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Falso
Desde el mes de junio de 2021 en Facebook (1,2,3) circula una imagen que incluye la siguiente frase: “Los vacunados con ARN ya no tienen derechos humanos ni del Estado. Son patentes de la corporación que diseñó el fármaco”.
Otras publicaciones con contenido muy similar también han circulado recientemente por redes sociales como Facebook (1,2), Twitter y en páginas web (1,2). Pero todo esto es desinformación sobre las vacunas contra COVID-19, en particular las que utilizan tecnología de ARNm, como las de Pfizer y Moderna.
En algunas de estas publicaciones hacen alusión a un controvertido caso que se dio en el 2012 en Estados Unidos, en el cual una sentencia del Tribunal Supremo de Estados Unidos dictó que un gen natural (una parte del ADN) no era patentable, ya que se encontraba en la naturaleza, pero sí permitió que un nuevo gen complementario desarrollado en el laboratorio fuese patentado.
No obstante, esas publicaciones en redes sociales han tergiversado dicho caso señalando erróneamente que “la Corte Suprema de los Estados Unidos dictaminó que no se puede patentar el ADN humano, porque era un producto de la naturaleza. Sin embargo, al final del fallo se aprobó que si se llegara a cambiar el genoma humano como se está haciendo hoy mediante la inoculación de ARN mensajero, entonces ese genoma puede patentarse y se clasifica como propiedad privada”.
Pero aquí utilizan la falsa idea de que las vacunas de ARNm contra COVID-19 modifican la información genética para difundir más desinformación.
Desde los Centros para la prevención y control de enfermedades en Estados Unidos (CDC) y muchos otros organismos y autoridades en salud (1,2,3,4, 5) han aclarado que las vacunas de ARNm no modifican nuestra información genética.
En Colombiacheck también lo hemos desmentido en chequeos previos (1,2,3, 4).
En la Declaración Universal de Derechos Humanos, proclamada el 10 de diciembre de 1948 en París por la Asamblea General de las Naciones Unidas, están consignados los derechos humanos básicos.
En el Artículo 2 de dicha declaración se indica que ninguna persona puede perder los derechos y libertades allí proclamados bajo ninguna índole, lo cual aplica para el escenario de la vacunación contra COVID-19.
Fuente:https://www.un.org/es/about-us/universal-declaration-of-human-rights
Por el contrario, la vacunación contra COVID-19 es un derecho, el cual debe ser garantizado por los Estados. Una comisión de expertos en Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas a través de una declaración hecha el 9 de noviembre de 2020 resaltó la importancia del acceso universal a las vacunas:
"Los Estados tienen la obligación de asegurar que todas las vacunas y tratamientos contra el Covid-19 sean seguros, estén disponibles y sean accesibles y asequibles para todo el que lo necesite y que en consecuencia el acceso a estas tecnologías debe brindarse para todos sin discriminación y priorizando a quienes sean más vulnerables a la enfermedad”.
Estas premisas también están consignadas en el Decreto 109 del 29 de enero de 2021 a través del cual se adoptó el Plan Nacional de Vacunación contra COVID-19 en Colombia.
Por su parte, Carolina Gómez Muñoz, abogada, fundadora e Investigadora del Centro de pensamiento, medicamentos, información y poder de la Universidad Nacional de Colombia (DIME) y asesora del Secretario de Salud de Bogotá, explicó a Colombiacheck que “todas estas vacunas se diseñaron con dinero de los estados, justo para garantizar el derecho humano a la salud. Las vacunas se hacen como garantía de los derechos humanos”.
“Este letrero es muy engañoso, esa relación causal que intentan establecer entre que una empresa tenga una patente y la pérdida de esos derechos humanos cuando uno ya está vacunado es realmente inexistente”, recalcó Gómez.
En la Superintendencia de Industria y Comercio en Colombia se indica que una patente es un privilegio que da el Estado a un inventor que haya logrado a través de su invento una solución que le aporte beneficios a la humanidad. El privilegio que otorga la patente consiste en el derecho a explotar económica y exclusivamente el invento por un tiempo determinado de 20 años.
En Colombia, como en otros países, los medicamentos y otras invenciones están cubiertos por patentes, que además brindan protección legal contra la copia. Las vacunas no son una excepción.
Carolina Gómez Muñoz resaltó a Colombiacheck que como existen múltiples vacunas contra COVID-19 en el mundo, esto implica que no sea una sola empresa la dueña de la patente sino varias y hay varias patentes para cada vacuna. Igualmente lo señala esta publicación sobre la red de patentes de las vacunas contra COVID-19 de la revista Nature.
El verdadero debate actual sobre las vacunas y las patentes está centrado en la posibilidad de que las empresas farmacéuticas dueñas de las patentes las liberen para garantizar un mayor acceso a las vacunas como lo han resaltado diversos medios de comunicación a nivel internacional (1, 2, 3, 4).
Gómez también recalcó a Colombiacheck sobre este tema: “La discusión en el debate internacional se está dando es por el acceso a más vacunas. La discusión actual con las vacunas contra COVID-19 es acerca de cómo las patentes violan los derechos humanos en especial el derecho a la salud porque no permiten el acceso a más vacunas e impiden que más gente esté vacunada”. Pero no porque el estar vacunado signifique volverse una patente de las farmacéuticas como señalan en las publicaciones que buscan desalentar la vacunación.
Por su parte María Victoria Sánchez, PhD en Farmacia, investigadora del Laboratorio de inmunología y desarrollo de vacunas del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) en Argentina, consultada por los colegas verificadores de AFP, concluyó sobre este tema: “Las empresas sí tienen la patente de su vacuna, pero esto no significa que patenten o tomen posesión de quienes las reciben”.
De este modo concluimos es falso que quienes son vacunados contra COVID-19 pierdan alguno de sus derechos, por el contrario con la vacunación se busca garantizar el derecho a la salud en medio de la pandemia desatada por el nuevo coronavirus. Y los vacunados tampoco pasan a ser propiedad o “patentes” de las farmacéuticas que producen tales vacunas porque un ser humano no se puede patentar.
Para consultar más chequeos o explicadores sobre la pandemia puede visitar nuestro especial Mentiras y verdades sobre el coronavirus, también puede sugerirnos un chequeo aquí.