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Chequeo Múltiple
Desde el mes de febrero ha circulado por redes sociales un video en el que una mujer, la médica salvadoreña María Eugenia Barrientos, habla sobre las vacunación contra el COVID-19.
Lectores de Colombiacheck nos pidieron verificarlo y evidenciamos que Barrientos transmite un falso mensaje sobre las vacunas, pues asegura, entre otras cosas, que el COVID-19 tiene tratamiento y por lo tanto las vacunas no son necesarias. Además afirma que quien se ponga la vacuna puede morir.
Colegas verificadores de la agencia Ocote de Guatemala también verificaron el video y evidenciaron la falsedad de tales afirmaciones. Intentaron comunicarse con Barrientos y con los administradores de la página de facebook “Compartimos tratamientos – Salud”, donde fue originalmente publicado el video, pero no obtuvieron respuesta.
El video ha circulado por Facebook (1, 2 y 3 ), alcanzando más de 1.000 vistas y cientos de comentarios en algunas de esas publicaciones, así como por Twitter y WhatsApp.
Durante la pandemia ya habían circulado otras publicaciones de Maria Eugenia Barrientos, como videos, entrevistas y artículos, donde también transmitía desinformaciones. Por lo cual diferentes medios como RTVE de España, Agencia Ocote de Guatemala, Bolivia Verifica y La Silla Vacía de Colombia, la han desmentido.
En Colombiacheck tomamos las afirmaciones más relevantes del reciente video y las verificamos a través de un chequeo múltiple. A continuación lo que encontramos:
El video comienza con Barrientos señalando que “este tipo de pacientes” no deben ponerse estas vacunas porque corren el riesgo de morirse.
Se desconoce a qué tipo de pacientes hace referencia Barrientos, pero al revisar los reportes hechos por organizaciones que vigilan la seguridad de las vacunas contra COVID-19, como los Centros para el control y prevención de enfermedades (CDC) y la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos, a través del Sistema de notificación de reacciones adversas a las vacunas (VAERS, por sus siglas en inglés) notificaron en la última actualización del 25 de febrero de 2021: “Hasta la fecha, VAERS no ha detectado patrones en la causa de muerte que indiquen un problema de seguridad con las vacunas COVID-19”.
El Comité para la Evaluación de Riesgos en Farmacovigilancia (PRAC por sus siglas en inglés) de la Agencia Europea de Medicamentos también concluyó que después de realizar análisis sobre la seguridad de la vacuna de Pfizer, no se encontró vínculo de muertes de adultos mayores con la vacunación ni hallazgos que plantearan un problema de seguridad.
Por otra parte, Ashish Jha, investigador y docente de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Brown, en Estados Unidos, publicó en su perfil de Twitter el 31 de enero de 2021, una tabla en la que resumió los datos de seguridad de los estudios de cinco vacunas contra COVID-19 (Pfizer, Moderna, Astrazeneca, Novavax y Janssen) y en ningún caso hubo reporte de muertes.
Así concluimos que no hay reportes de muertes directamente asociadas a las vacunas contra COVID-19.
Barrientos, también afirma que la tecnología de las vacunas contra COVID-19 es nueva y no ha sido usada previamente en humanos y a continuación señala que la gente en El Salvador no debe vacunarse.
Las vacunas desarrolladas por Pfizer y Moderna son de ARN mensajero (ARNm) y éstas sí utilizan una tecnología relativamente nueva pero que se desarrolló desde los años 90. Pero estas vacunas no son las únicas contra el COVID-19 que existen, pues hay diferentes tipos. Así lo aclaran desde la Organización Mundial de la Salud y lo contamos en un explicador sobre cuáles son y cómo funcionan los tipos de vacunas para el COVID-19.
Por ejemplo, otras vacunas como la de Coronavac o la de Sinopharm utilizan virus inactivados, que es una tecnología tradicional ya usada en vacunas muy conocidas como la de polio o la influenza.
Barrientos también señala erróneamente que la tecnología de las vacunas contra COVID-19 no ha sido usada en humanos. Pero los estudios de todas estas vacunas incluyeron 3 fases clínicas, en las que se hicieron pruebas en animales y humanos, como también lo aclaramos en Colombiacheck.
Por ejemplo, para la vacuna de Moderna, la fase 3 incluyó aproximadamente 30.000 voluntarios mayores de 18 años, de los cuales alrededor de 15.000 recibieron al menos una dosis de la vacuna, y en el caso de Pfizer, incluyó 43.000 voluntarios. Datos que demuestran que tales vacunas sí se utilizaron previamente en humanos.
Desde la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) también explicaron acerca del desarrollo de estas vacunas: “No partimos de cero, sino que ya disponíamos de una amplia y probada experiencia sobre cómo desarrollar vacunas con garantías de calidad, seguridad y eficacia. Con estas vacunas se han solapado fases de investigación en la experimentación en animales y en humanos, en base a la experiencia acumulada previamente”.
De ese modo, evidenciamos que las afirmaciones en las que Barrientos se basa para desalentar la vacunación contra el COVID-19 son inexactas y falsas.
Desde la Mayo Clinic, en Estados Unidos, se enfatiza que entre los beneficios de vacunarse están que se previene el contagio de la COVID-19 o el desarrollo de síntomas graves de la enfermedad, así como la muerte por este virus, mientras se contribuye a aumentar el número de personas en la comunidad que estarían protegidas de contagiarse con el nuevo coronavirus, lo que hace que sea más difícil que la enfermedad se propague.
Barrientos continúa señalando:
"La farmacéutica Moderna tenía otro nombre antes, y venía investigando desde SARS y desde MERS esta vacuna. Entonces la pregunta que yo les hago a ellos es: si es cierto que lo están investigando desde SARS y MERS, ¿por qué no lo sacaron desde SARS y MERS, cuando MERS tiene 30 por ciento de mortalidad, y SARS tiene 3 por ciento de mortalidad y SARS-CoV-2 tiene 2,5-2,3 por ciento de mortalidad?, ¿por qué quieren aplicarla ahorita y no la aplicaron con SARS y MERS si era tan segura? O sea, yo quiero saber esa respuesta”.
La médica continúa transmitiendo aquí un tergiversado mensaje sobre las vacunas al hacer una mezcla de afirmaciones falsas e inexactas.
El laboratorio «ModeRNA Therapeutics», fue creada en 2010 cuando Derrick Rossi, biólogo canadiense y profesor del Departamento de Células Madre y Biología Regenerativa de la Facultad de Medicina de Harvard, empleó ARNm modificado para reprogramar células madre con la intención de tratar enfermedades cardiovasculares. Desde entonces en Moderna han trabajado por perfilarse como una plataforma líder de ARN mensajero.
La compañía sí tuvo una pequeña variación en su nombre, inicialmente fue ModeRNA Therapeutics y actualmente es sólo Moderna, pero no encontramos evidencia de que hayan investigado previamente en una vacuna para el SARS o el MERS.
En su sitio web hacen un recuento histórico de los hitos que han tenido como empresa, ya que han trabajado con otros virus como el Chikungunya, los de las gripes H7N9 o el H10N8, pero no están explícitos estudios con los otros coronavirus.
Además, la OMS publicó una lista de 48 candidatas a vacunas contra el MERS; todas están en la fase preclínica y ninguna está siendo desarrollada por Moderna.
Continuando con lo que dice la médica salvadoreña, los datos de mortalidad que brinda sobre los otros coronavirus que causaron epidemias en el 2002 y el 2012 son inexactos ya que el SARS-CoV tuvo una tasa de mortalidad cercana al 10 por ciento y no al 3 por ciento. Por su parte el MERS-CoV tuvo una tasa de mortalidad más alta, aproximadamente del 35 por ciento, mientras Barrientos afirmó que era del 30 por ciento. Para el nuevo coronavirus (SARS-CoV-2), según Statista, la tasa de mortalidad está calculada aproximadamente en un 2,2 por ciento, que sería el único dato en el que Barrientos acierta.
Pero la gran diferencia del nuevo coronavirus con los anteriores, más allá de que tienen mortalidad más alta, radica en que este último ha causado una pandemia, debido a una transmisibilidad mayor, que causa que se contagie muy fácilmente de persona a persona, como explican desde los CDC.
Además el nuevo coronavirus es capaz de mantener una transmisión comunitaria sostenida, estimándose que cada individuo infectado puede contagiar a dos o tres personas más, detallan desde los CDC. Así ha causado los devastadores efectos a nivel mundial, al 1° de marzo de 2021 se han registrado 114.223.209 infectados a nivel mundial y 2.533.129 muertos desde que se declaró la pandemia, según el Centro de Recursos de Coronavirus de la Universidad de Johns Hopkins de Estados Unidos.
Por lo tanto, el SARS-CoV-2 puede tener una tasa de mortalidad más baja respecto a los otros dos virus, pero es más fácilmente transmisible. “Si me preguntas cuál virus es más terrorífico, sin duda es el SARS-CoV-2. Es el peor virus que hemos visto en los últimos 100 años”, afirmó Annelies Wilder-Smith, profesora de enfermedades infecciosas emergentes de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, en entrevista a la BBC de Londres.
Así pues, Moderna no venía investigando una vacuna desde las epidemias causadas por los coronavirus previos, como intenta afirmar Barrientos, y el nuevo coronavirus, debido a la alta transmisibilidad, ha tenido devastadoras consecuencias a diferencia de los otros coronavirus y por eso se ha desarrollado una vacuna con tanto ahínco.
“El COVID-19 no tiene cura, y yo digo que sí tiene cura. Entonces si tú tienes una enfermedad que sí tiene cura, para qué la velocidad de la fabricación de la vacuna”, es lo que continúa señalando Barrientos en el controvertido video sobre las vacunas, sin especificar el tratamiento al que se refiere.
Al revisar verificaciones hechas a Barrientos, encontramos que desde junio pasado sugería un tratamiento que según ella, prevenía las complicaciones del COVID-19 y la muerte, sin evidencia científica que respaldara tales señalamientos. Se trataba de una una mezcla de medicamentos, que finalmente equivaldrían a un manejo sintomático para el COVID-19, pero no evita el desarrollo de la enfermedad grave o la muerte.
A febrero de 2021, hay opciones de medicamentos aprobados en los protocolos de manejo de los pacientes con COVID-19 grave o crítico, según ha actualizado la OMS. Pero ninguno de éstos es curativo como dice Barrientos y tampoco están indicados en los pacientes con enfermedad leve. En esos casos, la OMS ha establecido que el manejo es sintomático mientras el cuerpo logra superar la enfermedad.
Por lo tanto sin un tratamiento que contenga la transmisión del nuevo coronavirus o sea curativo, se requiere del uso de las vacunas contra COVID-19 para lograr contener la pandemia, explican desde los CDC, en oposición a lo que dice Barrientos.
Fuente:https://www.rtve.es/noticias/20200703/bulo-tratamiento-sintomatico-covid/2025100.shtml Imagen del cuestionado tratamiento sugerido por Barrientos para el COVID-19, que se evidenció era sólo un manejo sintomático de la enfermedad, no curativo.
“Estamos viendo que tenemos gente con mielitis e inflamación de la columna por la aplicación de estas vacunas. Tenemos gente ya con pequeñas convulsiones, tenemos gente con Guillain Barré, gente con parálisis de Bell en la cara. Y eso fue una propia enfermera que puso en su propio Facebook, ella dice yo fui vacunada y tengo parálisis. Llora y dice que ella creía iba a hacer un bien a la gente y un ejemplo de civismo poniéndome la vacuna”, así continúa Barrientos.
La médica atribuye varias enfermedades y síntomas neurológicos a las vacunas contra COVID-19, pero esto lo calificamos como cuestionable, pues a pesar de que se han reportado casos aislados de mielitis y parálisis facial, pero no de Guillain-Barré en el contexto de la vacunación. Algunos siguen en estudio, otros se descartaron que hubiesen sido por las vacunas y no hay aún una notificación oficial que establezca que se hayan producido directamente por las vacunas.
En los estudios de la vacuna de Astrazeneca, hubo una suspensión temporal, por reportes de 3 casos de mielitis, que es una condición neurológica caracterizada por inflamación parcial o total en la médula espinal, pudiendo causar parálisis o una alteración de la sensibilidad, entre otros síntomas.
De esos casos, se descartó que dos tuvieran relación directa con la vacuna y sólo uno sigue en estudio para evaluar una relación de causalidad. Los estudios de la vacuna de Astrazeneca se retomaron por orden de los organismos regulatorios y evaluadores de la seguridad, al descartar riesgos que amenacen la vida de los participantes.
En enero, medios mexicanos también reportaron un caso de mielitis en una médica luego de recibir la vacuna de Pfizer, pero ella tenía antecedentes de alergias los cuales no reportó cuando la interrogaron antes de aplicarle la vacuna. El caso sigue en estudio por los entes regulatorios de dicho país, para evaluar si hubo o no relación de causalidad con la vacuna.
Por casos como ese, la vigilancia de la seguridad de las vacunas contra COVID-19 sigue, para evaluar la aparición de efectos secundarios no identificados previamente. Siempre que se reportan síntomas que pudiesen estar o no relacionados con la vacunación, se hace un exhaustivo y minucioso análisis, para evaluar si éstos ocurrieron por el azar es decir pura casualidad, o por el contrario la vacuna fue la causa, lo cual si se llega a concluir se publica a la comunidad científica y a la población en general, como lo contamos recientemente en el explicador que realizamos sobre la seguridad de las vacunas.
Pero los más recientes reportes de las autoridades sanitarias encargadas de tal labor en Estados Unidos y Europa, no han reportado ni casos de mielitis, ni Guillain Barré o parálisis facial por estas vacunas,como afirma Barrientos.
Respecto al Guillain-Barré, que es otra condición neurológica en la que el mismo sistema inmune del cuerpo ataca los nervios, como lo explicamos en un chequeo previo, el neurólogo de la Universidad CES de Medellín, Gustavo Adolfo Díaz explicó a Colombiacheck: “En particular con el COVID-19 no hay datos que confirmen esa asociación entre la vacuna y el Guillain-Barré”.
De los casos de parálisis facial atribuidos a las vacunas contra COVID-19, de los que habla Barrientos, desde los CDC de Estados Unidos señalaron que si bien se reportaron casos de parálisis facial entre los participantes de los ensayos clínicos de la vacuna de Pfizer: “No consideran que los mismos se encontraran por encima del índice anticipado en la población general. No se ha establecido en forma concluyente que estos casos fueron causados por la vacuna".
Así, hasta ahora ninguno de los síntomas, ni enfermedades descritos por Barrientos ha sido confirmado que sea causado directamente por las vacunas del COVID-19, además ese tipo de efectos secundarios son estadísticamente muy raros en comparación con el beneficio que se puede obtener con la vacunación, como aclaran desde los CDC.
“Si yo como farmacéutica me quito la responsabilidad, y digo: si algo pasa a mí no me demanden. Ah, bueno, entonces ni ellos están seguros de que esto realmente ni vaya a funcionar como dicen, ni nos vayan a proteger como dicen. Entonces, ¿porqué voy a obligar a la gente a ponérsela, porqué lo voy a hacer obligatorio ponérsela?”, continúa Barrientos.
Las vacunas contra COVID-19, como explicamos previamente, pasaron por estudios de seguridad y eficacia (evaluación de la capacidad de las vacunas para proteger frente a la enfermedad), cuyos resultados fueron publicados en revistas científicas y divulgados en comunicados públicos. Así, las farmacéuticas, los entes reguladores y la población en general, saben que estas vacunas sí protegen contra el COVID-19, contrario a lo que señala Barrientos.
Aunque es cierto que las farmacéuticas están exentas de responsabilidad frente a reacciones adversas a las vacunas. En Colombia, la ley 2064 del 9 de Diciembre sobre la vacunación contra COVID-19, establece un procedimiento para el manejo de los efectos adversos con la intervención del Instituto de Evaluación de Tecnologías en Salud - IETS, como lo explicaron desde el Ministerio de Salud.
"Esto permite a los colombianos tener muchísima claridad; con la creación de un consejo de evaluación de tecnologías que estudie caso a caso los eventos adversos que se presenten y les dé una respuesta científica y técnica a los colombianos", apuntó el ministro de Salud, Fernando Ruiz Gómez.
Por otra parte, la vacunación contra el COVID-19 no es obligatoria en Colombia. La persona que quiera rehusarse debe firmar como disidente, según han aclarado desde el Ministerio de Salud. Esto basado en un principio llamado “dignidad humana”, con el que las personas se pueden negar a realizarse un procedimiento médico, de modo que cada persona tendrá la potestad de decidir si recibe la vacuna o no.
En países como El Salvador, de donde es Barrientos, el presidente también señaló que la vacuna contra el COVID-19, será gratuita, universal y voluntaria.
En conclusión la doctora Barrientos da un falso y distorsionado mensaje sobre las vacunas contra COVID-19 que puede resultar perjudicial para quienes la escuchen, al desalentar la vacunación.
Desde los CDC de Estados Unidos, advierten que la combinación de vacunarse, así como seguir aplicando las medidas de bioseguridad (uso de mascarillas, distanciamiento social y lavado de manos) ofrecerá la mejor protección contra el COVID-19, ya que “para detener una pandemia, es necesario utilizar todas las herramientas que tenemos disponibles”.