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Falso
La actriz mexicana Ana Patricia Navidad Lara, conocida artísticamente como Paty Navidad, ha difundido varias desinformaciones relacionadas con coronavirus. Nuestros colegas de Animal Político, la ubicaron en el top 5 de los personajes mexicanos que más han difundido noticias falsas en la pandemia.
El 27 de noviembre, Navidad publicó un trino que obtuvo 3.400 likes, 590 retuitts y 3.200 comentarios. El trino también rotó por Instagram.
En ese trino, la actriz aseguró que “las vacunas contra COVID-19 son experimentales de ARNm, nanotecnología, puntos cuánticos y la enzima de luciferasa, nos modificarán genéticamente (ADN) e iniciaremos de manera oficial la ERA del Transhumanismo” (sic).
Pero estas afirmaciones mezclan conceptos biológicos, de una manera que no tiene sentido, para llegar a conclusiones falsas.
Tanto Animal Político, como RTVE de España habían ya desmentido este trino. Pero a continuación le explicamos por qué lo que dice es falso.
En un explicador sobre las vacunas para prevenir el COVID-19 aclaramos que hay diferentes tipos entre las candidatas que se encuentran en fases más avanzadas y las que ya han sido aprobadas. Las vacunas de Pfizer-BioNTech, recientemente aprobada en Reino Unido para uso de emergencia, y de Moderna, que está a la espera de aprobación para uso de emergencia por la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) en Estados Unidos, sí son del tipo ARNm (un tipo de vacunas conocidas como génicas).
Pero hay muchas otras tecnologías en uso. Por ejemplo, hay vacunas en desarrollo para el COVID-19 con tecnología tradicional, que incluye las de virus inactivados o atenuados; vacunas de subunidades proteicas; y vacunas de vectores virales, entre otras.
Fuente: ColombiaCheck
Las vacunas de ARNm contra el COVID-19 sí utilizan un tipo de tecnología experimental, como señalamos en un chequeo previo. Ninguna vacuna de este tipo había sido aprobada hasta ahora para su comercialización. Pero, como lo contamos en un explicador que ya citamos, para ser aprobada, una vacuna debe pasar por un proceso riguroso de revisión. Los entes reguladores en cada país y a nivel internacional verifican que la vacuna tenga los estándares de calidad necesarios que garanticen seguridad para la población y eficacia (o que proteja realmente contra la infección por el nuevo coronavirus). También revisan y certifican que cada candidata haya cumplido con las fases necesarias para su desarrollo.
En su uso científico, “nano” quiere decir “la milmillonésima parte de la unidad”. Es decir, a esta escala las estructuras son tan pequeñas que equivalen a algo solo diez veces más grande que átomos individuales. Para ponerlo en perspectiva, una hoja de papel tiene unos 100.000 nanómetros de grosor.
La nanotecnología se utiliza desde hace más de una década, incluido enel desarrollo de vacunas, como la de la influenza, y en vacunas contra el COVID-19. La razón de utilizar este tipo de tecnología es que virus como el nuevo coronavirus funcionan a esa escala. Hoy sabemos que el diámetro del nuevo coronavirus está entre los 50 y 200 nanómetros.
En julio, investigadores de la Universidad de California publicaron en Nature que “la aplicación de la nanotecnología en el diseño de vacunas es ideal, ya que los nanomateriales utilizados en el desarrollo de vacunas pueden imitar las estructuras virales que se buscan combatir.”
Un ejemplo de las vacunas desarrolladas contra el nuevo coronavirus que utilizan plataformas de nanotecnología son las vacunas ARNm, que son administradas envueltas en nanopartículas de lípidos (o envolturas de grasa).
Debido a que la molécula de ARNm es muy inestable y se puede degradar con facilidad en nuestro cuerpo si se inyectara directamente, se utilizan esas envolturas de nanopartículas de lípidos para encapsularla y darle estabilidad.
En la revista Nature Nanotechnology, el 27 de noviembre, se hacía referencia a las vacunas de Pfizer y Moderna, como las vacunas basadas en nanopartículas a punto de obtener la aprobación de la FDA. Así mismo, Statnano, una empresa que trabaja en nanotecnología, en su página web explica qué tipo de nanotecnología tienen otras de las candidatas para prevenir el COVID-19.
Adriana Patricia Herrrera, ingeniera química de la Universidad del Atlántico, PhD en ingeniería química y con estudios postdoctorales en síntesis y aplicaciones de nanomateriales funcionales de la Universidad de Mayagüez en Puerto Rico, explicó a ColombiaCheck, citando una publicación científica de la revista Cell Press, que “el uso de nanotecnología para las vacunas facilita, entre otros aspectos, el paso a través de las membranas celulares. Además los nanomateriales que se utilizan en las vacunas evitan que algunos de sus componentes se degraden rápidamente. Los protegen a la vez que reducen toxicidad y minimizan efectos secundarios de las vacunas”.
Los investigadores Sepehr Talebian y Joaõ Conde, citados en dicha publicación, dicen que “normalmente, el uso de nanopartículas en formulaciones de vacunas dan estabilidad a los componentes de la vacuna para evitar su degradación, pueden contribuir en la estimulación de la respuesta inmune y pueden actuar como sistemas de entrega para facilitar la absorción y procesamiento de los componente de las vacuna por las células del sistema inmune”.
Los puntos cuánticos también están relacionados con la nanotecnología. Son un tipo de “nanopartículas”, específicamente nanocristales, que se están estudiando para múltiples usos en la medicina, como en técnicas de diagnóstico del laboratorio, en biología celular y en tratamientos para diferentes tipos de cáncer, según señalan la revista Quantum Science technology.
Navidad habla de puntos cuánticos probablemente porque, a finales del 2019, se publicó en la revista Science Translational Medicine un estudio realizado por ingenieros del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) y la Universidad de Rice de Estados Unidos, patrocinado por la Fundación Bill y Melinda Gates, en el que utilizaron puntos cuánticos que, inyectados bajo la piel, emiten una luz fluorescente que resulta invisible al ojo humano pero puede ser visible para un smartphone.
Según señalaron los investigadores, el estudio fue hecho en ratas y podría servir a futuro para confirmar que una persona ha sido vacunada, especialmente en países en desarrollo donde los carnés de vacunación a menudo están incompletos o con información errónea, y donde los registros médicos electrónicos no existen, es decir podría equivaler a un certificado digital de vacunación.
Ese estudio sobre el certificado digital de vacunación se difundió a finales de 2019 en varios medios de comunicación alrededor del mundo (1,2 , 3 y 4) y ahora es usado por los conspiracionistas de la pandemia y los detractores de los Gates para difundir ideas falsas sobre las vacunas contra el COVID-19. Desinformación que también ha sido desmentida por los colegas verificadores de Maldita y Newtral en España, así como por la agencia de noticias AFP (1, 2 y 3).
En los protocolos actuales de los estudios de las vacunas para prevenir el COVID-19, como la de Pfizer-BioNTech o la de Moderna, no se ha notificado que se usará ese tipo de tecnología.
La luciferasa sí existe y se han hecho estudios con esta enzima en pacientes COVID-19, pero no estudios relacionados con las vacunas.
La luciferasa es una enzima o proteína presente en las luciérnagas, que también se encuentra en un gran número de seres vivos, como los dinoflagelados, microscópicos animales responsables de que algunas playas se iluminen por la noche como si estuvieran llenas de miles de pequeñas linternas.
Esta proteína tiene que ver con la capacidad de bioluminiscencia, o capacidad de un organismo a generar luz por sí mismo. Por eso, ha sido utilizada como un marcador en estudios de investigación en el laboratorio.
En julio pasado, un equipo de investigación suizo-alemán publicó una investigación en la que explicaban el desarrollo de una prueba para medir anticuerpos (o defensas) contra el COVID-19 que solo duraba 18 horas y hacía uso de la enzima luciferasa y su capacidad de generar luminiscencia en las células.
Así mismo, en septiembre investigadores del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Universidad de Chile reportaron resultados preliminares de un estudio similar, en el que también utilizaron la proteína lumínica de luciérnagas o luciferasa para cuantificar anticuerpos neutralizantes del SARS-CoV-2 en personas con COVID-19.
Ya hemos desmentido previamente esta desinformación en múltiples chequeos (1, 2 y 3). Así lo han hecho también verificadores de la International Fact Checking Network (IFCN) de la que hacemos parte, como Maldita, AFP, Animal Político en México y Efecto Cocuyo.
Las vacunas de ARNm llevan en ese fragmento de ARN que introducen al cuerpo la receta molecular para que nuestras propias células fabriquen la proteína viral (en este caso, la que forma los picos de la corona del virus) y que el sistema inmune pueda reconocer con el fin de desarrollar defensas y estar protegidos ante un posible futuro encuentro con el nuevo coronavirus.
Pablo Ortiz, biólogo colombiano con PhD en biología molecular de la Universidad de Puerto Rico y estudios posdoctorales en la Universidad de Massachusetts y Yale, explicó previamente a ColombiaCheck: “es completamente falso que las vacunas de ARNm (Ácido RiboNucleico mensajero) interactúen de forma directa con el genoma (ADN)”.
“El ARNm no entraría al núcleo donde está el ADN, se quedaría en el citoplasma, por ende NO interactuaría directamente con el ADN, que es el que contiene nuestra información genética. Una vez traducida la información que llevaría la vacuna, es decir se pase ese ARNm a proteína, en las células, el ARNm sería destruido”, enfatizaba el biólogo. “Estas vacunas jamás se integrarían al ADN y no producirían cambios irreversibles en los individuos”.
El transhumanismo del que habla Navidad, hace referencia a un movimiento ideológico y filosófico que propone la utilización de la tecnología disponible para trascender los límites de las capacidades humanas normales, a favor de un ser humano "mejorado" según señalaba una publicación de la agencia de noticias BBC en 2018. Este movimiento propone el mejoramiento humano como medio para lograr un estado evolutivo más fructífero del Homo Sapiens al que denomina Transhumano.
Es así como con lo del transhumanismo se entra en cuestionamientos filosóficos que no es posible verificar desde el punto de vista científico.
Pero consultamos a César Aceros, ingeniero electrónico de la Universidad Pontificia Javeriana con PhD en Ingeniería Eléctrica en la Universidad de Mayaguez, Puerto Rico, quien dijo que "todos los avances tecnológicos que se han llevado a cabo en esta última década y los que se siguen llevando a cabo, se están aplicando en múltiples campos de la biomedicina, buscan mejorar la calidad de vida de las personas, tratar enfermedades, entre otros múltiples usos. Por ejemplo, una reciente publicación en la revista IEEE Spectrum, mostraba el posible uso de la nanotecnología para realizar monitoreo de signos vitales en una persona, pero de ahí a que por las vacunas para prevenir el COVID-19 nos van a conectar a una computadora cuántica eso es falso, no tiene el menor sustento científico … La computación cuántica está en una fase de experimentación, existen algoritmos, se hacen simulaciones, hay investigaciones y aplicaciones a pequeña escala; vamos en camino hacia ese avance, pero aún falta para tener una computación cuántica a gran escala”, enfatizó el doctor Aceros.
De este modo, Paty Navidad en su publicación mezcló una serie de conceptos verdaderos, algunos relacionados con las vacunas, pero otros no, y todos adheridos a ideas tergiversadas para transmitir en general un falso mensaje sobre las vacunas para prevenir el COVID-19.