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Martes, 07 Febrero 2023

Agenda 2030 no busca desarrollar tecnologías específicas “para esclavizar a la humanidad”

Por Alexander Campos Sandoval

Una imagen continúa con una extensa serie de desinformaciones sobre Naciones Unidas y los acuerdos de los Estados que conforman el organismo.

A finales de enero circuló en Instagram una imagen que teoriza sobre la Agenda 2030 de Naciones Unidas como el camino “para un nuevo orden mundial”. Esta publicación apareció originalmente en Facebook el 24 de octubre de 2022 y fue difundida en distintos perfiles (1, 2). Su autoría, como se ve en la marca de agua, es del perfil Nibiru Connection, que ha promovido teorías de conspiración como “el gran reinicio”, “el club de Roma” y los supuestos entramados de la Organización Mundial de la salud.

Esta desinformación apunta en varias direcciones y recoge algunos de los tópicos falsos con los que ya se ha atacado antes a la ONU y a su iniciativa de Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), conocida también como Agenda 2030. Entre las historias que contamos al respecto están “No, la ONU no establece uso de microchip para identificar a la humanidad” y “ONU pide cooperación entre países, no un ‘único presidente’ para el mundo”.

Colegas de Boom, AAP, AFP Factual y EFE Verifica han verificado otras falsedades contra la ONU y la Agenda 2030 como que esta busca establecer un Gobierno único global, destruir la unidad familiar, controlar la población mundial, eliminar a los adultos mayores, prohibir el consumo de carne, fomentar la eutanasia, empobrecer al mundo e impulsar el aborto. Además, se llegó a sugerir que la implementación de los ODS estuvo relacionada con la gestión del COVID-19.

En uno de sus enunciados principales, la imagen asegura que “la Agenda 2030 es un avance respecto a su predecesora la Agenda 21 ya que su objetivo es controlar todo”.

Si bien es cierto que la Agenda 21, firmada en 1992 en el marco de la Conferencia de Río de las Naciones Unidas, es un precedente de los ODS, no tiene asidero que su finalidad sea establecer un control unitario por parte de Naciones Unidas sobre “las tierras, agua, energía, tecnología, producción, información, animales y todos los seres humanos”. Y si bien algunos de los objetivos de estos acuerdos pasan por la creación de instrumentos jurídicos vinculantes, en sí mismos no representan obligaciones para los estados miembros (1, 2), de manera que no existe un riesgo semejante a una pérdida de control por parte de cada país.

Según la publicación, también con la Agenda 2030 se pretende la toma de los ya mencionados valores de las naciones; una afirmación que condensa desinformaciones ya verificadas sobre el acuerdo, como que este pretende abolir la propiedad privada o, como verificó AFP Factual, que los países cedan su soberanía a la ONU; afirmación hecha por la diputada española del partido Vox Magdalena Nevado. En este sentido, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en Colombia explicó así a Colombiacheck la razón de ser de los ODS y cómo se adoptaron en 2015:

La Agenda 2030, y sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, son un acuerdo ético y programático, aprobado por 193 Estados (la totalidad de los países miembros de la ONU) [...] no son resultado de imposición política, ideológica o interés de algún país o bloque de países. Es un compromiso que se origina como una visión compartida de cómo podemos lograr un planeta mejor [...] Fue resultado de años de trabajo, participativo y deliberativo. [...] Es un derrotero, más no una exigencia [...] busca la realización integral del cumplimiento de los derechos humanos”.

Conforme a esta respuesta, la naturaleza de la Agenda 2030 concuerda con los estatutos fundantes de la ONU, dado que el Numeral 1 del Artículo 2 de la Carta de las Naciones Unidas manifiesta que la declaración se basa en “el principio de la igualdad soberana de todos sus Miembros”. Además, en el Numeral 7 del mismo artículo se asegura que no se autoriza al organismo ninguna intervención “en los asuntos que son esencialmente de la jurisdicción interna de los Estados”.

Considerando esta imposibilidad jurídica, es posible descartar que a través del supuesto control de la ONU se buscaría establecer “un nuevo orden mundial”, como afirma la imagen. Además, las teorías de conspiración que sugieren el interés de cierta “élite” por el supuesto “nuevo orden mundial” han sido también objeto de verificación de medios como Chequeado, especialmente tras de la pandemia, cuando el Foro Económico Mundial en Davos propuso “el gran reinicio”, un concepto de reestructuración sostenible de las relaciones internacionales que explicamos en “El gran reinicio, la propuesta de Davos 2020 que ahora es teoría de conspiración”.

Supuesta imposición de tecnologías

Para el cierre de la teoría conspirativa, la imagen asegura que el control que pretende la ONU sobre los países del mundo se daría a través de tecnologías de inteligencia artificial (AI, en inglés), las redes de telecomunicaciones de sexta generación (6G), la blockchain y la identificación por radiofrecuencia (RFID). Esta alusión recuerda una desinformación que alertaba sobre una supuesta implantación programada de chips a todos los seres humanos, antes de 2030 y a cargo de la ONU.

La guía Blockchain para el Estado colombiano enumera usos de la tecnología Blockchain para el sector público y la resume como “un protocolo informático que incorpora el intercambio de información, la criptografía, las redes entre pares y, en algunos casos, la prueba de trabajo para proporcionar una base de datos con características de integridad e inmutabilidad”. Por otra parte, la Universidad Internacional de Valencia define la RFID como “una forma de comunicación inalámbrica entre un lector y un emisor” con un siglo de existencia y con numerosos usos industriales a día de hoy (1, 2, 3).

Para confirmar si existe alguna alusión a este tipo de tecnologías dentro de los ODS, consultamos la página de Naciones Unidas dedicada a estas metas. Dado que abarcan distintas aristas sociales y ambientales, le preguntamos también al PNUD la razón de ser de las mismas y el propósito de juntarlas en un sólo compromiso con miras al año 2030. Esto nos contestó:

Para acabar con la pobreza (lo que nos aseguraría escenarios de paz integral), no sólo debemos pensar en fomentar el crecimiento económico, sino cumplir la complejidad de necesidades sociales como la educación, la salud, la protección social y las oportunidades de empleo digno, a la vez que luchamos contra el cambio climático y promovemos la protección del medio ambiente”.

El listado de Objetivos de Desarrollo Sostenible pactado por los Estados miembros de la ONU en 2015 son: 

1. Fin de la pobreza.
2. Hambre cero
3. Salud y Bienestar
4. Educación de calidad
5. Igualdad de género
6. Agua limpia y saneamiento
7. Energía asequible y no contaminante
8. Trabajo decente y crecimiento económico
9. Industria, innovación e infraestructuras
10. Reducción de las desigualdades
11. Ciudades y comunidades sostenibles
12. Producción y consumo responsables
13. Acción por el clima
14. Vida submarina
15. Vida de ecosistemas terrestres
16. Paz, justicia e instituciones sólidas
17. Alianzas para lograr los objetivos.

De los 17 objetivos, sólo el 9 establece como propósito ampliar el acceso a tecnologías de la información y comunicación, garantizar el uso de internet y aprovechar los medios digitales para hacer más eficientes los procesos industriales. No se habla, sin embargo, de ninguna tecnología en especial. Tampoco se menciona ninguna de las tecnologías citadas en la desinformación.

A través de una búsqueda avanzada, rastreamos registros de las palabras clave en la web de Naciones Unidas y los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Sobre la inteligencia artificial, encontramos notas de prensa (1, 2, 3) de estudios o eventos en los que se han discutido los posibles usos de esta tecnología en la lucha contra la pobreza, en la mejor gestión de la economía y los negocios, así como en otros ámbitos concernientes a los ODS. Sobre 6G, blockchain y RFID, la búsqueda no arrojó resultados.

Cabe anotar que las tecnologías citadas en la imagen han sido también objeto de numerosas desinformaciones, especialmente asociadas con la pandemia del COVID-19, como es el caso de la RFID y la IA. El blockchain hizo parte de cadenas (1, 2) asociadas al supuesto fraude tras la derrota electoral de Donald Trump en 2020 y, si bien aún no se masifica la desinformación a raíz de la tecnología 6G, sí lo hizo la de sus predecesoras 5G (1, 2, 3) y anteriores.

Así pues, estas tecnologías no representan una apuesta explícita y fundamental de los ODS y, en su mayoría, en el desarrollo de la Agenda 2030 ni siquiera se ha hecho mención de ellas en la web oficial de Naciones Unidas. Ahora bien, incluso si la implementación de alguna de ellas hiciera parte de los compromisos firmados en 2015, el PNUD concluye con que no hay ninguna vía para que los países adopten forzosamente lo allí pactado:

No existe tal cosa como una sanción por no apropiar la Agenda 2030 ni una obligación por adoptarla en el ordenamiento legal de alguna nación. De hecho, los reportes que hacen algunos países para informar cómo van en el cumplimiento de los ODS son voluntarios, y lo hacen para inspirar a otros países sobre la experiencia y beneficios que han logrado a cumplir dichos propósitos”.

Así pues, calificamos como falso todo lo descrito en esta desinformación acerca de la Agenda 2030 de la ONU y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible, ODS, dado que los compromisos firmados por los estados miembros del organismo no son jurídicamente vinculantes, de modo que no hay en ellos instrumentos legales mediante los que las naciones pudiesen perder control sobre sus activos. Además, en lo pactado tampoco se exige la implementación de tecnologías en específico; menos aún las citadas en la imagen, de las que ni siquiera se tiene registro en el portal público de Naciones Unidas. Se trata de una teoría de desinformación ampliamente difundida.