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Falso

Miércoles, 29 Julio 2020

No, el dióxido de cloro no elimina el coronavirus del cuerpo en 48 horas como dice supuesto ingeniero químico

Por Adolfo Ochoa Moyano

En un video difundido en redes, un hombre dice que un producto llamado Oxyvirus, que él produce, es una cura para el COVID - 19. Pero no tiene ningún respaldo científico y ya varias entidades médicas han rechazado que esa sustancia tenga propiedades beneficiosas para humanos.

En Facebook, un hombre que se identifica como ingeniero químico, aparece en un video en el que habla de una sustancia que, según él, cura el COVID-19 apenas 48 horas después de haberla consumido.

Sin embargo, como ya lo habíamos explicado en el chequeo No, el dióxido de cloro no cura el coronavirus (Covid-19)  no hay evidencias científicas de que esta sustancia cure el coronavirus. De hecho, puede llegar a ser nociva para la salud, como lo advirtieron varios médicos.

En cuanto al video, en este aparece Alberto de la Torre Ibáñez, quien es entrevistado en un medio local de Pasto, Nariño. En la entrevista promociona el producto asegurando que se trata de una mezcla de dióxido de cloro y agua y que su fórmula elimina el coronavirus del cuerpo humano.  “Desde Pasto Nariño, Ing. Químico asegura tener el tratamiento para exterminar 100% el Covid-19 de nuestro cuerpo. No es una vacuna pero si cura a la persona infectada en 48 Horas y desaparece (sic)”, se indica en el mensaje del video que se ha difundido en redes. 

Torre Ibáñez hace varias afirmaciones en el video y entre ellas asegura que: “tenemos la fórmula curativa, no es paliativa, que vamos a aminorar los síntomas (...) a las 48 horas las personas dejan la tos, si tiene neumonía, deja la neumonía”.

Después de asegurar que es egresado de la Universidad del Valle como ingeniero químico, (intentamos comunicarnos con él para corroborar esto, pero fue imposible)Torres dice que viene trabajando con dióxido de cloro desde 1990 después de encontrar un estudio publicado en la revista Chemical Abstract, perteneciente a la Sociedad Química de América. 

Hicimos una búsqueda avanzada en Google para encontrar el artículo, pero no lo ubicamos. Chemical Abstracts sí es real y funciona como una base de datos de la Sociedad Química de América y se encarga de almacenar y reportar los resultados de investigaciones científicas y ofrecer los resúmenes de los hallazgos a investigadores activos. También tratamos de encontrar Google Scholar la publicación a la que se refiere el hombre, pero no lo logramos. 

También, a través de un docente investigador de la Universidad Santiago de Cali, ingresamos a la plataforma Scopus, una base de datos bibliográfica que contiene resúmenes y citas de artículos de revistas científicas, pero allí tampoco encontramos referencia al artículo.

De hecho, no encontramos ni ese estudio ni ninguna documentación con respaldo científico que detalle propiedades médicas del dióxido de cloro. Lo que sí encontramos en medio de esa búsqueda fue este documento de la Agencia de Registro de Sustancias Tóxicas y Enfermedades, que es un organismo federal estadounidense que depende del Departamento de Salud y Servicios Humanos, del 2004, en el que se enlistan las propiedades del dióxido de cloro como desinfectante y describen efectos negativos en el cuerpo humano, contradiciendo las afirmaciones del video.

Para que nos contara qué puede pasar si se usa el dióxido de cloro para tratar el coronavirus, en Colombiacheck consultamos a Diego Rosselli, experto del Departamento de Epidemiología Clínica y Bioestadística de la Universidad Javeriana. “Sobre el dióxido de cloro se ha hablado mucho desde el inicio de la pandemia. Hay mucho charlatán metido en el tema, pero también hay evidencia seria no solo de su ineficacia sino de su potencial nocivo. Puede causar intoxicaciones. No conozco ninguna asociación médica que lo avale”, nos dijo.

Asimismo, hallamos que el pasado 12 de mayo, el Observatorio del Comportamiento de Automedicación de la Universidad del Rosario, la Asociación Colombiana de Farmacovigilancia, la Asociación Colombiana de Farmacología de la Universidad Tecnológica de Pereira, el Centro de Pensamiento Medicamentos, Información y Poder, el Centro de Información de Medicamentos de la Universidad Nacional (CIMUN) y la Asociación Colombiana de Químicos Farmacéuticos Hospitalarios, emitieron un comunicado conjunto en el que aclaran que “no hay evidencia científica que soporte el uso del dióxido de cloro como tratamiento para el COVID- 19, ni para ninguna otra enfermedad”.

Los firmantes agregan que “dentro de los efectos adversos que ha recibido la FDA en relación con el consumo de productos  de dióxido de cloro, están: insuficiencia respiratoria; cambios en la actividad eléctrica del corazón; baja presión sanguínea causada por la deshidratación; insuficiencia hepática aguda; recuento bajo de células sanguíneas; y, vómito y diarrea severa”. 

Además, reportan otras afectaciones. “Fuera de estas complicaciones hemos identificado reportes de caso asociados con ingestión de dióxido de cloro y metahemoglobinemia, lesión renal aguda, hemólisis aguda, lesión miocárdica, irritación del tracto respiratorio con dificultad respiratoria severa, irritación de la mucosa digestiva con perforación esofágica, gástrica o intestinal”. 

Por su parte, el Instituto Nacional de Medicamentos y Alimentos (Invima) lanzó una alerta sanitaria en la que reiteró que “el dióxido de cloro no es reconocido como medicamento por ninguna agencia sanitaria; igualmente, no se encuentra incluido en norma farmacológica y a la fecha no existe ninguna solicitud o registro sanitario vigente de algún producto con este principio activo”.

Una alerta en este mismo sentido fue publicada por la Administración de Comida y Drogas de Estados Unidos (FDA) en abril. "A pesar de las advertencias anteriores, a la FDA le preocupa que sigamos viendo que se venden productos de dióxido de cloro con afirmaciones engañosas de que son seguros y efectivos para el tratamiento de enfermedades, que ahora incluyen COVID-19. La venta de estos productos puede poner en peligro la salud de una persona y retrasar el tratamiento médico adecuado”, dice en el comunicado.

Sin aval científico

En el video, De la Torre asegura que el producto, al que llama Oxyvirus, ya estaba listo para ser distribuido entre las personas de Pasto “con el aval de la Alcaldía”. Sobre esto le consultamos a Pahola Pulgarín, coordinadora Grupo de Investigación Clínica del Invima, quien nos explicó que los avales para nuevos medicamentos no son exclusivos de las autoridades locales y, previamente, deben haber surtido varios procesos científicos regulados antes de que que puedan ser comercializados.

“Todos los productos que se comercializan como medicamentos deben contar con registro sanitario. Y para lograr eso antes debió haber pasado por estudio preclínicos en cultivos de células o en ratones, para probar que no es nocivo, luego pasa a una prueba con un grupo pequeño de humanos (unos 10) demostrar que en efecto es eficaz para tratar la afección, que en este caso sería la COVID-19 y luego superar dos fases más de pruebas en la que participan personas contagiadas con el virus”, nos dijo Pulgarín. 

En el video, el propio ingeniero químico asegura que ya se hicieron pruebas en animales, pero admite que no se hicieron ensayos en humanos. Esto, desde luego, es una prueba de que incumplen los requisitos impuestos por el Gobierno en las normas de investigación científica en el país, que, según nos indicó Rosselli, están consignados en la Resolución 8430 de 1993.

Otra de las afirmaciones que hacen en el video es que la declaración de Helsinki, en donde están consignados los principios éticos de la investigación médica, es el mecanismo mediante el cual se podría distribuir el producto, aún sin tener el aval del Invima.

“La declaración de Helsinki, en su artículo 37 dice claramente: que en el evento de una emergencia de salud, cualquier médico puede hacer uso de cualquier medicamento así no esté patentado, que es este el caso. Nosotros invocamos a esa declaración de Helsinki para que las autoridades locales, territoriales, invoquen un acuerdo autorizado por la Asociación Mundial de Médicos, y que podemos hacer uso de eso”, dice en el video Alberto Quintero, quien acompaña al ingeniero químico en la promoción del producto.

Sin embargo, esto no es así. Le preguntamos al Invima que si existe la posibilidad de invocar la declaración de Helsinki para comercializar un medicamento y nos dijeron que no existe un lineamiento del Ministerio de Salud que permita que en el país se permita el uso de emergencia de un medicamento sin registro sanitario.

También le preguntamos al epidemiólogo Diego Rosselli sobre si conoce de que exista esta posibilidad y no nos dijo que no, que es una mala interpretación del artículo.

Por otra parte, esta no es la primera vez que esta sustancia se promociona como una cura para enfermedades, incluido el cáncer ni tampoco se ha promocionado solo en Colombia. En abril pasado, en el chequeo del dióxido de cloro contamos que la misma información ha rodado en países como España y México.

En esas desinformaciones dicen, igual que el ingeniero químico colombiano, que la cura para el coronavirus es el dióxido de cloro, un producto similar al “MMS o clorito de sodio”.

El MMS es un producto llamado Solución Mineral Milagrosa o Suplemento Mineral Milagroso, que en realidad es clorito de sodio en agua. El dióxido de cloro es una solución al 28 % de clorito de sodio en agua destilada.

Ya esto fue desmentido antes por nuestros colegas de Animal Político, de México; y Newtral y Maldita, de España, aliados del #CoronaVirusFacts, un esfuerzo global liderado por la International Fact-Checking Network, IFCN (de la cual Colombiacheck es miembro), para combatir la desinformación al respecto del brote de coronavirus en el mundo.

¿Para qué se usa el dióxido de cloro?

Alberto de la Torre asegura en el video que el dióxido de cloro es el “mayor virucida y bactericida del mundo”. Y, de hecho, tiene bastante razón.

Ernesto Martínez, nefrólogo de la Sociedad Colombiana de Infectología, nos explicó que el dióxido de cloro es un virucida y bactericida porque, simplemente, mata a bacterias y virus con mucha facilidad, aunque hace mucho hincapié en que esto solo ocurre en superficies, jamás dentro del cuerpo humano, al menos no sin causar daños, como ya hemos venido explicando.

“El dióxido de cloro tiene propiedades desinfectantes y, la verdad, es que la composición del coronavirus hace que sea fácil de matar porque tiene membranas de lípidos que son fáciles de degradar”, por eso es tan útil el uso del jabón y de gel de alcohol, porque contienen elementos que degradan esas células en el ambiente.

En el video, De la Torre afirma que su producto también combate afecciones como el VIH, porque va por el torrente sanguíneo oxigenando y oxidando células malignas. 

El médico Martínez sí nos confirmó que otras célula susceptible de ser atacadas y destruidas con facilidad por virucidas son, justamente, las del VIH y la Hepatitis B, pero estas, al igual que el coronavirus, deben ser tratadas con medicamentos y jamás usar el dióxido de cloro. Pero nos explicó que eso de que el dióxido de cloro va por la sangre matando solo virus y bacterias no tiene sentido, porque la mayoría de células en el cuerpo humano son suceptibles de ser afectadas por sus componentes lípidos. 

En otra afirmación en la que De la Torre Ibáñez acierta es en la que dice que el dióxido de cloro se usa para purificar agua y combatir bacterias, como el estafilococo dorado. Consultamos con Jessica Izquierdo, quien pertenece al grupo de Químicos Farmacéuticos de la Universidad Nacional, sobre el dióxido de cloro como desinfectante.

“El dióxido de cloro es una sustancia química con fórmula ClO2 (dos átomos cloro y uno de oxígeno) es un potente agente oxidante: Nos beneficiamos de él, pues al mezclarlo con agua forma el hipoclorito, que aunque es un ácido conserva el efecto oxidante que mata bacterias, hongos y desactiva virus”. 

Nos explicó que el dióxido actúa quemando, corroyendo e ionizando el material genético del virus. Por eso se emplea para desinfectar en salas de hospitales y como protección en bolsas de sangre, cuando se almacena en bancos.