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Miércoles, 01 Marzo 2023

Qué sabemos de la fuga de laboratorio en Wuhan, hipótesis del origen del COVID-19

Por Sharon D' Mejía

En Colombiacheck explicamos esta hipótesis (aún sin sustento) planteada por el Departamento de Energía de los Estados Unidos y de lo concluyente de esta nueva información.

Desde la aparición del SARS-CoV-2, en diciembre del 2019 en la región de Wuhan, China, han sido varias las teorías sobre el “verdadero orígen del virus”, responsable de la pandemia por COVID-19, en el 2020.

Recientemente se conoció un informe de inteligencia del Departamento de Energía de los Estados Unidos (DOE, por sus siglas en inglés), en el que esta institución apunta que el origen de la pandemia pudo deberse, “muy probablemente” a una fuga de laboratorio, en Wuhan, China.

El informe (que no estaba disponible al público), fue publicado el pasado 26 de febrero del 2023 por el medio estadounidense  The Wall Street Journal, y fue clasificado como de “poca confianza” por varios oficiales de inteligencia, según reportaron el Wall Street Journal y The New York Times, pues aunque los nuevos datos de inteligencia llevaron a la DOE  a concluir que se trató de una “fuga accidental en un laboratorio que probablemente causó la pandemia”, las distintas agencias de espionaje de Estados Unidos siguen divididas sobre los orígenes del virus.

Mientras tanto, para el grupo de expertos de la OMS, la principal hipótesis es que el coronavirus tiene un origen natural: se trata de una zoonosis, una enfermedad transmitida de los animales a los humanos.

La noticia sobre el informe del Departamento de Energía de los Estados Unidos fue replicada rápidamente por diferentes medios de comunicación alrededor del mundo (1, 2, 3, 4, 5).

Esta información también migró a las redes sociales, en donde fue compartida (1, 2) por las cuentas de instagram de Esteban Ramirez (descrito así mismo como activista, provida, antiglobalista) y Rafaél Capacho, caracterizados por alentar teorías conspirativas y desinformar sobre el COVID y sus vacunas.

Cabe resaltar que a Rafaél Capacho, quien es también el propietario de la cuenta en YouTube ‘mr. capacho’, ya lo hemos verificado en anteriores ocasiones (1, 2, 3, 4, 5, 6).

Un informe de “baja confianza”

Según reportes de medios como The Wall Street Journal, New York Times y The Guardian, algunos funcionarios informados sobre el informe de inteligencia del DOE, en EE.UU, dijeron que era relativamente débil y que la conclusión del DOE se hizo con “baja confianza”, es decir, que presentaba un bajo nivel de certeza. Si bien el departamento compartió la información con otras agencias, ninguna de ellas cambió sus conclusiones, dijeron las autoridades.

El asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, dijo el domingo a CNN que “Hay una variedad de puntos de vista en la comunidad de inteligencia”, pues asegura que “algunos miembros de esta comunidad han llegado a conclusiones dispersas y que varios de ellos han dicho que simplemente no tienen suficiente información para estar seguros”.

Sullivan también señaló que “si se obtiene más información, la administración la informará al Congreso y al público, pero en este momento, no ha surgido una respuesta definitiva de la comunidad de inteligencia sobre esta pregunta”.

Al respecto, la doctora en virología Angela Rasmussen, profesora adjunta en la universidad canadiense de Saskatchewan, investigadora dedicada a patógenos virales y coautora de un trabajo publicado en Science donde se recogen evidencias que apuntan al mercado mayorista de mariscos de Huanan, en Wuhan (China), como epicentro de la pandemia de COVID-19, explicó en su cuenta de Twitter, que si el reporte del Departamento es consistente con la evidencia científica, “debe explicar cómo surgió el virus 2 veces en 2 semanas en el mismo mercado del tamaño de una pista de tenis y, a la vez, en el único laboratorio de Wuhan (en referencia al Instituto de Virología de Wuhan) que investigaba coronavirus capaces de generar SARS, a 8 kilómetros de distancia y al otro lado del río”.

Los medios verificación, Chequeado y Factchequeado, citaron en sus notas explicativas sobre este tema a la viróloga, quien además concluyó que, después de tres años de búsqueda global de evidencias sobre la hipótesis de escape de un laboratorio, estas evidencias “no se han materializado”, mientras que las que apoyan la hipótesis de la zoonosis no han parado de acumularse.

En Colombiacheck retomamos parte de los artículos de nuestros colegas de la alianza #CoronaVirusFacts, un esfuerzo global liderado por la International Fact-Checking Network, IFCN (de la cual Colombiacheck es miembro), para combatir la desinformación al respecto del brote de coronavirus en el mundo.

Por su parte, Arinjay Banerjee, virólogo de la Universidad de Saskatchewan, en Canadá, indicó a la revista National Geographic que Rastrear el origen del COVID-19 resulta complicado, y que  “Regresar e identificar con confianza la fuente es una tarea difícil”.

En octubre de 2021, la Oficina de la Directora de Inteligencia Nacional de Estados Unidos publicó un informe desclasificado sobre el origen del SARS-CoV-2. En este informe, diferentes agencias estadounidenses -como el FBI, la CIA y otras agencias de defensa y seguridad nacional- concluyeron que el SARS-CoV-2 no es un arma biológica y que el patógeno no es una obra de ingeniería genética ni es una creación artificial.

Transmisión animal como principal hipótesis

En un informe publicado en  junio del 2022, el Grupo Asesor Científico para los Orígenes de Nuevos Patógenos (SAGO, siglas en inglés) de la Organización Mundial de la Salud (OMS), recopiló datos epidemiológicos y de secuenciación del coronavirus, que apuntan a que este patógeno tiene un origen zoonótico, es decir, que se haya podido transmitir de animales a humanos.

La hipótesis es apoyada por el hecho de que los virus genéticamente más cercanos al SARS-CoV-2 son los betacoronavirus, identificados en murciélagos de herradura (Rhinolophus sinicus) en China en 2013 (96,1% de similitud al SARS-CoV-2) y en Laos en 2020 (96,8%).

Para llegar a esta conclusión, el SAGO ha recopilado toda la información científica disponible hasta la fecha de redacción del informe (abril de 2022). No obstante, admite que hay datos clave que aún se desconocen. Por ejemplo, no se han identificado los progenitores del virus (sus raíces), sus hospedadores naturales o intermedios (los organismos que lo portaron), o algún evento clave de derrame zoonótico (cuando entran en contacto una población animal que es reservorio de un patógeno con otra nueva que se convierte en huésped)- y sus afirmaciones deben interpretarse como un trabajo en curso, no definitivo. 

Otro informe de la OMS de marzo de 2021, previo a la creación del SAGO, consideraba “extremadamente improbable” que el SARS-CoV-2 “apareciera” por una brecha de bioseguridad de un laboratorio. 

En un chequeo del 2020, Colombiacheck consultó a Juan David Ramírez, en ese entonces profesor asociado de la Universidad del Rosario y presidente de la Asociación Colombiana de Parasitología y Medicina Tropical, quien indicó que en el artículo científico “The proximal origin of SARS-CoV-2” (2020), publicado en la revista científica Nature, señala que “es improbable que el SARS-CoV-2 surgiera a través de la manipulación de laboratorio de un coronavirus similar a un SARS-CoV”.

“Allí se demuestra que el origen del virus es reciente, no fue sintetizado en un laboratorio como se menciona en ese video. Todo fue basado usando secuencias del material genético del virus comparado con todas las secuencias existentes para los virus de la misma familia. Es una mala interpretación de un artículo y en efecto el SARS-CoV-2 es una nueva variante del virus que emergió aproximadamente en noviembre del año pasado”, indicó Ramírez.

La evidencia que relaciona el virus con el mercado de Wuhan

Dos investigación científicas, revisada por pares y publicadas en julio del 2022 por la revista científica Science, aportaron más evidencias que sostienen la hipótesis de que el SARS-CoV-2 tiene un origen zoonótico y relacionan su aparición con el mercado mayorista de mariscos de Huanan, en Wuhan, como el epicentro de esta pandemia.

El primer estudio realizó una serie de análisis geográficos teniendo en cuenta tres elementos importantes en el origen del coronavirus: los primeros casos confirmados, los animales en venta y las muestras positivas en SARS-CoV-2, todas en relación al entorno del mercado. 

Los autores explican que los primeros casos reportados de COVID-19 tenían algún tipo de conexión con el mercado de Wuhan, incluso los de las personas de menos relación con este lugar; que en él se llevaba a cabo la venta de mamíferos susceptibles de portar el SARS-CoV-2 a finales de 2019; y que las muestras positivas en ese coronavirus en entornos del mercado corresponden a sitios en los que se vendían esos mamíferos. 

“Aunque no hay pruebas suficientes para definir los acontecimientos previos, y las circunstancias exactas siguen siendo poco claras, nuestro análisis indica que el SARS-CoV-2 apareció a través del comercio de animales salvajes vivos en China y muestran que el mercado de Huanan (Wuhan) fue el epicentro de esta pandemia”, concluyen los autores.

Por su parte, la otra investigación analizó la diversidad genómica del SARS-CoV-2 en una etapa muy temprana de la pandemia, en febrero de 2020. Los autores apuntan que hasta esa fecha el coronavirus mostraba dos linajes distintivos, nombrados “A” y “B”. Mediante simulaciones de la epidemia y análisis de filodinámica (que estudian cómo han podido evolucionar los patógenos), los investigadores señalan que estos dos linajes fueron resultado de al menos dos eventos separados de transmisión de animales a humanos: uno de ellos, probablemente el del linaje “B”, ocurrió sobre el 18 de noviembre de 2019; y el otro unas pocas semanas después. 

Todo ello indicaría, según sus conclusiones, que es “muy poco probable” que el SARS-CoV-2 estuviera circulando entre humanos antes de noviembre de 2019, que sucedieron varios eventos zoonóticos y que el momento en el que saltó a nuestra especie coincide con los primeros casos reportados en China.