a alrededor del 40% en Alemania e Italia, pero es mucho más alta en el Europa Oriental, como en República Checa y Bulgaria”, analizaba en ese entonces un documento de política del Instituto Nacional de Investigación Económica y Social del Reino Unido. El informe, liderado por la economista Iana Liadze, advertía que el impacto principal del conflicto en la economía mundial se vería reflejado justamente en precios más altos de la energía y que las sanciones contra el Kremlin reforzarían ese efecto.
Así, los citados registros de Eurostat muestran que el precio del gas en la UE fue escalando hasta llegar a una subida de 80% interanual en octubre de 2022. Además, el aumento de la demanda de otros combustibles para sustituirlo también los impulsó al alza en ese mismo grupo de países; como el carbón, que tocó techo en agosto de ese mismo año con 193% de inflación.
En ese momento, el Grupo de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas publicó un sumario de la situación en el que decía:
“El mundo está en el aprieto de una importante crisis energética, con países afectados alrededor del mundo por precios extremadamente altos y volátiles, en particular para los combustibles fósiles. [...] La guerra en Ucrania ha interrumpido aún más los suministros de combustibles fósiles y el mercado en general, en el que la Federación Rusa es la exportadora líder de gas natural y la segunda mayor exportadora de petróleo”.
Al consultar a la economista Mariana Matamoros, investigadora del centro de estudios Dejusticia, para el chequeo “Fondo de Combustibles sí acumuló deuda de 10 billones en segundo trimestre, pero no por falta de pago” en septiembre de 2022, también mencionó que esta fue una de las causas del aumento de los precios internacionales de los combustibles que empeoró de forma drástica el déficit del FEPC. Así, es también la razón de las recientes alzas de la gasolina en Colombia que, como ya se dijo, buscan reducirlo.
En cambio en 2023, mientras aquí se implementan estos aumentos que se habían aplazado, en Europa han caído drásticamente los precios. Análisis de medios como The Guardian y Reuters señalan que, si bien la crisis no ha terminado, el continente se aproxima al invierno con un récord de reservas de gas, con las instalaciones de almacenamiento llenas en un 90%; ha encontrado nuevos proveedores en otras partes del mundo y ha hecho mayores inversiones en energías renovables.
La Comisión Europea incluso ha destacado la alta popularidad de esas medidas, tomadas a raíz de la guerra en Ucrania para “proteger a los consumidores y a las empresas de la volatilidad de los precios de la energía, así como medidas para fomentar la seguridad energética y la transición verde”.
De modo que el trino de Petro es cuestionable, ya que presenta una comparación real entre la inflación energética de los países de la OCDE, incluyendo a Colombia y muchos europeos, con corte anual hasta julio de 2023, pero la acomoda para atribuirle la responsabilidad a un factor, las tarifas de electricidad establecidas con la fórmula de la CREG, cuando en realidad hay otros tanto nacionales como internacionales que tienen mucha mayor influencia, desde el alza de la gasolina que su gobierno ha implementado para equilibrar el FEPC hasta las acciones tomadas en Europa para compensar el impacto del conflicto armado rusoucraniano sobre el mercado del gas.