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Falso
“Informes secretos del gobierno revelan que al menos 1,8 millones de personas han ‘muerto repentinamente’ desde la implementación de las vacunas contra el COVID en EE.UU, Reino Unido, Canadá, Australia, Nueva Zelanda y la Unión Europea”, dice una publicación en Twitter.
El trino, publicado el 1 de diciembre de 2022 a las 8:22 de la noche, muestra el pantallazo de un supuesto titular de ese mismo día en The Exposé, un sitio web conspiranoico británico también conocido como The Daily Exposé, creado en 2020 por Jonathan Allen-Walker y que ya hemos verificado en otro chequeo por difundir desinformaciones sobre muertes de vacunados contra el COVID-19 en el Reino Unido. Nuestros colegas de Maldita (1, 2) y Full Fact de Reino Unido también han chequeado este sitio web. El índice Media Bias Fact Check, que analiza cientos de medios y webs informativas alrededor del mundo, lo califica con el máximo nivel de conspiracionismo y pseudociencia, debido a sus publicaciones sin evidencias ni fuentes verificables.
La publicación, compartida por el usuario @HoracioRubio97 , quien usualmente pública y retuitea información en contra de las vacunas, ya tenía más de 101 retuits y más de 130 “me gusta” para el 19 de diciembre de 2022.está acompañada del siguiente mensaje: “Los datos ye hechos son abrumadores pero le siguen echando la culpa al frio o los partidos de futbol cuando la causa de las muertes esta mas evidente que nunca...” (sic).
Lo primero que hicimos para verificar fue buscar en Google el titular de la supuesta noticia, con y sin comillas. En la primera búsqueda no nos arrojó ninguna coincidiera y en la segunda encontramos una nota de nuestros colegas de Maldita relacionada con los bulos sobre el COVID-19, así como republicaciones en otros sitios web conspiranoicos como Contra El Encierro, Ejército Remanente y El Calameo.
Después investigamos a qué se refiere la muerte “repentina” de la que habla el trino y lo más cercano es la muerte súbita, definida como “la parada cardíaca que se produce inesperadamente y de forma repentina en personas que aparentemente gozan de un buen estado de salud”.
Luego revisamos si esta aparece entre los efectos adversos de las vacunas contra COVID-19. Recordemos que los efectos secundarios más frecuentes son fiebre, dolor de cabeza o muscular; dolor, enrojecimiento o hinchazón en el lugar de la inyección; escalofríos, náuseas y cansancio, según reportan los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés).
En chequeos anteriores hemos explicado que las vacunas contra el COVID-19 son seguras y que los efectos adversos que se pueden presentar después de recibir la inyección, que en su mayoría son leves. Además, los posibles eventos más delicados son poco o muy poco frecuentes. Además, hemos desmentido desinformaciones sobre supuestos efectos adversos y las muertes falsamente atribuidas a las vacunas (1, 2, 3, 4, 5).
Entre los eventos adversos de interés que monitorean los CDC y la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) se encuentran la anafilaxia, un tipo de reacción alérgica grave, que puede ocurrir después de cualquier tipo de vacuna; el síndrome de trombosis con trombocitopenia (TTS, por sus siglas en inglés), que causa coágulos en grandes vasos sanguíneos y recuento bajo de plaquetas; y el síndrome de Guillain-Barré, un trastorno poco frecuente en el cual el propio sistema inmunitario de la persona daña las neuronas y causa debilidad muscular y a veces parálisis. Estos efectos adversos están asociados a la vacuna de J & J / Janssen como hemos publicado antes.
Otros efectos adversos son la miocarditis y pericarditis después de recibir las vacunas de Pfizer-BioNTech o Moderna (ARN mensajero). La miocarditis es una inflamación del músculo cardíaco y la pericarditis es una inflamación de la capa exterior que recubre el corazón.
Estas reacciones adversas después de la vacunación, según los CDC, son pocos frecuentes. El índice de casos de anafilaxia es de aproximadamente 5 por cada millón de dosis administradas y del síndrome de trombosis con trombocitopenia es de aproximadamente 4 casos por cada millón de dosis administradas.
Igualmente, los casos de miocarditis y pericarditis después de la vacunación contra el COVID-19 en el grupo de 12 a 16 años es de 70.7 casos por cada millón de dosis de Pfizer-BioNTech, de 16 a 17 años de 105.9 casos por cada millón de dosis Pfizer BioNTech y de 18 a 24 años de 52.4 y 56.3 casos por cada millón de dosis de las vacunas de Pfizer-BioNTech y Moderna, respectivamente.
Con relación al síndrome de Guillain-Barré se han notificado casos principalmente en hombres de 50 años de edad o más.
En un chequeo titulado ‘Publicaciones relacionan infundadamente a los Síndromes de Arritmia Súbita Mortal o SASM con las vacunas contra el COVID-19’, publicado en julio de 2022 por FactCheck.org, aseguran que estos síntomas son causados por problemas cardíacos genéticos y no tienen relación con las vacunas.
En ese chequeo consultaron a la Fundación SADS (por las siglas en inglés del mismo síndrome) que afirmó que “no hay pruebas que sugieran que alguna de las vacunas disponibles contra el COVID-19 causen el desarrollo de afecciones de los SADS en personas, o que hagan que las afecciones de los SADS sean más severas en estas personas”.
Igualmente, el doctor John Su, funcionario médico en la Oficina de Seguridad de Vacunas de los CDC, le dijo a FactCheck.org a través de un correo electrónico que no han detectado ninguna relación entre las vacunas contra el COVID-19 y los SADS. “Hasta la fecha, los CDC no han detectado patrones inusuales o imprevistos de los SADS después de la inmunización que indiquen que las vacunas contra el COVID-19 están causando o contribuyendo a esta afección”, escribió.
Muertes en EE. UU.
Con relación a la muerte por vacunas en Estados Unidos, la FDA exige a los proveedores de atención médica que informen al Sistema de Notificación de Reacciones Adversas a las Vacunas (VAERS) cualquier fallecimiento posterior a la vacunación contra el COVID-19, incluso si no se sabe con certeza si se debió a la vacuna, lo que a veces ha sido usado para desinformar. No obstante, los CDC aclaran que “los informes de reacciones adversas enviados al VAERS después de la vacunación, incluidos los casos de muertes, no significan necesariamente que una vacuna haya causado un problema de salud”.
Según los CDC, en los Estados Unidos se han administrado, entre el 14 de diciembre de 2020 y el 7 de diciembre de 2022, más de 657 millones de dosis de las vacunas contra el COVID-19 y en ese período el VAERS recibió 17.868 notificaciones preliminares de fallecimiento entre personas que recibieron la vacuna contra el COVID-19. Es decir, 0.003% de las inmunizaciones.
“Los médicos de los CDC y la FDA revisan todos los informes de muertes notificados al VAERS, incluidos los certificados de defunción, los datos de autopsias y los registros médicos. A través del monitoreo constante se identificaron nueve muertes cuyas causas están asociadas a la vacuna contra el COVID-19 de J&J/Janssen. Los CDC y la FDA siguen revisando informes de muertes posteriores a la vacunación contra el COVID-19 y actualizando la información a medida que está disponible”, dice la página de los CDC.
En Colombiacheck también hemos verificado anteriormente desinformaciones sobre muertes en Estados Unidos atribuidas a las vacunas contra COVID-19.
Muertes en Canadá
En Canadá, a corte 30 de noviembre de 2022, se habían administrado más de 95 millones de dosis de vacunas contra el COVID-19. En total 31’706.510 personas tenían el esquema de vacunación completo.
El gobierno de ese país publica periódicamente una actualización epidemiológica de la situación nacional del COVID-19, elaborada por la Agencia de Salud Pública de Canadá (PHAC, siglas en inglés). Esta entidad, junto con Health Canada, las provincias y territorios, y los fabricantes de vacunas, además monitorean los efectos adversos informados después de la vacunación.
Al respecto, a corte 11 de noviembre de 2022, se habían reportado 52.203 informes individuales (0,056% de todas las dosis administradas), de los cuales 10.361 fueron considerados graves (0,011%de todas las dosis administradas).
El evento adverso informado más común para todas las vacunas COVID-19 combinadas fue, según la PHAC, la parestesia, que se refiere a una sensación de quemadura o de pinchazos que se suele sentir en las manos, brazos, piernas o pies y a veces en otras partes del cuerpo, con una tasa de 8 por cada 100.000 dosis administradas.
Con relación a las muertes, hasta el 11 de noviembre de 2022 se informaron un total de 389 informes con resultado de muerte después de la vacunación. No obstante, precisan que aunque estas muertes ocurrieron después de recibir una vacuna contra el COVID-19, no necesariamente están relacionadas con la vacuna.
“De los 389 informes de muertes, no fue posible evaluar la causalidad de 105 informes debido a la falta de información (información insuficiente para iniciar la evaluación de la causalidad)”, dice el informe.
Además, señala que la evaluación preliminar de la causalidad fue posible para los 284 casos restantes en los que había suficiente información, y según la información disponible y la guía de la OMS sobre la evaluación de causalidad específica para las vacunas, determinaron lo siguiente:
Muertes en Australia
Según los datos recopilados por Datosmacro.com, a corte 8 de diciembre de 2022, en Australia se habían administrado 63’505.559 dosis de vacunas contra el COVID-19 y 21’656.364 personas tenían el esquema de vacunación completo.
En Australia, la Administración de Productos Terapéuticos (TGA) sigue de cerca los informes de presuntos efectos secundarios (también conocidos como eventos adversos ) de las vacunas contra el COVID-19 y analiza todas las muertes reportadas en los días y semanas posteriores a la vacunación.
Desde el comienzo del lanzamiento de la vacuna hasta el 13 de noviembre de 2022, la TGA ha identificado 14 informes en los que la causa de la muerte estaba relacionada con la vacunación de 944 informes recibidos y revisados. De ellas, 13 de estas muertes ocurrieron después de la primera dosis de Vaxzevria (AstraZeneca): ocho se asociaron con casos de trombosis con síndrome de trombocitopenia (TTS); dos se vincularon con el síndrome de Guillain-Barré (GBS); dos, relacionados con condiciones muy raras involucrando el sistema nervioso y uno, fue un caso de trombocitopenia inmune (PTI). Una de las muertes ocurrió después de una dosis de refuerzo de la vacuna Spikevax (Moderna) y estuvo relacionada con la miocarditis.
“Las 14 muertes que probablemente estén relacionadas con la vacunación ocurrieron en personas de 21 a 81 años. No ha habido muertes en niños o adolescentes que se determine que estén relacionados con la vacunación contra el COVID-19”, dice el informe.
Muertes en Nueva Zelanda
Según los datos recopilados por Datosmacro.com, a corte 30 de noviembre de 2002, en Nueva Zelanda habían aplicado 11’904.329 dosis de vacunas contra el COVID-19 y 4’136.775 personas tenían el esquema completo, es decir, el 80,9% de la población.
En agosto de 2021 se reportó la primera muerte relacionada con la vacuna contra el COVID-19 en este país. Se trató de una mujer que sufrió miocarditis, un efecto secundario de la vacuna de Pfizer/BioNTech. En este entonces, la directora general de Salud, Ashley Bloomfield, dijo que el riesgo de miocarditis después de la vacuna era mucho menor que después de haber sido infectado con COVID-19.
En diciembre de 2021, también se registró la muerte de un hombre de 26 años asociada a la vacuna de Pfizer, después de sufrir miocarditis.
La Comisión Independiente de Supervisión de la Seguridad de la Vacuna COVID-19 de Nueva Zelanda dijo, a través de un comunicado, que otras dos personas, entre ellas un niño de 13 años, habían muerto con posible miocarditis después de recibir la vacuna. Además, indicó que se necesitaban más detalles antes de vincular la muerte del niño con la vacuna y que era poco probable que la muerte de un hombre de 60 años estuviera relacionada con la inmunización.
En noviembre de 2021, el Gobierno de Nueva Zelanda impuso la vacunación obligatoria para los maestros, personal de salud, la fuerzas armadas y la policía, con el fin de prevenir los contagios de COVID-19, lo que generó protestas de miles de personas. La medida estuvo vigente hasta abril de 2022.
Muertes en Unión Europea
La Agencia Europea de Medicamentos (EMA, por sus siglas en inglés) supervisa la seguridad de las vacunas COVID-19 autorizadas en la Unión Europea (UE), con el fin de detectar cualquier efecto secundario que pueda surgir una vez que las personas se vacunen.
La base de datos de EudraVigilance, creada en 2012 por la EMA, recopila los informes sobre los presuntos efectos secundarios después de las vacunación contra el COVID-19 en la UE y el Espacio Económico Europeo, que no necesariamente están relacionados con la vacuna ni son causados por ella.
Para consultar los informes hay que ingresar a la pestaña “Informes de presuntas reacciones adversas para sustancias” y luego darle clic a la letra C, en la que aparece el listado de las vacunas aprobadas en Europa (Moderna, Pfizer-BioNTech, AstraZeneca, Janssen y Novavax).
La cifra de fallecidos de cada una de las vacunas está en la pestaña “Number of Individual cases for a selected reaction” (Número de casos individuales para una reacción determinada), en el gráfico de barras horizontales “Outcome” (Resultados) y la categoría “Fatal” (Mortal).
A continuación, los gráficos de cada vacuna, a corte 10 de diciembre de 2022:
Vacuna Moderna
Vacuna Pfizer –BioNTech
Vacuna Astrazeneca
Vacuna Janssen
Vacuna Novavax
En total, según los datos de EudraVigilance, en la Unión Europea 927 personas han fallecido de todos los tipos de efectos adversos asociados a las vacunas del COVID-19, pero eso no confirma que las muertes hayan sido causadas por ellas.
En un chequeo realizado por nuestros colegas de AFP titulado ‘No hay vínculo causal probado entre 15.000 muertes registradas por la EMA y las vacunas’, publicado en julio de 2021, la EMA sostuvo que dichas cifras “no necesariamente significan que los eventos reportados fueran causados por la vacuna”. “Los informes de casos espontáneos de presuntos efectos secundarios rara vez son suficientes para demostrar que un determinado efecto sospechoso fuera causado por un medicamento en concreto”, añadió.
Muertes en Reino Unido
Según los datos reportados por Datosmacro.com, desde el 8 de diciembre de 2020 (fecha en la que inició el programa de vacunación), hasta el 11 de septiembre de 2022, en Reino Unido se administraron 151’248.820 dosis de vacunas contra el COVID-19, de las cuales 50’745.901 tenían el esquema completo, es decir, el 75,6%.
En el Reino Unido, la Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios (MHRA por sus siglas en inglés), gestiona el sistema de la “Tarjeta Amarilla”, que recoge y supervisa información sobre sospechas de problemas de seguridad o incidentes relacionados con vacunas, medicamentos, productos sanitarios y cigarrillos electrónicos.
En el resumen de los informes de tarjeta amarilla sobre las vacunas COVID-19, publicado el 1 de diciembre de 2022, reportan las sospechas de reacciones adversas de las vacunas de Pfizer/BioNTech, Moderna, AstraZeneca, Novavax y otras no especificadas y advierte que “un informe de una sospecha de ADR al esquema de la Tarjeta Amarilla no significa necesariamente que fue causado por la vacuna, solo que el reportero tiene la sospecha de que pudo haber sido”.
Con relación a la muertes después de la vacunación, en el informe se reportan en total 2.365 personas fallecidas a corte 23 de noviembre de 2022. La mayor cantidad de reportes están relacionadas con la vacuna AstraZeneca con 1.334 casos, seguida de Pfizer con 857, Moderna con 111 y 60 de vacunas no especificadas. De la vacuna Novavax no hay reportes de muertes.
No obstante, aclaran que esas muertes no necesariamente fueron causadas por las vacunas. “Las enfermedades subyacentes o no diagnosticadas previamente no relacionadas con la vacunación también pueden ser factores en tales informes. El número relativo y la naturaleza de los informes del Reino Unido con desenlace fatal están sujetos a muchos factores que influyen en la notificación de RAM. Por lo tanto, no deben utilizarse para comparar la seguridad de las diferentes vacunas”, reza el informe.
En Colombiacheck ya habíamos verificado desinformaciones sobre cifras de muertes de vacunados contra COVID-19 en Reino Unido que fueron sacadas de contexto.
Así, el total de muertes posteriores a la inmunización en los países mencionados, incluyendo todas las causas y no solo las que eventualmente podrían atribuirse las vacunas, ronda apenas los 22.500 casos, una ochentava parte (1,25%) de lo que afirma la imagen viral. Y, como ya se dijo, esto representa una proporción ínfima entre la cantidad de personas que han recibido una o más dosis dentro de una probabilidad de efectos secundarios graves que ya es baja por sí sola.
Además, como también se señaló al principio, la muerte súbita no está incluida como una de esas posibles consecuencias adversas. Por tanto, con todas estas evidencias, en Colombiacheck calificamos como falsa la publicación que asegura que al menos 1,8 millones de personas han “muerto repentinamente” desde la implementación de las vacunas contra el COVID en EE.UU, Reino Unido, Canadá, Australia, Nueva Zelanda y la Unión Europea.