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Chequeo Múltiple
En el discurso del presidente Gustavo Petro en la VII Cumbre de Jefes de Estado de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), realizada el 24 de enero de 2023 en Buenos Aires, Argentina, dijo que hay una gran distancia entre la retórica de la integración latinoamericana y la realidad y que la región no fue capaz de afrontar el desafío de la pandemia del COVID-19.
Petro planteó la necesidad de unirse en temas como la lucha contra la crisis climática, salvando la Amazonía y la integración de América con fuentes de energía limpias.
También se refirió a asuntos comunes como la migración y la lucha contra las drogas que, según dijo, han demostrado un profundo fracaso. En este punto, repitió cifras sobre los latinoamericanos muertos y norteamericanos negros apresados por la política antidroga, que ya había mencionado en su discurso de posesión y en su primera intervención ante la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2022.
En Colombiacheck decidimos buscar las frases chequeables en el discurso de Petro. De las cuatro sometidas a nuestra metodología de verificación, una resultó verdadera pero…, una falsa, una cuestionable y una inchequeable.
Le enviamos al equipo de prensa de Presidencia las preguntas sobre las fuentes de las afirmaciones de Petro, pero al momento de la publicación de este chequeo no habían respondido.
Estas son las frases que verificamos, en el orden que las pronunció:
Según la intervención del presidente: “las estadísticas dicen que, siendo nosotros el ocho por ciento de la población mundial aquí murieron el 30% de las personas que sufrieron del COVID”. En Colombiacheck encontramos que esto es verdad.
La organización Amnistía Internacional y el Centro por los Derechos Económicos y Sociales (CESR), en su informe de 2021-2022 titulado “Américas: Desigual y Letal: Cinco claves para recuperarse de la crisis de derechos humanos que desató la pandemia en América Latina y el Caribe”, documentaron el impacto letal del COVID-19 en las personas en América Latina y el Caribe.
Allí explican cómo la región, con sólo el 8,4% de la población mundial, tuvo el 28% del total mundial de muertes a causa de la COVID-19, datos que se aproximan a los que dio Petro. Detallan, además, que las víctimas directas fueron los grupos históricamente marginados.
Uno de los hallazgos principales es que los países más desiguales de la región son los que sufrieron los impactos más letales. Según el informe, los factores claves en la evolución de la pandemia en Latinoamérica y el Caribe son las desigualdades socioeconómicas previas, las brechas en los determinantes sociales de la salud, la desfinanciación de los sistemas de salud, la fragmentación de los sistemas de protección social, las políticas fiscales en la región y la corrupción.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) evidenció esa tendencia al menos desde agosto de 2020. Dos años más tarde, la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en su informe “Salud en las Américas”, detalló que se habían registrado 175,8 millones de casos de COVID-19 en la región de las Américas desde el comienzo de la pandemia y 2,8 millones de muertes.
El informe de la OPS agrega que el impacto de la pandemia además de los contagios y las víctimas fatales, generó consecuencias inmediatas y futuras con relación al ejercicio de derechos económicos y sociales, sobre todo de grupos históricamente discriminados como los Pueblos Indígenas, las personas Afrodescendientes, las mujeres y niñas, las personas migrantes, refugiadas, entre otros.
La OMS afirmó que al 31 de diciembre de 2021, se habían notificado a la Organización Mundial de la Salud (OMS) más de 287 millones de casos confirmados de COVID-19 en todo el mundo, incluidas 5,4 millones de muertes. De ellas, 2,9 millones fueron personas muertas en la región de las Américas. Esto es un 54%, pero más de 1 millón de los fallecimientos son de Estados Unidos y otros países no latinoamericanos.
Desde que inició la pandemia y hasta finales de enero de 2023, el portal estadístico Our World in Data, que recopila datos oficiales, cuenta 6,83 millones de muertes por COVID-19 en el planeta y 3,1 millones en el continente. Al descontar 1,1 millones de Estados Unidos, 50.507 de Canadá y cerca de 10.000 de otros países que no hacen parte de América Latina, esta región suma 1,94 millones de decesos, 28,4% de la cifra mundial.
Sin embargo, la OMS ya publicó también un estudio en el que tuvo en cuenta que estos números oficiales tienen problemas para sacar cuentas comparativas, dado que no todos los países han tenido el mismo acceso a pruebas, igual capacidad diagnóstica o similar consistencia en la certificación de muertes por cuenta de esta enfermedad. Por esta razón, lo que hicieron los autores fue estimar el exceso de mortalidad (o sea la cantidad de decesos por encima de lo esperado) para 2020 y 2021, tanto global como por regiones.
Según sus hallazgos, a nivel mundial hubo 2,74 veces más muertes excesivas que las confirmadas por COVID-19, o sea 14,83 millones. El dato, sin embargo, tiene grandes variaciones por regiones. Así, África reportó 160.000 fallecimientos oficiales (3% del dato global) pero tuvo un exceso de 1,25 millones (8,42% de la cifra en todo el planeta), lo que es 8,03 veces más. Entre tanto, el Pacífico Occidental no marcó una diferencia significativa.
Las Américas, incluyendo a los Estados Unidos, tuvieron la segunda diferencia más pequeña entre exceso de muertes y decesos confirmados por COVID-19, después de la del Pacífico: 34% más. El estimado de fallecimientos adicionales a lo normal fue de 3,23 millones, 22% de la cifra mundial.
Si bien esta proporción sigue siendo mucho mayor al 8,2% que representa la región entre los habitantes de todo el mundo, también está casi un tercio por debajo de lo que estimó Petro con base solo en las muertes confirmadas. Esto se debe, justamente, a subregistros dramáticos como el ya mencionado en África o el del Sureste de Asia, que reportaba el 13% de las muertes oficiales (720.000) pero tuvo el 40% del exceso (5,98 millones).
De acuerdo con la distribución regional que maneja la OMS, esta subregión incluye a la India. Este país, el segundo más poblado del mundo, concentra por sí solo a 1.400 millones de personas, 17,5% de los habitantes del planeta. Y aunque sus cifras oficiales no llegaban a 500.000 muertes hasta el cierre de 2021, menos del 10% mundial, en el estudio marcó un exceso de 4,74 millones, 32% del global.
La ONU por ejemplo afirmó que, en tiempos “normales”, solo dos tercios de los países registran al menos el 90 % de todas las muertes, algunos otros países registran menos del 50 %, o incluso menos del 10 %, de las muertes. Con la emergencia sanitaria ocasionada por el COVID-19, la respuesta terminó por ocasionar una grave crisis en el tipo de seguimiento a estos reportes.
Así, para su estudio, la OMS tuvo en cuenta la calidad de los datos en cada país. En el mapa se puede ver cómo África y el Sureste Asiático concentran grandes territorios con información nula (rayas) o que mezcla diferentes metodologías y capacidades regionales (puntos), incluyendo algunos tan poblados como China, India, Indonesia, Bangladés o Nigeria. Mientras, esta situación es más bien excepcional en América (Colombia aparece entre los países con datos parciales o completos, sin rayas ni puntos).
Es así como en Colombiacheck calificamos como “verdadera pero…” la afirmación hecha por el presidente Petro de que, durante la pandemia, Latinoamérica tuvo el 30% de las muertes mundiales por coronavirus, porque las cifras crudas de fallecimientos reportados le dan la razón y esto se debe en parte a las desigualdades que él señaló en su discurso, pero esto deja de lado que la región también tiene un menor subregistro frente a otras que, de acuerdo con estimaciones científicas, en realidad fueron más afectadas de lo que se ve en las cifras oficiales que usó el presidente.
Petro también se refirió al fracaso de la política contra las drogas. “Lo dijo el Presidente de Chile, las organizaciones que se empoderaron a partir de una política errada de Nixon y que durante medio siglo ha demostrado su rotundo fracaso. Un millón de latinoamericanos muertos, millones de norteamericanos negros apresados, una nueva enfermedad de las drogas como el fentanilo, que mata a 100.000 al año en los Estados Unidos, cuando solo morían 3.000 por combinar clandestinamente la cocaína —y ninguno por marihuana— hace que la política de drogas tenga que cambiar para que en América Latina no haya más violencia ni desestabilización democrática ni muertos”, expresó.
En ese sentido, chequeamos lo que mencionó sobre “un millón de latinoamericanos muertos”. El mandatario ya había dicho una frase parecida en el discurso que pronunció en la cumbre 77 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, en el que habló sobre la destrucción de la selva y la hoja de coca y mencionó que los cultivadores de la planta son detenidos y encarcelados. En esa intervención, afirmó: “Por destruir o poseer la hoja de la coca mueren un millón de latinoamericanos asesinados”.
Igualmente, en su posesión el pasado 7 de agosto, Petro dijo: “Que la guerra contra las drogas ha llevado a los Estados a cometer crímenes –nuestro Estado ha cometido crímenes– y ha evaporado el horizonte de la democracia. ¿Vamos a esperar que otro millón de latinoamericanos caigan asesinados y que se eleven a 200.000 los muertos anuales por sobredosis en Estados Unidos? ¿Vamos a esperar que en los próximos 40 años otro millón de latinoamericanos caiga bajo el homicidio y 2 millones 800.000 norteamericanos mueran por sobredosis?”.
Como lo explicamos en un chequeo anterior, la afirmación de Petro no tiene sustento porque no hay informes oficiales o independientes que ofrezcan cifras sobre homicidios en Latinoamérica relacionadas con la lucha contra las drogas.
Las herramientas disponibles que recopilan datos sobre homicidios a nivel global y nacional solo muestran el número de homicidios que ocurren al año en cada país con base en informes como el de la Oficina de las Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito (Unodc) o las entidades oficiales nacionales y, en algunos casos, los clasifican, pero no los relacionan directamente con la guerra contra las drogas.
Katherin Aguirre, investigadora del Instituto Igarapé de Brasil, señaló en el anterior chequeo que es imposible tratar de verificar la frase, pues, aunque se conozca el total de homicidios al año en la región, no es posible saber cuántos de estos se deben a la lucha contra las drogas.
El Monitor de Homicidios de este instituto es la plataforma de datos más completa sobre asesinatos en el mundo, ya que permite visualizar las cifras, su distribución y sus dinámicas en 219 países y territorios a partir de una interfaz interactiva. El monitor también incluye datos a escala regional y municipal de más de 40 territorios y países en Latinoamérica.
Esta plataforma muestra que cada año se presentan alrededor de 150.000 homicidios en Latinoamérica, pero la experta reitera que aunque en 10 años, o menos, estos sumen un millón, no es posible saber por qué causas son.
La Unodc también recopila cifras de homicidios en Latinoamérica y diferentes regiones del mundo, pero tampoco especifica si son causados por la lucha contra las drogas. Los desagrega en categorías como sexo, lugar y año, pero estos son datos generales que no están relacionados con drogas.
El anexo estadístico del Informe Mundial sobre Drogas de 2022 cuenta con una tabla con datos de delitos relacionados con las drogas y, aunque sí categoriza el tipo de sustancias, esta base de datos tampoco tiene cifras de homicidios sino de delitos relacionados con el porte, uso o tráfico de estas.
Otro informe es el Estudio Global sobre el Homicidio de 2019 publicado por la misma agencia de Naciones Unidas, en el que se exploran las causas de los homicidios. Aunque indaga sobre las circunstancias y motivaciones relacionadas con los homicidios, solo describe cómo las sustancias psicoactivas influencian a los individuos que cometen homicidios.
En conclusión, la afirmación de Petro sobre un millón de latinoamericanos asesinados por la lucha contra las drogas es inchequeable porque los informes sobre homicidios que hay disponibles no especifican si estas muertes están relacionadas con la lucha contra las drogas, por lo cual no se puede verificar si es cierto o no lo dicho por el Presidente.
Petro también dijo que la lucha contra las drogas ha dejado “millones de norteamericanos negros apresados”, pero no precisó la cifra exacta ni en qué periodo de tiempo ocurrieron estos encarcelamientos.
El año pasado también mencionó una frase similar en su intervención ante la Asamblea General de las Naciones Unidas: “Por destruir o poseer la hoja coca (...) encarcelan a dos millones de afros en América del Norte”.
En un chequeo anterior concluimos que esa frase era falsa porque esa no era ni siquiera la cifra de detenidos por posesión de drogas en Estados Unidos, el país de América del Norte con mayor encarcelamiento por posesión de drogas. Además, en esa ocasión fue inexacto al decir que esa cifra de personas encarceladas era por poseer hoja de coca, que no es explícitamente cocaína, metanfetaminas, fentanilo o alguna otra droga semisintética de las que hoy controlan el alto tráfico de sustancias prohibidas en los países del Norte.
En ese chequeo mencionamos que, según la investigación “Poner fin a la guerra contra las drogas: en números”, del Centro para el Progreso Estadounidense, en Estados Unidos cada 25 segundos alguien es arrestado por posesión de drogas y en la mitad de los casos la acusación más grave es la posesión de marihuana para uso personal. La investigación también arroja que la cantidad de personas detenidas por tenencia de drogas es cuatro veces mayor a la de aquellas que son detenidas por su comercialización.
De acuerdo con la investigación “Arrestar, Liberar, Repetir: Cómo se utilizan mal la policía y las cárceles para responder a los problemas sociales” de la Prisón Policy Initiative, los estadounidenses negros están sobrerrepresentados entre las personas que fueron arrestadas en 2017. Por su parte, el trabajo “Tendencias en el control penitenciario por raza y sexo” del Consejo de Justicia Penal, un grupo de expertos juristas independientes de ese país, asegura que, aunque las personas negras y blancas muestran tasas similares de consumo de drogas, las personas de la comunidad negra hasta 2019 eran encarceladas por delitos relacionados con drogas, cinco veces más que las personas blancas.
El 8 de agosto de 2022, el Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial de las Naciones Unidas, conformado por Human Rights Watch y la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU), presentó un informe conjunto en el que señalan que en Estados Unidos hay casi dos millones de personas recluidas en cárceles y prisiones estatales y federales, y millones más en libertad condicional y vigiladas por todos los delitos. La cantidad de personas negras que están en prisión triplica la cantidad de personas blancas.
Con relación a los afros encarcelados por posesión de drogas en Estados Unidos, The Pew Charitable Trusts, organización no gubernamental global que busca mejorar las políticas públicas, informó que los arrestos por posesión de drogas se mantuvieron estables desde 2008, en más de un millón al año. Además, agregó que alrededor de 9 de cada 10 (87%) arrestos por drogas fueron por posesión; el resto estaba para la venta o fabricación. Del millón de encarcelados, el 27% de los arrestos por drogas en 2019 eran de hombres adultos negros.
El Consejo de Justicia Penal tiene un registro en el que permite notar las disparidades raciales en las tasas de arresto que se han reducido entre los tipos de delitos con el tiempo, aunque las personas negras siguen siendo mucho más propensas a ser arrestadas por delitos violentos y de drogas que las personas blancas, por ejemplo en relación a la tasa de arrestos por posesión de droga entre 2005 hasta 2019 en Estados Unidos, los afros (873.3) han sido arrestados el doble que los blancos (435.1), por cada 100.000 habitantes, así en 2019 arrestaron a unas 400.000 personas afros por tenencia de droga en ese país, si tenemos en cuenta que la población negra allí es de unos 46,8 millones de habitantes de este grupo racial.
Afros encarcelados por posesión de drogas en Canadá
Con relación a los arrestos desglosados por raza, en Canadá los datos disponibles muestran que las personas negras también están sobrerrepresentadas en los arrestos por delitos menores que involucran un alto nivel de discreción policial. En 2020, estos representaron el 7% de la población presente en las cárceles por delitos federales, a pesar de que son tan solo el 3% de la población canadiense. Según el Servicio Correccional de Canadá entre 2018 y 2019 el total de personas negras encarceladas era de 1.692 representado en 7,2%. El estudio “Raza y encarcelamiento: la representación y las características de los negros en los establecimientos penitenciarios provinciales de Ontario, Canadá”, en los arrestos por posesión de cannabis, por ejemplo, encontró una representación excesiva de personas negras en cuatro de las cinco ciudades canadienses examinadas.
A partir del 31 de enero de 2023, la provincia de Columbia Británica despenalizará la posesión de pequeñas cantidades de drogas duras en un proyecto piloto que busca atajar una crisis de opioides que deja miles de muertos, buscando tratar las adicciones en lugar de encarcelar a los consumidores.
Con estas evidencias, en Colombiacheck nuevamente calificamos como falso lo dicho por el presidente Petro sobre “millones de norteamericanos negros apresados” por las drogas porque aunque en este caso no dijo una cifra exacta, los datos disponibles dan cuenta que las personas negras encarceladas en Estados Unidos y Canadá por drogas no llega a millones.
Estados Unidos reportaba para 2019 una tasa de arrestos de afros por posesión de drogas de 873,3 por cada 100.000 habitantes, unas 400.000 personas, y Canadá aunque no tiene un reporte de encarcelados por posesión de drogas discriminados por raza, sí reporta que entre 2018 y 2019 el total de personas negras encarceladas era de 1.692, por lo que tampoco llega a los millones que dijo Petro.
Al hablar sobre el fracaso de la política antidrogas, Petro afirmó: “(...) una nueva enfermedad de las drogas como el fentanilo, que mata a 100.000 al año en los Estados Unidos, cuando solo morían 3.000 por combinar clandestinamente la cocaína y ninguno por marihuana” (sic). No obstante, no precisó qué periodos está comparando.
En su discurso de posesión, el pasado 7 de agosto, Petro mencionó las muertes por sobredosis en Estados Unidos, sin referirse a una droga en particular. En ese entonces dijo: “70.000 norteamericanos muertos por sobredosis cada año por drogas, que ninguna se produce en América Latina”.
En un chequeo anterior calificamos esa afirmación como “verdadera pero…” porque se acercó a la cifra de 71.238 personas muertas por sobredosis de opioides sintéticos en 2021, pero no incluía las 33.856 muertes por metanfetaminas, que también cumplen con la condición de no ser fabricadas en América Latina. Ambas sustancias son producidas en su mayoría en países del continente asiático (China, India, Filipinas, Tailandia y Myanmar).
El fentanilo es un opioide sintético, aprobado para el tratamiento del dolor intenso, pero los casos de muertes y sobredosis provocados por esta droga en los Estados Unidos están vinculados al fentanilo fabricado de forma ilegal, mezclado con heroína y cocaína.
En el anterior chequeo explicamos que, según las estadísticas del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas de Estados Unidos (NIDA, por sus siglas en inglés), el fentanilo fabricado ilegalmente es el principal causante de muertes por sobredosis en ese país.
La entidad tiene un registro en línea de tiempo (1999-2019) del Índice de Muertes por Sobredosis en ese país, que revelan que los opioides son la mayor causa.
En esa cifra coinciden los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), que afirman que, entre 1999 y 2019, más de medio millón de personas murieron a causa de una sobredosis con opioides. Esta cifra en ese momento representó un 70% del total de muertes por exceso de consumo.
La crisis de los opioides en Estados Unidos ha tenido un comportamiento de incremento de muertes por sobredosis desde 2017. Así lo detallan los CDC. Además, apuntan de nuevo al fentanilo como el causante principal de la tragedia.
Según el NIDA, el índice de muertes por sobredosis en 2017 fue de 72.000; en 2018, de 68.557; en 2019 bajó a 50.963 y en 2020 volvió a ascender a 69.710.
En 2021 murieron 142.135 personas por sobredosis. De ese número, 71.238 fueron por opioides sintéticos (fentanilo), 32.856 por psicoestimulantes (metanfetaminas), 24.538 por cocaína y 13.503 por drogas naturales semi-sintético (recetado).
La Dra. Nora Volkow, directora del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas, le dijo a CNN en mayo de 2022 que los índices de muertes por sobredosis han ido en aumento desde hace décadas, y se incrementaron a un ritmo sin precedentes justo antes del comienzo de la pandemia de COVID-19 en Estados Unidos.
"Anteriormente, el uso indebido de medicamentos con receta y el consumo de heroína eran los principales impulsores de las muertes por sobredosis. Sin embargo, cuando el fentanilo y otros opioides sintéticos empezaron a infiltrarse en el mercado de las drogas hace varios años, empezamos a ver cómo la expansión de la exposición de una droga rentable, fácil de fabricar e increíblemente peligrosa aumentaba drásticamente el riesgo y la vulnerabilidad a las muertes por sobredosis", afirmó Volkow.
Un grave problema de salud pública en EE.UU.
Según la Organización Panamericana de la Salud, el consumo abusivo de drogas, tanto legales como ilegales en Estados Unidos se ha convertido en un grave problema de salud pública. Prueba de ello es todo lo relacionado al uso de medicamentos sujetos a prescripción médica con fines no médicos.
El consumo de fármacos opioides con fines no médicos cada vez suscita más preocupación tanto en profesionales de la salud pública en América del Norte, los CDC y las autoridades americanas encargadas de hacer cumplir la ley, como la Administración de Control de Drogas (DEA). Según afirman, ese uso indiscriminado ha desencadenado el incremento de casos de consumo, que tiene efectos directos en la vida e integridad de quienes las usan.
Las estimaciones a nivel mundial de la Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (Unodc) señalan que entre 26 y 36 millones de personas usan opioides. La mitad de ellos (entre 13 y 21 millones) consume opiáceos, principalmente heroína, y el resto abusa de fármacos opioides. Esta misma organización, en su informe “La creciente complejidad de los opioides”, asegura que los mayores niveles de uso de opioides se encuentran en América del Norte. En el caso particular de fentanilo y heroína, el consumo se concentra en Estados Unidos y Canadá.
Con base en estas evidencias, en Colombiacheck calificamos como cuestionable lo dicho por Petro sobre que el fentanilo “mata 100.000 al año en los Estados Unidos cuando solo morían 3.000 por combinar clandestinamente la cocaína y ninguno por marihuana” porque exagera la cifra de muertes por fentanilo en aproximadamente 29.000 casos. Además, en los reportes de los CDC no hablan de drogas mezcladas con cocaína, como dice Petro, y la cifra de muertes por sobredosis de esta droga en 2021 era de 24.538 casos.