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Miércoles, 19 Abril 2023

En carta a Biden, expresidente Pastrana repite cifras imprecisas de cultivos de coca en Colombia

Por Ana María Saavedra

Pastrana usa datos imprecisos sobre las hectáreas de cultivos de uso ilícito en Colombia, aunque tiene razón en la tendencia en el aumento de estos.  

Mientras el presidente Gustavo Petro se encuentra en una visita diplomática a Estados Unidos, donde tiene programado el próximo jueves 20 de abril encontrarse con el mandatario de ese país, Joe Biden, el expresidente colombiano Andrés Pastrana publicó en su Twitter una carta abierta al jefe de Estado norteamericano en la que enuncia varios problemas del actual gobierno en su lucha contra el narcotráfico.

En dicha comunicación, Pastrana da varias opiniones acerca de que hoy no hay paz en el país, sino que, al contrario, “es un caos de orden público y criminalidad en el que las imperantes organizaciones del narcotráfico negocian de tú a tú con el gobierno”. Pero en medio de las opiniones, el expresidente repite dos cifras de cultivos ilícitos que ha dicho desde 2017 y en Colombiacheck le hemos chequeado en varias ocasiones (1, 2, 3).

En esta ocasión, lo calificamos como cuestionable porque tiene imprecisiones y exageraciones en sus datos, aunque sí tiene razón en la tendencia de aumento de los cultivos de uso ilícito.

Las hectáreas de cultivos

En esas ocasiones, el exmandatario aseguró que administraciones anteriores, gracias al Plan Colombia, dejaron el país con 40.000 hectáreas  de coca y que el entonces presidente, Juan Manuel Santos, le entregó a las FARC la fumigación de esos cultivos y dejó entre 300.000 y 250.000 hectáreas. En otra de las afirmaciones, dada en 2019, dijo que esta cifra era de 200.000.

En la carta a Biden, Pastrana habla de que el “dramático recorte de los cultivos de coca a 40.000 hectáreas, gracias al plan Colombia, dio un giro cuando se canceló la iniciativa binacional (...) Desde ese entonces, Colombia es un mar de coca, el gobierno Petro no ha erradicado una sola de las 300.000 hectáreas en producción”.

Como lo hemos explicado en nuestros chequeos pasados, Colombia tiene el SIMCI, un sistema de medición contratado con la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, UNODC; este hace un reporte anual de las hectáreas de coca, con corte a diciembre de cada año. La otra medición conocida es la que hace Estados Unidos por la Oficina de Política Nacional de Control de Drogas, ONDCP. Se trata de dos entidades con cifras y métodos diferentes.

Cada uno, como ha explicado Daniel Rico, experto en temas de drogas, tiene su propia metodología. En este gráfico, que publica el profesor Adam Isaacson, director para Veeduría de Defensa en la Oficina de Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA, por sus siglas en inglés), se puede ver las dos mediciones en las últimas dos décadas.

 

Cómo se puede evidenciar en estas cifras, Colombia, luego del Plan Colombia (que arrancó en 2001 con el presidente Pastrana) en ninguna de estas mediciones ha tenido 40.000 hectáreas. La cifra más baja, según la medición del SIMCI de la ONU fue en 2012 y 2013, ambos años, con 47.000 hectáreas. Aunque en el gráfico no aparece el 2021, pues el informe del SIMCI de ese año solo fue publicado recientemente, el monitoreo arrojó 204.000 hectáreas.

En cuanto a los datos de la Casa Blanca, los cuales también tienen mediciones hasta 2021, el año con menos hectáreas fue 2012, con 78.000, y el más alto se registró en 2020, 245.000. El 2021 cerró con 234.000. Ninguna de estas cifras coinciden con las dadas por Pastrana.

Daniel Rico explica que en este momento no hay cifras oficiales de cómo cerró 2022 y mucho menos cómo va 2023. Además, dice que las cifras de las mediciones oficiales son extemporáneas y no tan confiables. La realidad, según Rico, es que los cultivos han aumentado exponencialmente en el país. 

Otro dato que no es del todo cierto en la carta de Pastrana es que este año no se ha erradicado “una sola de las 300.000 hectáreas en producción”. Aunque en enero pasado en efecto no se erradicaron, como lo reconoció el mismo gobierno, en febrero la Policía le reportó a la prensa un dato parcial de 400 hectáreas erradicadas. Una cifra baja comparada con las de los meses anteriores.

 

Informe de Ministerio de Defensa

Pero es que el gobierno Petro ha anunciado un cambio en la política de las drogas, que empieza por sepultar las fumigaciones aéreas con glifosato (que Duque intentó revivir pero decisiones de la Corte Constitucional no se lo permitieron). Como lo explica el diario español El País, en la nota ‘El vuelco de Petro en la política de drogas empieza por reducir la erradicación forzada de coca’ de su versión para América, “la Policía Nacional fijó su meta de erradicación de cultivos ilícitos para el año 2023 en 20.000 hectáreas, una notable reducción de 60% con respecto a las 50.000 que se proponía para 2022. Una noticia ilustrativa del cambio de los tiempos”.

Sin embargo, como aseguró Sergio Uribe, máster en Economía y Política Internacional de Johns Hopkins University y profesor de la Universidad del Rosario, en un análisis de la política antidrogas de Petro publicado en febrero pasado en Razón Pública: “Tras seis meses de la administración Petro, todavía no está claro cuál sea o cuál será su política antidrogas. Además, desde su llegada a la Casa de Nariño, la información estadística sobre el tema se ha vuelto escasa y, para efectos prácticos, el Observatorio de Drogas de Colombia, que hace unos años fue considerado un ejemplo para América Latina, ha sido desmantelado por completo, lo cual llevó a su total desprestigio”.

Por su parte, Ana María Rueda, analista del tema de drogas de la Fundación Ideas para la Paz, asegura que aunque las cifras de Pastrana son imprecisas, la tendencia de aumento que marca sí es cierta. “El aumento empieza en 2014, pero estas dinámicas del aumento de coca no se explican solo por Plan Colombia, ya que en ese momento estábamos con el apoyo de Estados Unidos y todavía estamos fumigando. En octubre 2015, cuando se deja de fumigar, ya estábamos en 96.000 hectáreas”.

Además, agrega que Pastrana es engañoso al tomar una cifra exagerada de 40.000 hectáreas del informe de la UNODC y otra aún más exagerada de 300.000 hectáreas, que no hemos tenido en las mediciones conocidas. 

Rueda agrega que sí hay que analizar que en el gobierno de Santos no hubo esfuerzos de erradicación de coca ni de incautaciones. Y cuando llegó Duque se evidenció que la  erradicación manual no era suficiente y el Programa Nacional de Sustitución de Cultivos de Uso Ilícito (derivado del Acuerdo Final de Paz entre el Estado y las FARC) no funcionó, pues empezó a avanzar muy distante de la reforma rural integral. El campesino que erradicó no tenía lo que le habían prometido para rechazar la coca.

Así que, aunque Pastrana tiene razón en la tendencia en el aumento de los cultivos de coca y en la falta de acciones del gobierno Petro en la erradicación de cultivos, una vez mas, datos imprecisos y exagerados en su carta.