En las últimas semanas se ha extendido en redes sociales una narrativa que vincula la extracción de agua de Coca-Cola, en el municipio de La Calera, con los racionamientos de este recurso en Bogotá. También se acusa al alcalde Carlos Fernando Galán de permitirlo o de formar parte de la directiva de la multinacional.
Detrás de las publicaciones se encuentran políticos y cuentas petristas. Una de ellas es la congresista por el Pacto Histórico, María del Mar Pizarro, quien en un video dijo: “La extracción de agua por parte de empresas en La Calera impacta directamente la disponibilidad y calidad de agua de nuestra ciudad [Bogotá]. El embalse San Rafael nutre de agua a Bogotá y se encuentra a tan solo 9,5 kilómetros de la planta de Coca-Cola y además son parte de la cuenca”.
El usuario Euquico (@Eclides3), quien llegó a afirmar que Galán era parte del consejo directivo de Coca-Cola, sostuvo en redes que la compañía “saca miles de litros de agua del consumo de los bogotanos”.
En torno a este tema también se han generado memes:
En Colombiacheck analizamos esta narrativa, su surgimiento, sus difusores, y aclaramos que los cortes de agua en Bogotá no están relacionados con las operaciones de Coca-Cola en La Calera, sino con la sequía de los embalses. Además, explicamos cuál es el papel de la Alcaldía de Bogotá en la concesión de la compañía.
En un chequeo paralelo a este artículo también desmentimos que Galán forme parte del consejo directivo de la multinacional, tal como han dicho en redes sociales.
La narrativa que vincula la explotación de agua de Coca-Cola con la escasez en Bogotá, o que responsabiliza al alcalde Galán, comenzó a moverse a mediados de agosto, luego de una investigación de la revista Vorágine que revela las operaciones de la compañía en la Calera para su agua embotellada Manantial.
En su reportaje, el medio señala que en medio de la sequia en el municipio, la compañía tiene permiso para explotar varios manantiales a precios irrisorios.
Las publicaciones han sido compartidas principalmente en X. Entre sus difusores hallamos a varios políticos petristas, entre ellos, como ya se mencionó, a la congresista del Pacto Histórico, María del Mar Pizarro. También encontramos al pastor Alfredo Saade, una figura cercana al presidente Gustavo Petro y quien antes ha desinformado (1, 2, 3, 4). El político interpeló en un tuit a Galán y le preguntó por qué “en vez de pensar en racionamiento a Bogotá no le suspende el agua a coca cola?” (sic).
El concejal de Bogotá por el Pacto Histórico y exmiembro del M-19, José Cuesta, aseveró que “CocaCola le hurta el agua a Cundinamarca y Bogotá”.
Otras cuentas petristas en X también han hecho eco de esta narrativa, entre ellos el periodista y fundador de La Nueva Prensa, Gonzalo Guillén (@HELIODOPTERO), quien dijo: “La mejor agua de Colombia la alcaldía de Bogotá se la quita a la comunidad y se la regala literalmente a Coca-Cola”. En reiteradas oportunidades hemos chequeado a este usuario por sus publicaciones falsas o engañosas.
Por su parte, la periodista Sandra Chindoy (@sandra_chindoy), presentadora del medio público RTVC Noticias, quien también ha desinformado antes, sostuvo en un trino que “BOGOTÁ es la tercera ciudad más peligrosa del mundo, la que regala su AGUA a Coca Cola y hoy la más COCHINA DE COLOMBIA”.
El perfil Mamertos 2.0 (@Mamertos0), también reconocido por desinformar (1, 2, 3, 4), indicó que la compañía estaba bloqueando las vías durante el paro camionero de principios de septiembre “porque no puede quedarse con toda el agua de Bogotá”.
Afirmaciones similares fueron compartidas a través de memes, videos y fotos por Euquico (@Eclides3), la cuenta de Euclides Quintero, representante de la Colombia Humana en Soacha, ROMAROSA (@RobertoMTico), del abogado y representante legal de La Nueva Prensa, Roberto Mauricio Rodríguez; Alfonosky Fleresky (@Alfonso_272073), Frailejon (@HelverHafc), Daniel Figueroa (@tocarymirar), entre otros (1, 2). En sus tuits, culpaban a Galán por darle agua a Coca-Cola. Estos usuarios, sin embargo, también han movido desinformaciones antes (1, 2, 3, 4, 5).
A través de la herramienta Meltwater, a la cual a la que tenemos acceso a través de nuestros aliados de El Clip (Centro Latinoamericano de Investigación Periodística), pudimos observar que desde el 11 de agosto se han compartido en X más de 62.000 tuits con menciones a Coca-Cola y el agua de Bogotá.
Un análisis hecho por la misma herramienta mediante inteligencia artificial, señala que las publicaciones se han enfocado en que la alcaldía distrital de Bogotá le ha dado preferencia a la compañía para explotar el recurso mientras la ciudad vive racionamientos.
En Facebook (1, 2) e Instagram (1, 2) encontramos contenidos con la misma narrativa sobre la escasez de agua en Bogotá. Una de las publicaciones fue difundida en el grupo “DEPARTAMENTO DE BOLÍVAR ‘Colombia” por el Movimiento Independiente Nacional Anticorrupción (Min Anticorrupción), de Cartagena, con 5.800 seguidores y asociada a José Rodríguez Marín.
Destaca también la crítica e historiadora de arte Julia Buenaventura (@buenaventura.julia), quien hizo una comparación con la región brasileña de Brumadinho, donde las comunidades denuncian que Coca-Cola secó los manantiales.
La controversia por las actividades de Coca-Cola empezó luego de que el medio digital Vorágine publicó la investigación “La Calera: agua para Coca-Cola y Bogotá, pero no para su gente”. En ella, documenta que una de las plantas de la multinacional, la de agua embotellada Manantial, en el municipio La Calera, a nueve kilómetros de Bogotá, extrae miles de litros del recurso hídrico de la vereda Santa Helena.
Las instalaciones pueden captar 279.000 litros por día, el equivalente a 101,8 millones de litros al año, lo suficiente para llenar 40 piscinas olímpicas. Esta operación contrasta con la escasez de agua que padecen los habitantes de La Calera, quienes también viven duros racionamientos o les toca comprar agua de carrotanques.
La autorización para las operaciones de la compañía en el municipio no es reciente. Se concede desde 1984 y se renueva cada diez años, dependiendo de la disponibilidad del afluente asignado. Este año se determinará si se procederá con la actualización.
Esta concesión tampoco depende de Bogotá, sino de la Corporación Autónoma Regional (CAR) de Cundinamarca , una instancia que se encarga a escala regional de aprobar planes y proyectos de protección del medio ambiente y recursos renovables. En el consejo directivo de la institución, la Alcaldía de Bogotá tiene un puesto, además de la Presidencia de la República, el Ministerio de Ambiente, gobernadores de Cundinamarca y Boyacá, otros alcaldes de la región, comunidades indígenas, el sector privado, entre otros representantes.
Alfred Ballesteros, director de la entidad, informó a finales de agosto que se encuentran en proceso de evaluación para decidir si es técnica y jurídicamente viable otorgar la renovación del permiso con base en las condiciones hídricas del municipio.
La planta de Coca-Cola obtiene el agua de siete manantiales de la vereda Santa Helena, en la parte alta de La Calera, los cuales alimentan la quebrada San Lorenzo. A su vez, a esta quebrada también llega el río Teusacá después de pasar por el embalse San Rafael, que provee de agua a Bogotá. Por lo tanto, en ningún caso los afluentes usados por la empresa son los mismos que abastecen a la capital colombiana.
El director de la CAR, Alfred Ballestero, lo explicó de esta forma en una entrevista con la revista Semana:
“Estos manantiales tributan a la quebrada San Lorenzo, que luego discurre hacia la quebrada La Socha y termina en el río Teusacá. No están dentro del área que alimenta el embalse de San Rafael. Ellos llegan al río Teusacá cuando ya el río Teusacá ha pasado por el embalse de San Rafael”.
“Si esta concesión no estuviera, esos litros que se extraen no llegarían en todo caso al embalse de San Rafael, sino que llegarían al río Teusacá y luego llegarían al río Bogotá”, agregó.
En este mapa mostramos donde queda cada uno de estos afluentes:
Un aspecto que generó polémica sobre la concesión a Coca-Cola es el irrisorio monto que paga por el agua. En su investigación, Vorágine reveló que, en 2016, la compañía pagó $607.501 por 56.530 metros cúbicos (unos 56,6 millones de litros). El director de la CAR indicó luego que el año pasado, la compañía canceló solo 8 millones de pesos.
El alcalde Galán denunció esta situación y pidió revisar las tarifas. “Coca-Cola paga muy poco, y paga muchísimo menos allá de lo que pagaría aquí en Bogotá”, señaló.
El abogado Ricardo Felipe Herrera, especialista en el régimen del Distrito Capital de Bogotá y en derecho ambiental, explicó en una columna en El Espectador que el valor de la tasa por el uso de aguas captadas de fuentes hídricas, ya sean superficiales o subterráneas, es determinado por el gobierno nacional a través del Ministerio de Ambiente.
En este contexto, la tarifa mínima que deben pagar las empresas por el uso del agua está regulada por el Decreto 1155 de 2017, emitido durante el gobierno de Juan Manuel Santos, bajo la dirección del entonces ministro de Ambiente y hoy canciller, Luis Gilberto Murillo.
El abastecimiento de agua de Bogotá está compuesto por tres grandes fuentes (1, 2):
- El sistema Chingaza, ubicado en la cordillera oriental de Los Andes. Suministra el 80% del agua de la ciudad y de los municipios cercanos de Soacha, Mosquera y Madrid. Está compuesto por los embalses San Rafael y Chuza, los cuales almacenan cerca de 300 millones de metros cúbicos de agua. Estos embalses son manejados por la Empresa de Acueducto de Bogotá
- El complejo Guerrero, se encuentra en los páramos al norte de la ciudad y lo integran los embalses de Neusa, Sisga y Tominé. De aquí proviene el 15% del agua de Bogotá y su administración depende de la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) y el Grupo de Energía de Bogotá.
- El páramo Sumapaz, localizado al sur de Bogotá y forma parte de los departamentos del Meta, Huila y Cundinamarca. Suministra el 5% del recurso hídrico de la capital. El agua proviene de los embalses La Regadera y Chisacá para su posterior tratamiento en las plantas de Tibitoc, Wiesner y Dorado.
Fuente: La Silla Vacía.
Desde abril, en Bogotá y municipios aledaños se ha aplicado un racionamiento de agua debido a la disminución de las lluvias por el fenómeno del Niño, lo cual ha ocasionado una disminución en los niveles de los embalses, principalmente los del sistema Chingaza (1, 2, 3).
El Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM) había previsto que entre julio y agosto habría un aumento de las precipitaciones, pero no pasó. La situación llevó a que la Alcaldía de Bogotá volviera en octubre al esquema de cortes de agua cada 9 días, luego de haberlo flexibilizado a 18 días.
“Julio, agosto y septiembre son, históricamente, los meses de más lluvias en la ciudad, pero este año fueron atípicamente secos”, dijo la administración distrital en un comunicado. “Estamos ante un reto que nos obliga a cambiar los hábitos de consumo del agua, no por algunos meses, sino para siempre”, agregó.
La Alcaldía alerta que, si los niveles de Chingaza llegan a bajar a 36%, se impondrán más restricciones. Para el 10 de octubre, los embalses de este sistema tenían un llenado del 43,08% de su capacidad con una tendencia descendente, según la CAR Cundinamarca.
Fuente: CAR Cundinamarca.
En ningún caso, este racionamiento está relacionado con las operaciones de Coca-Cola, pues como ya se mencionó, la multinacional no obtiene agua de los embalses que surten a Bogotá.
De acuerdo con la CAR, este año se definiría si se renueva la autorización de explotación de Coca-Cola, pero para ello esperan los resultados de un estudio técnico.
El director de la entidad, Alfred Ballestero, sostuvo que están haciendo un análisis hidrológico para evaluar las condiciones de la microcuenta y “será con base en ese estudio que se tome la decisión definitiva. “Si el estudio nos arroja que solo hay agua para el consumo humano, pues no se le dará ni a Industrial Nacional de Gaseosas [nombre con el cual se le otorgó la concesión a Coca-Cola], ni a ninguna otra empresa, ningún permiso sobre esta microcuenca”, dijo.
Para hacerle frente a la crisis hídrica en Bogotá, el alcalde Galán le ha apostado en lo inmediato a ampliar la capacidad de tratamiento de aguas del río Bogotá en la planta Tibitoc, en el sistema Norte. Sin embargo, esta opción tampoco elimina del todo la posibilidad de que se agudicen los racionamientos.
“Estamos trabajando en cómo agilizar la obra que está en Tibitoc, que tiene atrasos de varios años. Este desarrollo permitirá traer mucha más agua del sistema norte y así reducir la presión sobre Chingaza”, afirmó en una entrevista en La FM.
El presidente Gustavo Petro, por su parte, le propuso al alcalde decretar situación de desastre y juntar presupuestos nacionales, distritales y municipales con las acciones comunales para resolver la situación.
Expertos consultados por La Silla Vacía para el artículo “Las alternativas que podrían poner fin a la crisis del agua en Bogotá”, plantean seis soluciones a largo plazo:
Sobre el uso de subterráneas en Bogotá, una reciente investigación de Noticias Uno reveló que empresas como Postobón y Gasco explotan este recurso a precios irrisorios y han provocados el hundimiento del suelo en sectores de la ciudad. La Alcaldía pidió investigar las tarifas.