El influencer Rafael Capacho publicó en su perfil de Instagram la captura de un trino con el texto “Leaked WHO documents reveal plan to force children to have sexual partners”, publicado por la cuenta de Twitter @iluminatibot y cuya traducción sería “Documentos filtrados de la Organización Mundial de la Salud (OMS) revelan un plan para obligar a los niños a tener parejas sexuales”.

El texto es a la vez el titular de un artículo enlazado al trino, publicado en el portal The People’s Voice, que ha sido reseñado por AP News como un sitio que ha publicado numerosos artículos basados en teorías de conspiración y promueve desinformaciones.

Además, el nombre de usuario de Twitter hace referencia a la Orden de los Iluminados o Illuminati, una sociedad secreta alemana del siglo XVIII que los conspiranoicos consideran aún existente como una élite global que gobierna el mundo. Esta idea está detrás de varias narrativas desmentidas con anterioridad (1, 2, 3).

Por su parte, numerosas publicaciones de Rafael Capacho han sido objeto de verificación en Colombiacheck durante los últimos meses. Así, este usuario ha buscado introducir en sus seguidores de habla hispana ideas desinformadas en contra de la ONU, la Agenda 2030, Bill Gates y los conceptos u organizaciones relativos a la lucha contra el COVID-19, tales como la vacunación y la compañía Pfizer, entre otros (1, 2).

Capacho además fue reseñado por The New York Times en la publicación “False News Targeting Latinos Trails the Election” (“Las noticias falsas dirigidas a los latinos van detrás de las elecciones”), realizada el 4 de noviembre de 2020, donde se le señaló como una de las fuentes de desinformación que promovieron la inconformidad frente a la derrota de Donald Trump frente a Joe Biden en las más recientes elecciones presidenciales de Estados Unidos.

El contenido y las “pruebas”

Consultamos la publicación de The People’s Voice, en línea desde el pasado 19 de mayo de 2023, para encontrar el fundamento de las afirmaciones que se realizan en el titular. Lo que encontramos es un mal ejemplo de clickbait, técnica de publicidad sensacionalista que, en este caso, asegura cosas que no tienen asidero en el cuerpo del artículo.

En primer lugar, encontramos que no hay tales “documentos filtrados”, pues el sustento del autor radica en dos documentos oficiales, públicamente difundidos por los organismos encargados. Por un lado, citan la International technical guidance on sexuality education (Guía técnica internacional sobre educación sexual), publicada por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) en enero de 2018. Por otra parte, los Standards for Sexuality Education in Europe (Estándares para la educación sexual en Europa), publicados en 2010 y abiertamente difundidos por la OMS. 

La palabra force (relativa a términos como forzar, por la fuerza, forzoso, etc.) sólo aparece en el título del artículo, pues en el cuerpo del mismo nunca se afirma o explica que la OMS u otra organización busque obligar a los niños a tener parejas sexuales como promete el titular. Sí incluye, sin embargo, una frase con el verbo to impose (imponer) para establecer el enunciado de la teoría de conspiración:

“The agenda to ensure that little children have sexual partners is being further developed by the World Health Organization and they also have a strict timeline to impose on children’s sexual development”. (“La agenda para garantizar que los niños tengan parejas sexuales está siendo desarrollada por la Organización Mundial de la Salud y tienen incluso una línea de tiempo estricta para imponerla en el desarrollo sexual de los niños”).

Los documentos citados en el artículo, entretanto, sólo incluyen las palabras force, impose y semejantes para señalar situaciones reprochables que los organismos encargados buscan combatir:

Como evidencian estos apartes, los organismos responsables de estos documentos rechazan abiertamente las relaciones forzosas con menores, así como otro tipo de estigmas y problemáticas derivadas de una educación sexual deficiente.

Finalmente, el cuerpo del artículo incluye información falsa, como asegurar que “sexualizar a los niños es un objetivo oficial en la Agenda 2030 de la ONU”. En la web oficial de Naciones Unidas se presentan los 17 objetivos de desarrollo sostenible (ODS) como “un conjunto de objetivos globales para erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad para todos” y ninguno incluye esa declaración ni nada similar. Por el contrario, uno de las metas, por ejemplo del objetivo 4, relacionado con la educación, es el de que las infancias vivan en entornos libres de todo tipo de violencias.

La portada de un video anexado al texto incluye la supuesta captura de pantalla de un trino de la OMS con el mensaje “children must have rights to enjoy all forms of sexual activity” (“los niños deben tener derechos para disfrutar todas las formas de actividad sexual”). No encontramos rastro de la supuesta publicación ni en Twitter ni en la web.

Además, el autor realiza citaciones amañadas de la guía técnica del UNFPA, suprimiendo el término “young people” (jóvenes) de las frases que incluyen “children and young people” (niños y jóvenes) y, de esta forma, tergiversando los contenidos de manera que parece que el documento sólo se refiere a niños.

El trasfondo: resistencia a la educación sexual

Aunque la oficina de UNFPA no contestó nuestro cuestionario para el momento de publicación de este chequeo, encontramos que no todos los pronunciamientos de los organismos de la ONU como la OMS son vinculantes, si bien existen resoluciones y decisiones de carácter obligatorio. En el caso de los documentos citados, los objetivos mencionados son “apoyar” la creación de currículos o “promover” la educación sexual estructurada. En ningún apartado se menciona un “plan” como el que advierte el titular, ni se sugiere la adopción obligatoria de los conceptos allí contenidos.

Sobre la educación sexual estructurada, consultamos a Lina Corredor González, politóloga, educadora en sexualidad y cabeza del proyecto de divulgación La Aliada, quien nos orientó acerca de la complejidad del tema, afirmando que “la sexualidad es una dimensión de la identidad que agrupa 3 aspectos: el sexo, que es lo que somos biológicamente; la orientación sexual, que es lo que descubrimos que nos atrae de manera erótica a partir de lo que pensamos, sentimos o hacemos frente al sexo de otras personas; y el género, lo que aprendemos a pensar sentir y hacer en el contexto en el que vivimos”.

Dichos contenidos hacen parte de la educación sexual integral que, según la Corte Constitucional y la ONG Profamilia, está dentro del ordenamiento jurídico colombiano y, actualmente, busca regularse a través del Proyecto de Ley 229 de 2021 (Cámara), que ha sido objeto de rechazo por los sectores conservadores del Congreso de la República. Este rechazo es la piedra angular de desinformación al respecto, como resaltamos en “Es falso que la ONU pida despenalizar la pedofilia”.

Aunque el artículo difundido por Capacho está plagado de información falsa y engañosa, el trasfondo de su crítica está en los contenidos que estos documentos recomiendan enseñar desde la primera infancia en una matriz [página 39] dividida en grupos etáreos de 0 a 4 años, de 4 a 6, de 6 a 9, de 9 a 12, de 12 a 15 y de 15 en adelante. 

En el ámbito local, críticas similares se hicieron al proyecto de ley sobre educación sexual integral por parte de figuras como la senadora María Fernanda Cabal, del partido Centro Democrático:

#CuidadoColombia Un niño de preescolar debe recibir educación en lenguaje, matemáticas, dibujo etc, no en asuntos sexuales para los que no está preparado. pic.twitter.com/C3WWhhUKni

— María Fernanda Cabal (@MariaFdaCabal) November 16, 2022

Sobre estas críticas, Lina Corredor explica: “cuando hablamos de educación en sexualidad, básicamente lo que estamos buscando es hacer un acompañamiento para que las personas entiendan, acepten y puedan tener un ejercicio de introspección sobre [...] esos aspectos en esa dimensión de su identidad”. Dicho acompañamiento, según la politóloga, es gradual y no implica abarcar con los niños temas que puedan resultar inapropiados para su edad:

“Cuando tú estás en primero de primaria, a ti te enseñan a leer. Cuando estás en segundo, ya no solo estás leyendo sino que estás identificando, por ejemplo, sujetos y predicados. Cuando estás en quinto de primaria, estás generando párrafos, etcétera. [...] Cada vez se va volviendo más compleja esa competencia que tú estás desarrollando. En la educación en sexualidad es exactamente lo mismo: si tú piensas en un individuo en primera infancia, un niño, no le vas a enseñar cosas que vas a tratar con personas adultas y eso es un poco lo que se ha tergiversado y satanizado”.

Así pues, calificamos como falso el titular de la captura de pantalla publicada en Instagram por Rafael Capacho, puesto que el artículo referenciado no fundamenta la existencia de “documentos filtrados” ni expone ningún “plan” programado por la OMS. Así mismo, los documentos mencionados en el artículo no pretenden “forzar a los niños a tener parejas sexuales”, dado que, por un lado, no se trata de resoluciones vinculantes con determinados países y, por otro, los textos nunca recomiendan vías forzosas ni imposiciones sobre individuo alguno. Además, el artículo contiene información falsa sobre los ODS y un supuesto trino de la OMS del que no existe rastro.

Actualización 1 de junio

Horas después de nuestra publicación del 31 de mayo, el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) nos remitió un documento con las respuestas al cuestionario que enviamos en razón de este chequeo. En él, confirman que los documentos antes mencionados "no son vinculantes; sin embargo, son orientaciones técnicas basadas en la evidencia científica más actual, y posibilitan el diseño, implementación y evaluación de iniciativas de educación sexual".

El documento, además, desarrolla ampliamente la importancia de los derechos sexuales y reproductivos como derechos humanos dentro del trabajo de Naciones Unidas, reconocidos dentro de los consensos firmados por los países miembros. Además, resalta la educación en este ámbito como parte de la Agenda 2030 a través de 3 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS): No. 3: Salud y bienestar, No. 4: Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos y No. 5: Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas.

Este insumo refuerza los argumentos presentados en nuestro artículo y ratifica la calificación de falso que dimos a la desinformación chequeada.