El mismo día que la Comisión de la Verdad lanzó los primeros dos capítulos del informe final, comenzaron los ataques. Desde entonces, se han movido dos grandes narrativas en contra de los resultados de la entidad. La primera es que los comisionados tuvieron una verdad sesgada, pues supuestamente no escucharon a las víctimas de las FARC, y además fueron laxos con la antigua guerrilla mientras que culparon a los agentes del Estado.
La otra gran narrativa tuvo un tinte mucho más personal y se enfiló en contra del padre Francisco de Roux, el presidente de la Comisión. Al sacerdote lo tildaron de ser cercano a las guerrillas, especialmente a la del ELN, y de ser un admirador de la Teoría de la Liberación, que estuvo en las bases ideológicas de la conformación de este grupo armado.
En Twitter, estos mensajes fueron especialmente liderados por algunos políticos de derecha como el expresidente Álvaro Uribe Vélez y la senadora María Fernanda Cabal. También por figuras públicas cercanas al Centro Democrático, como María del Rosario Vargas, autora del libro ‘La verdad de la Comisión de la Verdad’; el columnista David Ghitis y Andrés Felipe Arcos, influencer quien ha trabajado con Cabal. Otra de las cuentas que tuvo más impacto en la conversación en redes sociales fue el Twitter de Revista Semana.
Y hay un caso particular de una cuenta con muy pocos seguidores (658) que, a diferencia de los otros perfiles no se trata de ninguna figura pública y que tampoco es seguido por líderes de derecha. A pesar de eso, el usuario de Twitter ‘Yo si me llamo JAVIER’ apareció como una de las que más impacto tuvo al promover las narrativas contra la Comisión. Y con un solo Tweet tuvo un alcance potencial del 4,27% de todos los tweets analizados.
También hubo perfiles con impacto en Twitter por una o varias publicaciones promoviendo las narrativas contra la Comisión y su informe, como el del excandidato presidencial Enrique Gómez, el del general retirado de la Policía Luis Mendieta, el del actor Jorge Cárdenas y el de la periodista Vicky Dávila. Sin embargo, los retuits que tuvieron sus publicaciones estuvieron muy por debajo de las cuentas anteriormente mencionadas, alcanzando entre 400 y 600, lo cual podría ser la mitad o un tercio de los retweets que obtuvieron los otros perfiles.
Por estas razones, en esta investigación nos concentramos más en los mensajes de las personas inicialmente nombradas, pues fueron ellos quienes más alcance tuvieron en Twitter con sus mensajes en contra de la Comisión. Aunque los últimos perfiles sí hicieron parte de la conversación.
Y es que, si bien los 16.394 tuits que identificamos que criticaban el informe fueron compartidos por cientos de cuentas más, lo que destaca es que por lo general los mensajes circularon entre las mismas cuentas. Es decir, una cuenta que comentaba o compartía alguna publicación de la Revista Semana, también solía hacerlo, por ejemplo, de perfiles como el de Andrés Felipe Arcos o María del Rosario Vargas. Por eso, lo que muestra la gráfica, es cómo se va tejiendo una red en torno a las mismas cuentas, por lo que estos perfiles de derecha le hablan al mismo nicho que termina reproduciendo la misma clase de mensajes.
El alcance potencial de todas estas conversaciones en Twitter fue de 26’580.469, que es la suma de todos los seguidores de las cuentas que interactuaron con alguno de los mensajes que se referían a la Comisión, al informe o al padre De Roux.
Para encontrar dichos mensajes, analizamos las publicaciones de Twitter del 28 de junio, cuando se lanzó el informe; al 26 de octubre, cuando hicimos el corte para analizar los hallazgos. Todo esto lo logramos con las herramientas de escucha social Synthesio y Crowdtangle, filtrando por las palabras clave (“comisión de la verdad” OR “francisco de roux”) AND (Colombia OR Informe OR Narco OR FARC OR ELN). Esta investigación hace parte del trabajo que hemos hecho en Colombiacheck en el marco del proyecto ‘Memorias del Conflicto, mentiras y verdades acerca del informe final’.
Estas palabras clave nos arrojaron 446.000 tweets identificados, de los cuales hicimos una muestra aleatoria de 166.360, al 99% de intervalo de confianza. Finalmente, de esas publicaciones, analizamos 16.394 que identificamos que criticaban o estaban en contra del informe de la Comisión.
En Twitter fue donde más conversación hubo al respecto, pues esos tweets representan el 98,7% de todas las publicaciones que encontramos con dichos criterios. En Facebook, con los mismos criterios y herramientas de búsqueda, encontramos 6.576 en total, de los cuales, 182 eran en contra de la Comisión. Y en Instagram identificamos 1.053, con solo 26 negativos hacia el informe.
Fue así como encontramos que la primera idea que se movió en esa conversación fue que las víctimas de las FARC habían sido excluidas del reporte y que sus padecimientos no habían sido escuchados por los investigadores.
De hecho, la cuenta en Twitter que tuvo más alcance en esta línea fue la Revista Semana ya que, con tan solo dos publicaciones, alcanzó el 17,48% de los retuits de todos los posts que analizamos en esta investigación sobre la narrativa de la verdad sesgada. Y los dos tweets fueron, precisamente, sobre la supuesta exclusión de las víctimas de la antigua guerrilla.
El primero de ellos fue del 29 de junio con una frase en la que el general retirado de la Policía Luis Mendieta, secuestrado por la guerrilla en la toma de Mitú en 1998, afirma que “las víctimas que estuvimos en las jaulas de las FARC fuimos excluidas por la Comisión de la Verdad”. En el artículo, además recopilan varias publicaciones que había hecho Mendieta en su cuenta de Twitter atacando a la Comisión, pero que no habían tenido un alcance semejante al que logró la Revista Semana.
Sin embargo, como ya lo habíamos verificado en Colombiacheck, las víctimas de la toma de Mitú sí fueron escuchadas para realizar el informe. La Comisión hizo tres eventos para reunirse con las víctimas del ataque y además, en 2020, realizó un acto de conmemoración de la toma. De hecho, la Comisión habló directamente con el general Mendieta en un acto privado el 29 de septiembre de 2020 y, según nos explicaron en ese momento funcionarios de la entidad, el policía retirado luego rechazó otras invitaciones; algo que el general negó.
El segundo post de Semana fue del 3 de julio, cuando estaban a punto de cumplirse los 23 años de la toma de las FARC al municipio de Gutiérrez, Cundinamarca. El medio explica que en dicho ataque fallecieron 38 de los 56 militares que estaban combatiendo a los guerrilleros liderados por Henry Castellanos Garzón, alias ‘Romaña’. “Las víctimas sienten que el informe de la Comisión de la Verdad no tuvo en cuenta sus relatos sobre más de 12 horas de violencia”, agregó.
Sin embargo, la Comisión explicó en un informe de gestión de 2021 que trabajaron con víctimas de la provincia de Gutiérrez y habló concretamente de la toma de 1999 en el
capítulo ‘Hasta la guerra tiene límites’, dedicado a las violaciones de derechos humanos e infracciones al derecho internacional humanitario.
El tono de las víctimas que contaban sus relatos directamente para intentar poner en duda los hallazgos de la Comisión se repitió en otras ocasiones. El 28 de junio, el mismo día del lanzamiento del informe final, Andrés Felipe Arcos publicó que la Comisión no lo quiso escuchar por ser víctima de las FARC y en otro post del mismo día agregó que no necesitaba un informe que le dijera que su mamá fue asesinada.
Así, líderes de opinión que además fueron víctimas directas de la antigua guerrilla movieron la narrativa de que la Comisión no tuvo en cuenta a quienes padecieron algún hecho victimizante por parte de las FARC y lo hicieron contando los crímenes de los que fueron víctimas.
Y mientras estos personajes se concentraron en vivencias más personales, figuras políticas de derecha dirigieron sus discursos a denunciar supuestas orientaciones ideológicas del informe de la Comisión. El expresidente Uribe dijo, por ejemplo, que el reporte “absuelve terroristas que determinaron el nacimiento de otros” y que tiene un “sesgo contra las FFAA (Fuerzas Armadas) y sectores productivos”. Y desde entonces, respaldó la idea que comenzaba a gestarse de que era necesario cotejar el informe con otras fuentes.
Luego, el 10 de agosto, Uribe sostuvo que “por pedido de muchas personas”, el Centro Democrático iba a publicar una “cartilla alternativa” con los relatos de víctimas y organizaciones “de otras tendencias políticas”. Así, el 3 de octubre, el exmandatario publicó en su cuenta de Twitter los links de los 15 capítulos de ‘¿Cuál verdad?’, subidos a Google Drive. Como lo mostró previamente Colombiacheck, en este informe predominan datos falsos, cuestionables y algunos que son inchequeables.
Aun así, la idea de que el informe de la Comisión era sesgado se siguió propagando en el mismo círculo de redes sociales. Por ejemplo, la ex representante a la Cámara por el Centro Democrático Margarita Restrepo hizo un llamado a no permitir “que la Comisión de la Verdad les mienta a los niños de Colombia”, en alusión a la jornada pedagógica ‘La Escuela abraza la verdad’, que lideró el Ministerio de Educación para socializar los hallazgos del informe en los centros educativos que así lo quisieran. Mientras que la twittera de derecha María del Rosario Vargas promovía ‘La verdad de la Comisión de la Verdad’, el libro que escribió y al que Colombiacheck le encontró varias falsedades y afirmaciones sin pruebas.
En cuanto a la idea de que el informe culpaba al Estado y a las Fuerzas Militares, Uribe no fue el único que tuvo una voz relevante al respecto. Entre el 25 y 27 de junio, días antes del lanzamiento oficial del informe, la Revista Semana publicó dos artículos que promovían dicha narrativa de que la Comisión. Con 10 publicaciones de Facebook que tenían cinco mensajes (uno, dos, tres, cuatro y cinco) diferentes alcanzaron 1.740 interacciones. Y todos con frases similares, como “SEMANA revela polémicos borradores de la Comisión de la Verdad donde culpan al Estado y a las Fuerzas Armadas por el conflicto armado” o “Los comisionados no dejan muy bien parados al Ejército y la Policía”. Así, fueron moviendo con antelación una idea que posteriormente tomó más fuerza.
Además, en Facebook, la Revista Semana fue la que logró más interacciones con publicaciones que tenían un tinte negativo hacia la Comisión y su trabajo; por encima incluso del expresidente Álvaro Uribe y de la senadora María Fernanda Cabal. Tan solo esas tres cuentas alcanzaron el 80,6% de interacciones de todos los posts analizados, y de ese porcentaje, la Revista Semana contribuyó con el 28,4%.
Al igual que en Twitter, otros actores relevantes en Facebook fueron la senadora del Centro Democrático Paloma Valencia; el excandidato presidencial Enrique Gómez; y la directora de Semana, Vicky Dávila.
Y todos promovieron las dos narrativas en contra de la Comisión. La senadora Valencia, por ejemplo, afirmó que el informe de la Comisión era una “versión de la izquierda”. Gómez sostuvo que en la entrega del informe se invirtieron los valores al punto de que las víctimas tenían que pedirles perdón a los victimarios. Mientras que Dávila promovió desde su Facebook un artículo del medio que dirige, en el que Uribe ataca a la Comisión.
También aparecieron otros perfiles dedicados a informar y que también muestran una tendencia ideológica. ConexionVillavo, por ejemplo, toma posturas en contra del gobierno de Gustavo Petro y del alcalde de Villavicencio, Felipe Harman, elegido por la coalición de centro izquierda “Somos la Alternativa”. Y concretamente contra la Comisión, el 28 de junio publicó un video de la senadora Cabal en el que promueve la narrativa de que la entidad “está diseñando una estrategia para deshonrar a la Fuerza Pública y destruir el honor militar”.
Al igual que pasó en Facebook, en Instagram el perfil de la Revista Semana tuvo un papel preponderante en difundir la narrativa de que la Comisión tenía un sesgo. Y es que el post que tuvo más interacciones fue uno en el que se promovía un capítulo del programa El Control que tiene María Andrea Nieto. En él, la columnista dice que la Comisión “nos salió muy costosa” y habla del “contrapeso” que representa la información del mayor (r) Carlos Ospina a “una verdad sesgada”. Ospina fue el único comisionado de la Verdad por parte de la Fuerza Pública y renunció a su cargo antes de que se lanzara el informe final de la entidad.
Este post, del 11 de agosto, logró el 21% de las interacciones de todas las publicaciones en Instagram que analizamos que tenían una carga en contra de la Comisión. Y, como lo muestra la gráfica, fue el que más jalonó la narrativa de la verdad sesgada en esta red social.
Dos de ellos sumaron poco más del 29% de los retweets, y fueron desde las cuentas @marcelamvzyya y @silvioravel. La primera es una cuenta seguida por varios líderes de derecha como Miguel Gómez, Álvaro Uribe y José Félix Lafaurie. Tanto en su Twitter como en su TikTok se dedica a publicar información en contra del gobierno de Gustavo Petro. Silvio Ramírez, por su parte, tiene casi 10.000 seguidores más que Marcela; entre ellos, algunos como el exdirector del CTI Julián Quintana, el exsenador del Centro Democrático José Obdulio Gaviria y el exprocurador Alejandro Ordóñez, entre otros políticos de derecha.
La publicación de Marcela fue horas después de que el padre hiciera el lanzamiento del informe y dice que De Roux “estuvo a tres doritos” de exclamar “QUE VIVA LAS FARC Y EL ELN!! (sic)”. Mientras que el usuario Silvio Ramírez tilda a De Roux como “el director moral del ELN”.
Si bien ellos tuvieron injerencia para difundir la narrativa en contra del padre De Roux, sus publicaciones no tuvieron un gran impacto frente a la idea de que la Comisión promovía una verdad sesgada.
Pero fue un solo post el que más impacto tuvo en la narrativa contra el cura y fue publicado por el twittero de derecha David Ghitis el 13 de agosto. Según su perfil de Twitter, Ghitis es creador de La Bodeguita, una página web que difunde columnas de opinión de figuras de la derecha como José Félix Lafaurie, Francisco Santos y Rafael Nieto. Además, Ghitis ha sido columnista de RCN Televisión y, de hecho, una de sus columnas titulada ‘Petro nos quiere atracar’ fue noticia porque el entonces candidato Gustavo Petro compartió el artículo en su cuenta de Twitter con el mensaje “Neonazis en RCN”. Ante esto, la FLIP intervino para decir que Petro generaba un ambiente de violencia contra el canal.
En el tuit que Ghitis publicó con el video del sacerdote, comentaba que “la admiración del cura De Roux por el ELN es algo que no menciona la Comisión de la Verdad” y agrega un video recortado en el que el presidente del organismo dice frases como que apreciaba mucho a Pablo Beltrán, uno de los comandantes de esa guerrilla.
Sin embargo, como lo ha probado en múltiples ocasiones Colombiacheck (como acá y acá), este video es un reencauche de una entrevista de De Roux, originalmente publicada en 2017, y cuyos apartes han circulado en 2018 y 2021. Hasta que Ghitis la revivió en 2022. A pesar de que se ha comprobado que las palabras de De Roux están fuera de contexto y le cambian así el sentido de lo que verdaderamente dijo, la publicación de Ghitis obtuvo un 66,35% de retweets, casi que posicionando la narrativa en contra del cura. Este tuvo tanta fuerza que el 13 de agosto se dispararon los mensajes en contra de De Roux.
Y como lo muestra la gráfica, los otros picos de publicaciones fueron el 28 de junio (cuando se presentó el informe de la Comisión), el 23 de agosto (día en el que el organismo presentó el informe ante el Congreso y recibió críticas por parte del Centro Democrático) y el 3 de octubre (cuando el mismo partido presentó su cartilla alternativa).
Así es como el Centro Democrático, su jefe Álvaro Uribe, congresistas como Cabal y twitteros cercanos al partido han sido los que han liderado las narrativas para intentar deslegitimar tanto al informe como al presidente de la Comisión de la Verdad; afirmando que hay sesgos políticos y que De Roux es cercano al ELN.
(*) Este texto hace parte del proyecto Memorias del Conflicto, que verifica la desinformación que circula en redes sociales sobre el Informe Final de la Comisión de la Verdad, y es financiado por el Centro Internacional de Justicia Transicional y la Embajada de Noruega en Colombia.