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Miércoles, 27 Enero 2021

Dióxido de cloro no cura el COVID-19 ni ‘te salva de vacunarte’, como dijo Natalia París

Por Gloria Correa

La modelo, Dj y empresaria recomendó a sus seguidores el dióxido de cloro. Pero su consumo no está indicado y tiene riesgos de toxicidad.


Debido a un video de una fiesta a bordo de un yate en Cartagena, que posteó Natalia París en en su perfil de Instagram el pasado 23 de enero, y que ha sido visto más de 225.000 veces, la modelo recibió un comentario por la falta de medidas de bioseguridad evidenciadas en los asistentes a la fiesta, ante lo cual ella respondió: “todos tomamos dióxido de cloro...es el remedio que te salva de vacunarte”.

Post en Instagram de Natalia  París

Publicación en la cuenta oficial de Instagram de Natalia París, en la que recibe el comentario de una seguidora por la falta de medidas de bioseguridad. 

Pero las respuestas de Natalia París no se quedaron allí. Ante los mensajes de otros seguidores, la modelo insistió en que “tomen dióxido de cloro” y se lo administren a sus familias, justificando que en Perú se salvaron muchos pacientes.

COMENTARIOS NP

Otros comentarios de Natalia París en relación al dióxido de cloro.

Tales afirmaciones han causado un gran revuelo mediático, ya que la modelo al ser una figura pública, estaría contribuyendo a transmitir desinformaciones que pueden poner en riesgo la salud de muchas personas, en medio del nuevo pico que afronta Colombia por cuenta de la pandemia del COVID-19.

Sobre este tema, en Colombiacheck habíamos verificado previamente publicaciones que circularon en redes sociales e intentaban difundir la misma idea de que el dióxido de cloro mata al coronavirus en 48 horas y que es la cura del COVID-19; afirmaciones que calificamos como falsas. 

Asimismo colegas verificadores de la International Fact Checking Network (IFCN) como Animal Político, Newtral, Maldita y Chequeado a lo largo de la pandemia también han desmentido desinformaciones sobre el dióxido de cloro que ha circulado por países como México, España y Argentina. 

Las autoridades en salud han advertidos los riesgos 

Lo que Natalia París ha afirmado respecto al dióxido de cloro carece de sustento científico, esta sustancia química ni siquiera es un medicamento, ni la “cura milagrosa” del COVID-19 ni de otras enfermedades, contrario a lo que han prometido quienes la han defendido durante la pandemia y desde hace más de 10 años. 

Así lo han explicado las autoridades en salud a nivel mundial como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y en latinoamérica la Organización Panamericana de la Salud (OPS). En un comunicado la OPS en julio de 2020 señalaba: “no se recomienda utilizar productos a base de dióxido de cloro o clorito de sodio por vía oral o parenteral en pacientes con sospecha o diagnóstico de COVID-19, ni en ningún otro caso, porque no hay evidencia sobre su eficacia y la ingesta o inhalación de estos productos podría ocasionar graves efectos adversos”. 

La Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) también realizó varias advertencias sobre la venta ilegal y peligrosa de dióxido de cloro para tratar el COVID-19 el año pasado: “La venta de estos productos puede poner en peligro la salud de una persona y retrasar el tratamiento médico adecuado”, dijo el comisionado de la FDA, Stephen M. Hahn, M.D. 

A nivel nacional el Invima y el Ministerio de Salud, debido al revuelo causado por las afirmaciones de Natalia París, reiteraron a través de sus cuentas oficiales en twitter, la alerta sanitaria que se emitió sobre el dióxido de cloro desde mayo del año pasado y  enfatizaron que lo afirmado por la modelo respecto a esta sustancia es desinformación.

alerta sanitaria Invima MinSalud

Alerta Sanitaria del dióxido de cloro, emitida por el Invima/Ministerio de Salud el 01 de Mayo de 2020.

La Coordinadora de Investigación Clínica del Invima Sindy Pahola Pulgarín afirmó: “Reiteramos nuestra alerta sobre el dióxido de cloro, ya que a la fecha éste no cuenta con un registro sanitario para su comercialización como alternativa terapéutica para COVID-19, su uso sólo está aprobado como desinfectante de superficies, y adicionalmente no contamos con ensayos clínicos en el país que busquen conocer su seguridad o eficacia, o sus supuestos beneficios para la cura del COVID-19”.

Zulma Milena Cucunubá, médica con maestría en Salud Pública de la Universidad Nacional, doctorado en Epidemiología de Enfermedades Infecciosas del Colegio Imperial de Londres y con estudios Posdoctorales en enfermedades infecciosas emergentes mundiales, escribió en su perfil oficial de twitter sobre el tema: “El dióxido de Cloro NO tiene ninguna indicación médica. Ingerido es un producto tóxico y muy peligroso. Por favor no recomienden, ni consuman este producto”.

Dióxido de cloro: desinfectante, sí; cura de enfermedades, no

El dióxido de cloro (ClO2) es un compuesto químico que consta de un átomo de cloro y dos átomos de oxígeno. Es un gas de color rojizo a verde amarillento a temperatura ambiente que se disuelve en agua. Se utiliza para una variedad de usos, incluida la desinfección del agua potable. 

Generalmente, el dióxido de cloro se produce a partir de clorato de sodio o clorito de sodio, según explican en la plataforma sobre verdades de productos químicos ChemicalSafetyfacts.org. Tiene una amplia variedad de aplicaciones en la industria del petróleo, del gas y alimentaria. En hospitales y otros entornos sanitarios, se utiliza para esterilizar equipos, superficies, salas y herramientas médicas y de laboratorio. 

En una publicación de Facebook en la cuenta oficial de Colombiacheck que compartimos ayer con la nota No, el Dióxido de Cloro no cura el coronavirus, una de las lectoras comentó: “El clorito de sodio es diferente a hipoclorito o la lejia. Con el clorito de sodio o cds se desinfectan alimentos, se conservan, se oxigena la sangre en los bancos de sangre, si desea le envío decenas de patentes científicas que lo aprueban!” (sic). 

Al respecto, sin embargo, los Centros para la prevención y el Control de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) han aclarado: “El clorito de sodio se disuelve en agua y forma iones de clorito y de sodio. Más del 80% del clorito (en la forma de clorito de sodio) se usa para manufacturar dióxido de cloro para desinfectar agua potable. El clorito de sodio también se usa como desinfectante. Al igual que el dióxido de cloro, el clorito es muy reactivo”. Por lo cual no se justifica su uso para la ingesta o inhalación. 

Pero el dióxido de cloro no es una cura ni un tratamiento para ninguna enfermedad. “Las afirmaciones de que la ingestión de dióxido de cloro, que a menudo se anuncia como ‘Solución Mineral Milagrosa’ o MMS, curará múltiples dolencias, son falsas”, enfatizan en ChemicalSafetyfacts.org.

Desde el 9 de abril del 2020, el Ministerio de Salud en Colombia alertó sobre el tema: “El ‘Suplemento Mineral Milagroso’ que contiene dióxido de cloro NO elimina el coronavirus. Ingerirlo puede causar complicaciones de salud, e incluso la muerte”. 

A lo largo de América Latina lo están consumiendo y es ofrecido como producto “milagroso” por algunas compañías o personas. Pero la historia del dióxido de cloro, data de hace más de 10 años, cuando Jim Humble, ingeniero industrial y autor de un libro llamado “la cura milagrosa”, promovió su uso para un sinfín de enfermedades, desde el autismo hasta el cáncer, la cirrosis, el VIH y la malaria.

Humble aseguraba que en 1996, durante una expedición en Guayana, él y su equipo contrajeron malaria. Tras utilizar clorito de sodio para potabilizar el agua que bebían, se curaron, afirmó. Humble fundó la Iglesia Génesis que promueve la venta de esta sustancia y contra la cual la FDA lanzó una alerta el año pasado. 

Con la aparición del nuevo coronavirus, el alemán Andreas Kalcker, quien asegura ser investigador pero realmente tiene una reputación y una hoja de vida cuestionadas como han señalado los colegas de Maldita y Chequeado, ha promovido el uso del dióxido de cloro durante el último año. Debido a esto, Kalcker ha sido denunciado en países como Argentina y España por las implicaciones en salud que la promoción y venta de la sustancia ha causado.

En México un cuestionado grupo de médicos autodenominado COMUSAV, (Coalición Mundial Salud y Vida), que está presente en 14 países en convenio con la también cuestionada Asociación Médicos por la Verdad y Humanos por la Verdad también presentes en países de Europa y Latinoamérica, han promovido el uso de esta sustancia sin bases científicas.

Estos grupos han sido los autores de múltiples teorías conspirativas, como señalaron los colegas de Animal Político y han sido desmentidos durante toda la pandemia por diversos medios de verificación. En Colombiacheck también hemos verificado algunas de esas teorías conspirativas promovidas por Médicos por la verdad (1, 2, 3 y 4) .

Múltiples influencers en redes sociales, sin sustento o evidencia científica también se han sumado a la promoción de esta sustancia en contra de todas las advertencias sanitarias.  La misma Natalia París sugirió a seguidores la compra de la sustancia en Colombia a través de un “coach” y “angeólogo” llamado Samir Namen, quien por el revuelo mediático aparentemente cambió la privacidad de su cuentas en redes sociales. 

No hay estudios que aporten evidencia sobre el dióxido de cloro para COVID-19

Al consultar bases de datos médicas como Pubmed y Litcovid por estudios con suficiente validez científica sobre el dióxido de cloro y el nuevo coronavirus, no encontramos investigaciones publicadas en revistas científicas que sustenten su uso en este caso, así como lo han señalado los expertos y las autoridades en salud.

Las vacunas desarrolladas para prevenir el COVID-19 sí han contado con estudios que cumplieron todas las fases de investigación y fueron probadas en miles de pacientes, como lo explicamos previamente. Por el contrario, se hace evidente que no hay sustento científico que respalde lo que dice Natalia París, de que esta sustancia nos evitaría vacunarnos.

Intoxicaciones y muertes por dióxido de cloro

Desde el 20 de abril de 2020, la Red de Centros de Información y Asesoría Toxicológica de Centroamérica (REDCIATOX) y otras redes de centros de intoxicación de América Latina, emitieron una alerta sobre riesgos para la salud del consumo de dióxido de cloro o clorito de sodio para prevenir o tratar el COVID-19. 

El dióxido de cloro y el clorito sódico reaccionan rápidamente en los tejidos humanos y si se ingieren pueden causar irritación de la boca, el esófago y el estómago, o un cuadro digestivo irritativo severo, con náuseas, vómitos y diarreas, además de graves trastornos hematológicos (metahemoglobinemias, hemólisis, entre otras), cardiovasculares y renales, señaló REDCIATOX en dicho comunicado

La FDA a su vez  ha recopilado reacciones adversas secundarias a la ingesta e inhalación del dióxido de cloro y ha invitado al público en general en Estados Unidos a reportarlas vía telefónica o en su página web. 

advertencia FDA

Advertencia de la FDA sobre el Dióxido de Cloro y productos similares

En Argentina reportaron dos muertes que se asociaron con el consumo de dióxido de cloro el año pasado. En agosto murió un niño de 5 años en la provincia de Neuquén y en Jujuy reportaron el caso de un hombre de 51 años con COVID-19 quien también ingirió previamente dióxido de cloro, según informaron nuestros colegas de Chequeado. Ya en enero un hombre de 93 años, al parecer con COVID-19, a quien un juez autorizó que se le administrara dióxido de cloro, falleció posteriormente, según reportaron múltiples medios (1, 2 y 3) .

En Perú han reportado que el consumo de sustancias autoformuladas como el dióxido de Cloro, se ha relacionado con el aumento de intoxicaciones y eventos adversos durante la pandemia.  

Y en  Colombia también fueron detenidos dos hombres estadounidenses por comercializar ilegalmente el dióxido de cloro, según señaló el Washington Post el pasado mes de agosto. 

titular del washington post

Noticia reportada el 12 de Agosto de 2020 por el Washington Post.

Por todo lo anterior, concluimos que lo dicho por Natalia París sobre el “dióxido de cloro” corresponde a desinformación que puede poner en riesgo la salud. Debemos conservar las medidas de bioseguridad: lavado de manos, distanciamiento social y uso de tapabocas; medidas que sí tienen suficiente evidencia científica para prevenir la transmisión del nuevo coronavirus.