Hoy, como cada 8 de marzo, se conmemora el día internacional de la mujer en el cual se representan las múltiples luchas de las mujeres en su camino por la igualdad de derechos y su participación plena en la sociedad.
No obstante, esta fecha también está bajo la sombra de altas cifras de violencias de género en Colombia, como la violencia digital contra las mujeres. En 2023, el 60% de las mujeres entre 18 y 40 años en el país aseguraron haber sido acosadas a través de herramientas digitales, según el Ranking PAR, que mide y compara las prácticas y políticas en equidad de género y diversidad de las empresas en Latinoamérica.
En Colombiacheck preparamos un explicador en el que contamos cómo la desinformación se cruza con la violencia digital contra las mujeres y sus derechos. Además, explicamos qué es la violencia digital de género, cómo se relaciona este tipo de violencia con la desinformación, cómo afecta a las migrantes y cómo las narrativas antiderechos también desatan casos violencia digital contra las mujeres.
De acuerdo con el informe ‘Violencia contra mujeres y niñas en el espacio digital lo que es virtual también es real’ de la ONU Mujeres, el concepto de violencia digital contra las mujeres, se entiende como la violencia que se comete y expande a través de medios digitales como redes sociales, correo electrónico o aplicaciones de mensajería móvil, y que causa daños a la dignidad y la integridad, e impide el empoderamiento, desarrollo y el pleno disfrute de derechos humanos como la dignidad, la libertad de expresión y a la información, la protección de datos personales y el acceso a la justicia.
Por su parte, la guía de conceptos básicos sobre la violencia de mujeres en línea, de la Organización de Estados Americanos (OEA), señala que el concepto de violencia digital contra las mujeres no es nuevo, ya que forma parte de un contexto de discriminación de género y violencia sistémica contra las mujeres que se da en todos los ámbitos de su vida.
“La violencia en línea contra las mujeres no es un fenómeno aislado, sino que se localiza en un contexto social más amplio de desigualdad y discriminación de género contra las mujeres y las niñas”, señala la entidad.
Algunas formas de violencia digital son:
-Creación, difusión, distribución o intercambio digital de fotografías, videos o audioclips de naturaleza sexual o íntima sin consentimiento que puede ocurrir en una gran variedad de contextos y relaciones interpersonales. En este tipo de violencia además se incluye la grabación y distribución de imágenes de abuso sexual, la toma de fotografías de partes íntimas del cuerpo sin consentimiento y la creación imágenes sexualizadas, editadas con fotomontaje, o videos deepfake.
- Acceso, uso, control, manipulación, intercambio o publicación no autorizada de información privada y datos personales, el cual se manifiesta en forma de ataques a cuentas en línea o dispositivos de una persona para obtener, manipular y/o publicar información de manera no autorizada mediante el robo de contraseñas, instalación de programas espías, robo de equipo o registradores de teclas.
- Suplantación y robo de identidad, que consiste en hacerse pasar por otra persona en línea usando sus datos personales, ya sea mediante la creación de perfiles o cuentas falsas en redes sociales o la usurpación de cuentas de correo o números de teléfono, con el fin de amenazarla o intimidarla.
- Actos que dañan la reputación o la credibilidad de una persona, como el hecho de crear y compartir información personal falsa con la intención de dañar la reputación de una persona. Por ejemplo, crear perfiles falsos en redes sociales o cuentas en línea; hacer fotomontajes o imágenes manipuladas, entre otros.
- Actos que implican la vigilancia y el monitoreo constantes de las actividades de una persona en línea y fuera de internet o de su ubicación.
- Ciberacoso, que consiste en el uso intencional de las TIC para humillar, molestar, atacar, amenazar, alarmar, ofender o insultar a una persona.
- Ciberhostigamiento, que a diferencia del ciberacoso, Implica un patrón y la comisión de más de un incidente a lo largo de un tiempo .
- Amenazas directas de daño o violencia, mediante el envío o la publicación de comunicaciones o contenido por medio de tecnologías para expresar la intención de cometer un daño físico o violencia sexual.
- Violencia física facilitada por las tecnologías
- Abuso, explotación y/o trata de mujeres y niñas en el que se usan las tecnologías para el ejercicio de poder sobre una persona a partir de la explotación sexual de su imagen o de su cuerpo contra su voluntad.
- Ataques a grupos, organizaciones o comunidades de mujeres con el fin de censurarlas y dañarlas.
La violencia digital de género se ha vuelto cada vez más frecuente, llegando inclusive a sectores políticos excusado bajo un supuesto debate democrático, en el que se utilizan las redes sociales para atacar a mujeres de esta rama, a través de estereotipos o insultos por el hecho de ser mujer, comentarios sobre su aspecto físico o la deslegitimación de su agenda de género.
La investigación ‘Acoso, soledad y desprestigio: Un estudio sobre las formas, las rutas de atención y el impacto de las violencias digitales contra las candidatas al Congreso colombiano en 2022’, de la Fundación Karisma, describe los diferentes tipos de violencia digital a la que se pueden ver expuestas las mujeres en un ámbito político y electoral:
En Colombiacheck hemos identificado varias narrativas con distintos tipos de violencia digital contra mujeres como Francia Márquez, vicepresidenta del gobierno de Gustavo Petro, y contra la senadora por el Centro Democrático María Fernanda Cabal, quien destaca como una de las líderes de la oposición al gobierno.
Es que la desinformación se cruza con la violencia digital. En ocasiones, explica nuestra directora Ana María Saavedra, “hemos identificado cómo en las desinformaciones se usan datos falsos o engañosos sumados con ataques. Ese es el caso que hemos visto en chequeos de desinformaciones creadas contra la vicepresidente y la senadora María Fernanda Cabal. En ambos casos, las desinformaciones se acompañan con calificativos como ‘brujas y brutas’”.
En el caso de Francia Márquez, durante la campaña presidencial contra la actual vicepresidenta electa, se movieron narrativas de desinformación difundidas tanto por políticos y personalidades como en portales, grupos y páginas de Facebook.
En una de estas narrativas se observó manipulación de la información pues se le acusaba de guerrillera, inicialmente con una foto de una mujer con una pañoleta del ELN y luego con una imagen de una menor de edad de las FARC. Estas acusaciones falsas circularon en su mayoría entre marzo y abril de 2022 y revivieron en la recta final de la segunda vuelta, pero comparándola con Marelen Castillo, fórmula vicepresidencial de Rodolfo Hernández. Algunas de esas publicaciones, incluso, fueron pautadas para tener más visualizaciones.
Al respecto, Catalina Moreno, co-directora de la Fundación Karisma, explica que la manipulación de información como forma de violencia digital contra mujeres de la política, se ve reflejada, por ejemplo, en el uso de deep face, montajes y actos en los que una persona dice que una mujer hace parte de un grupo armado, solo con el fin de minar su credibilidad para ser funcionaria pública.
Otra de las narrativas de desinformación contra Márquez que verificamos en Colombiacheck estuvo relacionada con el tema de la brujería y la santería, principalmente entre el 26 y el 27 de abril de 2022.
Esto partió de una publicación de una nota titulada ‘La brujería de Francia Márquez’, del portal IFM, en la que usaba una foto en la que la candidata vicepresidencial estaba en mitad de una ofrenda de flores, frutas, semillas y velas encendidas. Sin embargo, En la nota ‘Esta foto no demuestra que Francia Márquez esté practicando brujería ni santería’ explicamos que “la foto compartida en redes sociales y en la nota no demuestra que Márquez practique santería o brujería. Se trató de un acto de mujeres indígenas durante la visita de la entonces candidata [Márquez] a Florencia, Caquetá, el pasado 23 de abril”.
Entre marzo y abril de ese mismo año también se movió una conversación en redes sociales generada a partir de un comentario hecho a finales de marzo por la cantante Marbelle en X (antes Twitter), en el que equiparó a Márquez con King Kong. De acuerdo con la organización Linterna Verde, “la publicación fue eliminada, pero generó una amplia reacción en esta red social, con un pico que duró aproximadamente cinco días y produjo cerca de 93 mil menciones”.
Aunque estas no fueron narrativas de desinformación, sí se enmarcaron en un ambiente de racismo y odio, como forma de violencia a razón del origen étnico y a la apariencia física de la actual vicepresidenta.
Aparte de esto, en la investigación de Linterna, se detectó que en muchas de las respuestas a los tuits de Marbelle, ella también fue víctima de ataques de género, que incluían comentarios sobre su cuerpo y su sexualidad.
Por otra parte, también identificamos narrativas de violencia digital contra María Fernánda Cabal, quien ha sido blanco de desinformaciones en las que también hay manipulación de la información y cuestionamientos sobre sus capacidades intelectuales con el fin de desprestigiarla.
En abril de 2023, circuló una publicación en redes supuestamente atribuída a la senadora, en la que proponía “colocar cemento en la boca de volcanes activos para evitar erupción”, pero que en realidad corresponde a otra publicación montaje de otra publicación que circula en redes sociales desde 2017 y que ha sido atribuída a otras personas.
En respuesta a esta desinformación varios usuarios de redes sociales se burlaron de forma irónica de la senadora por la supuesta publicación: “Cabal siendo ella misma”(sic), “Hay Dios,Srs.@MariaFdacabal,Con esta opinión se ganó un Gran Premio,la felicito, Es la única candidata a la Presidencia que tiene estas propuestas, no se rían,creo que apareció la salvación de Colombia,Tenemos una eminencia en potencia,alguien más…..” (sic), “Dios mío eso es como crear un poder destructivo de varias bombas nucleares. Esta señora desconoce la fuerza de la naturaleza” (sic).
En septiembre de ese mismo año, una cuenta parodia le atribuyó a Cabal una falsa propuesta de “prohibir los libros a los jóvenes”, sin embargo, pese a tratarse de una ‘broma’, muchos usuarios criticaron al intelecto de la senadora por la supuesta propuesta: “La he escuchado diciendo muchas estupideces. Pero ésta, ya es colmo”(sic). “Hay que hacer algo para que @MariaFdaCabal tenga un profesor de español y de historia para que le enseñe a ésta. Qué pena las que nos hace pasar. ¡Dizque senadora! no tengo la culpa de esto”(sic).
En su informe, Karisma cuenta que a través de un análisis automatizado de texto que se basó en el análisis de redes sociales y en un análisis discursivo de los comentarios e interacciones de los diferentes usuarios de estas plataformas durante 30 días, entre los meses de febrero y marzo de 2022, se encontraron correlaciones entre la senadora Cabal con insultos en respuestas a publicaciones, en los que se le llamaba ‘expropiadora’, ‘gatillera’, ‘burra’, ‘fascista’, ‘clasista’, entre otros insultos considerados formas de violencia.
De acuerdo con Moreno, hay palabras que se usan como un común denominador para insultar a muchas mujeres, palabras ‘loca’ o ‘bruja’. “El uso de estas palabras como insultos hacen parte de ese imaginario social de cómo las mujeres debemos comportarnos”, señala.
Sin embargo, agrega que en el caso de las mujeres del sector político, estos insultos van muy dirigidos a un perfil muy específico, en donde quienes atacan saben que lo que se dice puede tener un mayor grado de afectación para la víctima. En el caso de las mujeres políticas, los insultos van dirigidos a la personalidad, al ámbito político que ocupa la persona y hasta al partido al que pertenece.
En nuestro ejercicio también identificamos cómo las mujeres migrantes resultan ser blanco de ataques de violencia digital en desinformaciones en las que se les estigmatiza y discrimina.
Narrativas xenófobas y machistas como “las venezolanas quita maridos”, “que todas son prostitutas” o que “las mujeres venezolanas están generando epidemias de SIDA y enfermedades de transmisión sexual”, aparecen constantemente en informaciones falsas y difamatorias que ya hemos desmentido en Colombiacheck en chequeos como ”No, Colombia no está en epidemia de Sida por culpa de las venezolanas” o “No es cierto que Migración y la Policía hayan encontrado que venezolanas usen toallas para filtrar café en Santa Marta”.
En el primer caso, se trató de una información falsa, pues en ese momento Colombia no tenía una epidemia de Sida, pese a que el virus del VIH está presente en el país desde hace muchos años, y tampoco hay manera de probar que las ciudadanas venezolanas son las responsables.
La desinformación con el contenido estigmatizante, afirmaba que “en Venezuela las muertes por Sida aumentaron un 75 % desde 2011 por la falta de medicamentos antirretrovirales, por lo que desencadenará un contagio en América Latina debido a la migración, donde están llegando mujeres entre 16 y 35 años de edad, por lo que se estima que son 4.500 prostitutas trabajando en el territorio nacional” (sic).
En la otra desinformación se aseguraba que Migración Colombia y la Policía Nacional descubrieron que venezolanas “usan toallas higiénicas para filtrar café”, pero al consultar con las entidades encontramos que la información es falsa. Además, una de las imágenes usadas en las publicaciones, en la que solo aparecen unas mujeres con unos termos, había sido utilizada en 2018 en otra nota sobre el acceso al permiso especial de estadía en Colombia.
El Barómetro de Xenofobia, plataforma que sistematiza y difunde como información pública el resultado del análisis de las conversaciones en Twitter y medios de comunicación sobre la población migrante en diferentes ciudades de Colombia, ha venido advirtiendo que existe una hipersexualización contra las mujeres venezolanas en las conversaciones que hay en redes sociales en Colombia. “La opinión más frecuente que hay sobre las mujeres migrantes (venezolanas) es que son trabajadoras sexuales o que roban los maridos, nosotros medimos las narrativas y la mayoría tiene que ver con la hipersexualización”, afirmó Julio Daly, director del Barómetro de Xenofobia, a la emisora Blu Radio el 28 de febrero de 2023.
Como hemos visto hasta acá, la violencia digital contra las mujeres ha ganado terreno en el entorno de la desinformación. Sin embargo, estas violencias también se han presentado en medio de discursos antiderechos para las mujeres, en los que se les cuestiona, atemoriza y juzga frente a sus derechos reproductivos.
Catalina Moreno, aclara que si bien el discurso antiderecho en muchos se basa en desinformación, esto no necesariamente puede catalogarse como violencia de género. Sin embargo, estas discusiones que mueven la agenda pública, a veces son disparadores en sí misma de más violencia de género en el ámbito digital.
“En nuestro informe evidenciamos que, al salir la sentencia de la Corte Constitucional en la que se despenaliza el aborto, inmediatamente se dispararon los actos de violencia digital en contra de algunas mujeres políticas que han defendido de alguna manera la interrupción voluntaria del embarazo”, señala.
Recordemos que el 21 de febrero de 2022, a través de la Sentencia C-055 de 2022, la Corte Constitucional de Colombia despenalizó el aborto cuando se realice antes de la semana 24 de gestación.
En línea con lo afirmado por Moreno, en julio de 2022 verificamos una desinformación viral en la que circuló una supuesta fotografía de Francia Márquez junto a un letrero que dice “Hoy desayuné feto”, pero que en realidad se trató de una imagen manipulada en la que usaron otra foto tomada en Argentina. Márquez por su parte, ha expresado en varias oportunidades que está a favor de la despenalización del aborto en Colombia.
En cuanto a otras desinformaciones, por lo menos desde el 2020 verificamos varias publicaciones de redes sociales frente al aborto, en las que se mezclan afirmaciones verdaderas con argumentaciones engañosas para sostener una posición frente a este tema. En ese momento, se viralizó una imagen con afirmaciones como que el aborto “no es un derecho porque no existe el derecho a abortar”, que “no es legal porque es inconstitucional” y que “no es salud porque el embarazo no es una enfermedad”.
Un año despues, cuando apenas estaba en discusión la despenalización del aborto por parte de la Corte Constitucional, se movieron en redes sociales varias desinformaciones que alertan sobre supuestos riesgos y efectos del aborto omitidos.
Estas narrativas, comprendidas en cadenas de mensajes compartidas principalmente por grupos y páginas religiosas, se centran en generar miedo a las mujeres que consideran el aborto como alternativa, con afirmaciones sobre el sufrimiento del feto y complicaciones de salud para la mujer, como las posibilidades de no quedar embarazada y un sangrado prolongado.
Sin embargo, y como explicamos en su momento en un chequeo múltiple al respecto, lo mencionado en estas cadenas se presentan con mayor prevalencia en los abortos inseguros y clandestinos y no se diferencia de lo que realmente puede ocurrir en los abortos seguros.
Cabe mencionar que desde la despenalización del aborto en 2022 y hasta febrero de 2023, Profamilia registró un aumento del 65% de los procedimientos de aborto seguros, de los cuales el 97.2% se hicieron antes de la semana 16 de gestación y de estos, el 86% antes de la semana 12 y solo un 1,1% de los procedimientos se realizaron después de las 24 semanas, bajo alguna de las causales de la Sentencia C-355 de 2006.
En nuestro ejercicio de verificación, identificamos que, además de las violencias digitales de género anteriormente expuestas, también existe un desconocimiento de violencias físicas contra las mujeres, como el feminicidio, el cual todavía se ve minimizado en narrativas de medios de comunicación y redes sociales.
Luego de que en mayo de 2023, un hombre asesinara a su ex pareja en un centro comercial de Bogotá, varios medios de comunicación como La FM (1, 2), Minuto30, RCN Radio y usuarios de redes sociales (1, 2), replicaron mensajes y narrativas de que lo ocurrido habría sido un ‘crimen pasional’.
Sin embargo, como explicamos en un artículo al respecto, el término ‘crimen pasional’ no existe, sino que es un eufemismo utilizado en sociedad para referirse a un feminicidio, que es la muerte de una mujer por su condición de ser mujer o por motivos de su identidad de género, establecido en la Ley 1761 de 2015, conocida también como la Ley Rosa Elvira Cely.
Una de las primeras razones por las cuales estos hechos de violencia hacia las mujeres se configura como feminicidio es ‘Tener o haber tenido una relación con la víctima. Esto permite establecer si existe una relación de confianza o no, entre la víctima y la persona agresor’.
Maria Fernanda Cardona Hernández, abogada con estudios sobre derechos humanos de la Universidad de Salamanca España y miembro de la Red Jurídica Feminista, le dijo a Colombiacheck que el mal llamado ‘crimen pasional’ no existe, ya que este no se encuentra tipificado como delito en el marco legal colombiano. Además, usar el término ‘crimen pasional’ y no feminicidio, minimiza la gravedad del problema, responsabiliza a la víctima y encubre la violencia de género.
De acuerdo con el portal de datos estadísticos, Statista, en 2023 se registraron 410 casos de feminicidio en el país, según información del Ministerio de Salud y la Fiscalía General de la Nación, mientras que el Observatorio de Feminicidios en Colombia reportó 483 casos.
En enero de 2024 más de 20 mujeres fueron víctimas de este delito y hasta febrero de este año, el Ministerio Público ha generado 84 alertas derivadas de valoraciones por Medicina Legal por violencia Intrafamiliar o de pareja, según informa la Procuraduría General.