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Falso
Se trata de un video viral que ha circulado en diferentes redes sociales como Facebook, X (antiguo Twitter) y TikTok, en el que Cisalia Camacho, quien se identifica como representante legal de Veeduría Ciudadana de la Verdad, de nuevo desinforma sobre las vacunas contra el covid-19, a propósito de las afirmaciones falsas que hizo al respecto el ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, y que alimentaron la conspiranoia en redes.
En un video de un poco más de 4 minutos, la activista asegura que los biológicos (refiriéndose a las vacunas) no fueron probados en humanos. Esto, supuestamente, estaría soportado por un documento del Instituto de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima) y el Ministerio de Salud, así como por la “confesión” de una directiva del laboratorio Pfizer en 2022.
Cabe destacar que al canal Veeduría Ciudadana por la Verdad ya le hemos chequeado varias desinformaciones sobre este y otros temas en “Creación de comité de expertos no ‘demuestra’ que las vacunas anti COVID-19 hacen daño”, “Es falso que la vacuna Pfizer contra COVID-19 haga daño al riñón y que Invima lo haya “reconocido” y “Mosquitos de Bill Gates no han ‘triplicado’ casos de zika, dengue y chikunguña en Antioquia”. Incluso, sobre proyecto de nuevo Código Electoral, también difundió falsedades, como contamos en el chequeo “Falso, nuevo Código Electoral no plantea ni registradores ad hoc ni cédula digital obligatoria”.
Este video se ha vuelto viral en redes sociales. Luego de su publicación a principios de diciembre, ha alcanzando más de 1.600 visualizaciones y comentarios como los siguientes: “que bueno saberlo la verdad que se valla de demanda” (sic), “Se llama Vacunas Experimentales..” (sic), “tanto la izquierda como la derecha fueron cómplices en las medidas genocidas y liberticidas. ahora lo usan como arma política” (sic), “Se venden al mejor postor, por plata vende hasta su madre y a los paciente los tienen como su alcancia mayor para obtener dinero” (sic).
En primer lugar, hay que aclarar que Camacho inicia la grabación diciendo lo siguiente: “Por qué mandaron a callar al ministro de Salud por declarar en contra del experimento, si todas sus denuncias son ciertas y te lo voy a demostrar”. Se refiere a las falsas declaraciones del ministro de salud, Guillermo Jaramillo, sobre sobre vacunas contra el Covid-19, en medio de un debate de control político por parte del Senado por el desabastecimiento de algunos medicamentos en el país, y que terminó alentando las teorías conspirativas de grupos como este.
Luego, la mujer muestra en pantalla un documento del Ministerio de Salud y el Invima y destaca en rojo un párrafo del texto que dice “Derivado de los estudios clínicos en curso, de los que se van a desarrollar y de la experiencia clínica que se va desarrollando se su uso en ‘mundo real’”. Utiliza esto para afirmar que eso demuestra que las vacunas contra el covid-19 “no fueron probadas en humanos”.
El documento señalado por Camacho, se refiere a la Resolución No. 2021000183 de 6 de enero de 2021 “Por la cual se otorga una Autorización Sanitaria de Uso de Emergencia –ASUE–”, expedido por el Invima y el Ministerio de Salud. Allí, la Sala Especializada de Moléculas Nuevas, Nuevas Indicaciones y Medicamentos Biológicos de la Comisión Revisora, del Invima, le dio luz verde a la inmunización contra la enfermedad pandémica con la vacuna de Pfizer-BioNTech.
El pequeño fragmento de texto expuesto por Camacho hace parte de un contexto más amplio, en donde la entidad explica su recomendación favorable. Allí dice:
"La Sala considera que se requieren medidas para controlar la pandemia, una de ellas, la aprobación acelerada y condicionada de medicamentos que en fases tempranas sugieren fuertemente un balance riesgo beneficio favorable. En ese contexto se realizó la evaluación de la vacuna PFIZER-BIOTECH COVID-19 VACCINE. (...) La Sala Especializada de Moléculas Nuevas, Nuevas Indicaciones y Medicamentos Biológicos de la Comisión Revisora recomienda aprobar la solicitud de ASUE para la vacuna PFIZER-BIOTECH COVID-19 VACCINE. En razón de las limitaciones de la información científica disponible, la ASUE está condicionada a los nuevos conocimientos que surjan en relación con la seguridad y eficacia de la misma derivados de los estudios clínicos en curso, de los que se van a desarrollar y de la experiencia clínica que se va desarrollando se su uso en ‘mundo real’”.
Esta declaración se hizo amparada por el Decreto 1787 de 2020, que otorga la autorización de emergencia para medicamentos o vacunas contra el covid-19, durante la pandemia. En ninguna parte del documento se afirma que estas “no han sido probadas en humanos”.
De hecho, en la autorización se especifican varios condicionantes y compromisos de actualización constante de evidencia científica por parte del laboratorio solicitante (en este caso Pfizer), pero esto tampoco quiere decir que sus vacunas no hayan sido probadas en humanos.
Recordemos que cada una de las vacunas contra covid-19 debió cumplir unas fases de investigación, como lo aclaramos en el explicador sobre el proceso. Las etapas van desde estudios preclínicos que se desarrollaron en laboratorio y en animales hasta los ensayos clínicos que se llevaron a cabo con miles de humanos. Los resultados de cada fase han sido evaluados y publicados en revistas científicas.
Posteriormente, las autoridades regulatorias en salud de cada país, a su vez, se han encargado de revisar tales resultados para determinar si autorizan o no el uso de cada biológico en su población.
Así, por ejemplo, en el caso de Colombia, entre las vacunas aprobadas como la de Pfizer o la de Sinovac, los resultados de las diferentes fases de investigación se encuentran publicados en los siguientes links: 1, 2, 3, 4, 5, 6. En el caso de Pfizer, los estudios clínicos en seres humanos aparecen publicados desde agosto de 2020. Para todas las vacunas, el Invima tuvo que realizar una revisión de dichos estudios para otorgar las autorizaciones de uso de emergencia de esos biológicos en Colombia.
En su argumentación de que las vacunas no fueron probadas en seres humanos, Camacho también menciona una supuesta confesión de una directiva de Pfizer, de la cual ya habíamos realizado un chequeo el 19 de octubre de 2022.
En ese momento, explicamos que el 10 octubre de ese año se llevó a cabo en el Parlamento Europeo un comité especial con motivo de la pandemia por covid-19. Durante esta reunión (en el minuto 15:23:00), el miembro del Grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos, Rob Roos, le preguntó a Janine Small, presidenta regional de Pfizer en los mercados internacionales, si su vacuna había sido probada para evitar la transmisión del virus antes de salir al mercado.
En el minuto 15:31:50, la vocera de Pfizer respondió: “No, tuvimos que avanzar a la velocidad de la ciencia para poder comercializar, en ese sentido, tuvimos que hacerlo todo bajo riesgo”.
Sin embargo, la información de que Pfizer no hizo pruebas de transmisión del virus no significa que “no se hayan probado en humanos” y tampoco es algo nuevo, pues desde 2020 diferentes estudios hechos por la farmacéutica no incluían esta medición.
De acuerdo con declaraciones sobre ese tema al medio verificador aliado Newtral, Pfizer afirma que ese protocolo “no fue diseñado para evaluar la eficacia de la vacuna contra la transmisión del SARS-CoV-2 [virus causante de la enfermedad], sino que fue diseñado y desarrollado para evaluar la eficacia de la vacuna para prevenir la enfermedad causada por el SARS-CoV-2, incluida la enfermedad grave”.
En los ensayos clínicos usados para aprobar la fórmula de Pfizer, que fueron publicados el 10 de diciembre del 2020 en The New England Journal of Medicine, tampoco se mencionó alguna posibilidad de reducir la transmisión de la enfermedad.
Al respecto, Marc Lipsitch, epidemiólogo de enfermedades infecciosas de la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard en Boston, Massachusetts dijo a la Revista Nature: “Estos [los estudios de transmisión] se encuentran entre los tipos de estudios más difíciles de realizar. Todos nosotros estamos ahí afuera, tratando ansiosamente de ver qué podemos obtener de los pequeños fragmentos de datos que surgen”.
El portal STAT, especializado en el análisis sobre temas de biotecnología y farmacia, publicó un artículo en agosto de 2020 en donde varias personas expertas en epidemiología, inmunología y virología plantearon diferentes escenarios para poder desarrollar inmunidad a la covid-19, en donde la inmunidad esterilizante sería la mejor de las opciones. Esta evita por completo que un patógeno causante de enfermedades establezca una infección, es decir, que el sistema inmune ya está armado contra un enemigo y es capaz de defenderse antes de que la infección se arraigue.
Por su parte, Malik Peiris, experto en coronavirus de la Universidad de Hong Kong y uno de los descubridores del SARS-CoV-1, también hace observaciones sobre este tipo de inmunidad en el artículo de STAT y afirma que “si la infección natural no la desencadena, podemos pensar que la vacunación tampoco lo hará”.
Peiris señala que, hasta ahora, en los ensayos con primates no humanos de la mayoría de las vacunas experimentales, se ha observado que estas protegen los pulmones frente a la enfermedad grave, pero no impiden la replicación del virus en las vías aéreas altas.
Recordemos que cualquier tipo de vacuna, incluyendo las vacunas contra el covid-19, antes de ser comercializada, debe demostrar que cumple con unos requisitos básicos: que sea segura (es decir, que no cause efectos secundarios graves), que sea eficaz (que sirva para prevenir el desarrollo de la enfermedad, en los diferentes grupos poblacionales) y que se pueda distribuir a la población que la necesita, tal como se describe en este explicador.
Es decir, el objetivo principal nunca fue evitar la transmisión sino prevenir más muertes y hospitalizaciones por la enfermedad. Eso fue lo que se evaluó y demostró en los estudios y para las consecuentes autorizaciones sanitarias para las diferentes vacunas anticovid.
En consecuencia, calificamos como falsas las afirmaciones del video de veeduría ciudadana por la verdad, en donde afirma que las vacunas contra el covid-19 no fueron probadas en humanos. Sus “pruebas” son frases sacadas de contexto de una resolución del Invima que, en realidad, recomienda la inmunización en Colombia con base en los ensayos clínicos que se realizaron antes de la aprobación y unas declaraciones de una directiva de Pfizer sobre la transmisión del virus, que no contradicen la evidencia científica sobre eficacia y seguridad para prevenir la enfermedad grave y la muerte por esa causa.